Las aves que fueron descubiertas por elementos del Ejército Mexicano en el
jet privado que fue rentado a una compañía en Las Vegas para trasladar a Jorge
Hank, a María Elvia Amaya de Hank y diez personas más en un vuelo redondo de
Tijuana a Toluca, el domingo 15 de enero no contaban con permisos y ni
documentación que probara su legítima procedencia, su legal posesión y la
regulada transportación.
Ni siquiera contenían el marcaje que otorga la SEMARNAT
a este tipo de animales. Dos de las especies están protegidas por una norma
mexicana, su posesión en esas condiciones constituye un delito penal federal.
Sin embargo, el ex presidiario no fue llamado a declarar, ni siquiera después
que uno de sus escoltas declaró que los animales provenían de un rancho del
ingeniero en el Estado de México y que él sólo había acudido a recogerlas.
Lo
detuvieron a él, quien el miércoles fue identificado por sus abogados, como el
legítimo comprador de las aves. La burla de Hank a la justicia con el apoyo de
las autoridades mexicanas, en todo su esplendor.
Lo dejaron ir.
A Jorge Hank Rhon y a María Elvia Amaya de Hank, la Policía Federal y la
Procuraduría General de la República, les favorecieron para no enfrentar la ley
por delitos contra la fauna, establecidos en el Código Penal Federal.
Funcionarios de la autoridad federal, dieron por válida una inverosímil
versión sobre la procedencia y transporte de aves, entre las cuáles se
encontraban dos especies protegidas por la NOM-059-SEMARNAT-2010, lo cual
convierte la acción en un delito grave que se castiga con pena corporal de uno a
nueve años de prisión.
Para evitar que quienes rentaron el avión y encabezaron a los pasajeros del
jet Grumman Gulf Stream con matrícula N250M5, fueran consignados por violentar
el artículo 420 del Código Penal Federal, que consigna la sanción a delitos
contra la fauna, y que en su inciso IV refiere: a quien “realice cualquier
actividad con fines de tráfico o capture, posea, transporte, acopie, introduzca
al país o extraiga del mismo, algún ejemplar, sus productos o subproductos y
demás recursos genéticos de una especie de flora o fauna silvestres, terrestres
o acuática en veda, considerada endémica, amenazada, en peligro de extinción,
sujeta a protección especial, o regulada por algún tratado internacional del que
México sea parte…”, en la delegación de la PGR aceptaron que un Policía
Comercial de Tijuana, con un sueldo de 8 mil 272 a la quincena, adquirió 24 aves
en el Estado de México, y utilizó a la familia Hank y el avión que éstos
rentaron para trasladarse de Tijuana a Toluca y viceversa, para que le trajeran
la aviaria adquisición.
De esta manera, la Procuraduría General de la República dejó ir una vez más a
Jorge Hank Rhon, tal como lo hicieran en 1995 entonces bajo el mandato de
Ernesto Zedillo Ponce de León, cuando fue retenido apenas unas horas por
contrabando en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México.
El gobierno del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, contribuyó una vez más,
como lo hiciera en junio de 2011, a la impunidad en la que vive Jorge Hank Rhon
y ahora su esposa María Elvia Amaya de Hank, quien es aspirante a la candidatura
al Senado de la República por el Partido Revolucionario Institucional.
La historia real del tráfico de aves
En los dos partes informativos elaborados, uno por la Policía Federal, el
otro por el Ejército Mexicano, sobre lo sucedido el lunes 15 de enero, dan
cuenta que el oficial de la policía comercial de Tijuana, Óscar Gómez Islas,
quien se identificó como la persona que adquirió las aves y las transportó,
nunca fue un pasajero en el avión.
De hecho, él arribó una vez que la familia Hank y sus acompañantes habían
abandonado el Aeropuerto Internacional de Tijuana, y lo hizo en su calidad de
empleado bajo la orden de descargar el equipaje y las cajas que documentaron en
el Estado de México, los privilegiados pasajeros.
Cuando fue abordado por elementos del Ejército primero, y por la Policía
Federal después, el agente rentado por Hank al Ayuntamiento de Tijuana para su
protección personal, declaró que las cajas que contenían las aves “provienen de
un rancho ubicado en Toluca, Estado de México, propiedad del ing. Jorge Hank
Rhon”.
El mismo oficial, hoy liberado luego de declarar a la PGR que él adquirió las
aves y presentar la documentación que lo acreditaba, declaró a la Policía
Federal, que él se encontraba en el hangar porque tenía la encomienda de “venir
a recoger las aves antes mencionadas, haciéndose acompañar por los C.C. Raúl
Ortiz Elisea, Luis Enrique León Briseño y Sergio Iván Parra Vite, manifestando
no traer consigo ningún documento de dichas aves”. El parte informativo fue
firmado por los oficiales de la Policía Federal. Osvaldo Campos Quintana, Miguel
Ángel Ramos Macedonio, Ismael Mora Limón y Rommel Espinoza Monterrubio.
De acuerdo a la información que proporcionó el agente Óscar Gómez, él nunca
fue pasajero de la aeronave.
El viernes 13 de enero de 2012, Jorge Hank Rhon, su esposa María Elvia Amaya
de Hank y otros familiares, llegaron al hangar privado del Aeropuerto
Internacional de Tijuana para abordar un vuelo privado que los llevaría al
Aeropuerto de Toluca, Estado de México.
