Los principales objetivos eran La Araña y El Comandante
Chabelo; ello desató la masacre
Las autoridades penitenciarias ofrecieron datos falsos a la PGR y ayudaron a
los evadidos
Alejandra Arroyo y Gustavo Castillo/ La Jornada
Al filo de la una de la mañana del pasado 19 de febrero, Los
Zetas ya sabían por voz de los encargados de la prisión de Apodaca que
algunos de ellos serían trasladados a un penal de máxima seguridad, pero los
principales objetivos de la mudanza serían Óscar Manuel Bernal, La
Araña, y Marco de León Quiroga, El Comandante Chabelo. Ello habría
desatado la masacre de 44 internos y la fuga de 30.
Asimismo, las autoridades penitenciarias dieron información falsa a la
Procuraduría General de la República (PGR) y retardaron el envío de El
Comandante Chabelo al penal federal de Puente Grande, en Jalisco.
La Araña estuvo involucrado en el asesinato del general de brigada
Juan Arturo Esparza García, ex secretario de Seguridad Pública del municipio de
García, Nuevo León, y El Comandante Chabelo en el atentado al Casino
Royale, que dejó un saldo de 52 personas fallecidas el 25 de agosto de 2011.
Funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional y
autoridades neoleonesas revelaron que entre las líneas de investigación que se
han abierto con motivo de la matanza y la fuga del penal de Apodaca, está que el
director de esa prisión, Gerónimo Miguel Andrés Martínez, difundió entre los
internos que habría un traslado y un juez estaba por notificarle.
Tres días antes de la fuga y matanza en el penal de Apodaca, un tribunal
unitario con sede en Guadalajara, Jalisco, libró una orden de aprehensión por
delincuencia organizada en contra de Marco de León Quiroga y “los presuntos
sicarios Mario Andrés Alcorta Ríos, El Junior, y Jorge Francisco Gámiz
Vega, El Extraño”, quienes se encontraban recluidos en esa cárcel
neoleonesa.
El 19 de febrero, a la 1:30 de la madrugada, 30 integrantes de Los
Zetas huían del penal de Apodaca, al mismo tiempo que otros 200 internos
asesinaban con palos y tubos a miembros del cártel del Golfo para tomar
el control total del presidio; entre los agresores estaba La Araña,
jefe de plaza de Los Zetas, cercano a Miguel Ángel Treviño Morales, uno
de los líderes de esa organización criminal.
Las autoridades locales informaron inicialmente que poco antes de las dos
horas del día 19 de febrero se presentó un amotinamiento de internos del
ambulatorio C; se dijo que habían tomado de rehén a uno de los custodios y luego
generaron un enfrentamiento con los reclusos en el ambulatorio D, conformado por
integrantes del cártel del Golfo, que en algunos casos tenían visita
conyugal.
Versiones obtenidas de funcionarios federales y locales señalaron que la fuga
de reos integrantes de Los Zetas se realizó en 32 minutos y la matanza
de 44 internos duró hora y media.
Tanto en la fuga como en la masacre, según el gobierno de Nuevo León, hubo
ayuda de autoridades carcelarias. En el escape permitieron que los ahora
prófugos llegaran hasta una zona accesible a la calle y les permitieron librar
la barda perimetral con cuerdas; para que ocurrieran los asesinatos, varios
custodios ayudaron a Los Zetas a sacar de su dormitorio a los
integrantes del cártel del Golfo y los abandonaron en manos de sus
rivales.
A las tres de la mañana, fuera del penal de Apodaca decenas de personas
habían sido enteradas por sus familiares presos de un supuesto amotinamiento. El
19 de febrero las autoridades de Nuevo León informaron de la matanza, pero no
habían corroborado la fuga. El lunes 20, al filo de las siete de la mañana, el
gobernador Rodrigo Medina de la Cruz confirmó que 30 internos habían
escapado.
Hasta las 19:30 horas del lunes el juzgado tercero de distrito con sede en
Nuevo León autorizó el traslado a cualquier penal de máxima seguridad de Marco
de León Quiroga, Mario Andrés Alcorta Ríos y Jorge Francisco Gámiz Vega. Y media
hora más tarde, al director del penal de Apodaca y Gerónimo Miguel Andrés
Martínez.
Ante el mandato judicial,
las autoridades penitenciarias indicaron a la PGR que en la prisión había un motín y no se podía trasladara Marco de León Quiroga y sus dos cómplices, pero
las fuerzas federales se presentaron para brindar seguridad periférica a solicitud de las autoridades estatales que intervinieron en dicho centro, informó la subprocuradora de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo, Victoria Pacheco. Por esa razón, hasta el pasado martes se pudo realizar el traslado.
Entre los fugados de Apodaca se encuentran, según la información obtenida,
hombres importantes para la estructura operativa de Miguel Ángel Treviño Morales
y Heriberto Lazcano, jefes de Los Zetas, entre ellos Juan Cristóbal
Flores Alcorta, Héctor Rosvelt Huerta Tinoco, El Chéster; José Manuel
Pérez Loera, Rogelio Chacha Quintanilla, Jesús Manuel Santiago Ordaz, Juan
Francisco Argüello Pastrana, todos ellos relacionados con la distribución de
drogas, cobro de piso, extorsiones y asesinatos en los estados de Coahuila y
Nuevo León.
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