El domingo 15 regresaron en el mismo avión rentado a una compañía con sede en
la ciudad de Las Vegas en Nevada. Contra las reglas de seguridad en cualquier
aeropuerto mexicano, los pasajeros del avión descendieron de éste y se retiraron
sin ser revisados por autoridad alguna. Ni por la seguridad del Aeropuerto
Internacional de Tijuana, ni por la Policía Federal, menos por Aduanas y
elementos del Ejército Mexicano tampoco los molestaron.
Los pasajeros que salieron impunes de la aeronave privada donde “se
trasladaba el ing. Jorge Hank Rhon”, fueron –en orden de anotación en el
parte:
* María Elvia Amaya de Hank.
* Sergio Amaya.
* María Claudia Aranjo.
* María Guadalupe Amaya.
* Nirvana Amaya.
* José María Amaya.
* Rodrigo Hank.
* Paulina Esquineo.
* Roxana Esquineo.
* Nallely Aguilar.
* Michel de Aguilar.
Aparte, la sobrecargo no identificada por nombre, y el piloto de la nave
identificado como Gabriel Reyes.
Después que vehículos privados se llevaron a los pasajeros lejos del
Aeropuerto, elementos del Ejército Mexicano observaron que dos camionetas
particulares ingresaron, “con la anuencia del personal de seguridad del
Aeropuerto”, al hangar. Se ubicaron contra la regla, en las inmediaciones del
jet Gulf Stream y comenzaron a bajar cajas de cartón e introducirlas a los
vehículos.
Esta acción llamó la atención de los militares, quienes
inspeccionaron la carga en concordancia con la directiva para el combate
integral al narcotráfico 2007-2012.
La acción quedó registrada así en el documento informativo:
“…al observar el ingreso de dos vehículos particulares tipo pick up,
tripulados por Óscar Gómez Islas, Policía Municipal de Tijuana, Raúl Ortiz
Elisea, Luis Enrique León Briseño y Sergio Iván Parra Vite, hasta el área de
carga de aviación general, con la autorización del personal de seguridad privada
del aeropuerto, se procedió a verificar la carga que transportaba dicho avión,
localizando diversas cajas de cartón, selladas con cinta adhesiva, que en su
interior contenían: 1 halcón cabeza blanca, 4 tucanes, 18 aves cenzontles, 1
cardenal…
“por lo anterior y al carecer de la documentación legal que acreditara la
legítima posesión de tales especies, se estableció coordinación con el personal
de la Policía Federal… a fin de que las personas, los animales y demás
artículos, fueron puestos a disposición del agente del M.P.F”.
En la forma del plan de vuelo entregado por el piloto a las autoridades, se
confirma que quien encabezaba a los pasajeros era Jorge Hank Rhon, y que el
resto lo comprendían los familiares ya mencionados. Ninguno de los oficiales
está anotado en la lista realizada a mano por el piloto.
Es evidente de acuerdo a las declaraciones iniciales del policía municipal
Óscar Gómez Islas, que él se presentó al hangar privado del aeropuerto de
Tijuana, únicamente para recoger las aves y trasladarlas a la casa de Jorge Hank
en el hipódromo Agua Caliente, donde de hecho, el ex presidiario –fue detenido
en junio de 2011 por acopio de armas– habilitó un zoológico, el cual se presume
era el destino final de las aves que antes de ello –también por declaraciones
del policía– se tuvo conocimiento que se encontraban en “un rancho del ing.
En
el Estado de México”, como es conocido, la propiedad perteneció a su padre,
Carlos Hank González y se le identifica como Nirvana.
Gobierno favorece a Hank
Jorge Hank Rhon pudo burlar a la justicia mexicana una vez más, al contar con
una serie de apoyos institucionales que iniciaron en el aeropuerto de Toluca,
donde al derrotado candidato al gobierno de Baja California en 2007, transitó
sin ningún problema la aduana aeroportuaria para ingresar al avión rentado, las
cajas de cartón que contenían las aves.
Los pájaros fueron internados primero al aeropuerto y después a la aeronave,
sin documentación que acreditara la legal procedencia, la legítima posesión y
los permisos para transportación por la vía aérea. Las autoridades del Estado de
México y las federales en el aeropuerto le permitieron el paso en total
impunidad. Con privilegios.
Al llegar a Tijuana, funcionarios del aeropuerto internacional de esta
ciudad, policías federales y privados de la estación aérea, también le
concedieron la garantía del libre paso. Ni los pasajeros ni la tripulación
fueron molestados en su salida de las instalaciones.
De hecho, a diferencia de
otros pasajeros particulares y de aerolíneas comerciales, a los Hank no se les
pidió estar presentes mientras su equipaje y cargamento era revisado por la
autoridad. De no ser por la alerta de los elementos del Ejército, quienes se
abocaron a tender la situación cuando las cajas eran descargadas, las
pertenencias del hijo del profesor Carlos Hank habrían salido del hangar privado
sin problema alguno.
La lista de funcionarios y actores que permitieron a Jorge Hank burlar una
vez más la Ley, quedó anotada así en una tarjeta informativa:
* “Jaime Arroyo García, gerente de operaciones y seguridad del aeropuerto
internacional Abelardo L. Rodríguez, con oficinas en la administración de dicho
aeropuerto.
* “Édgar Arévalo Torres, elemento de seguridad que permitió el paso de
vehículos particulares al aeropuerto para recoger el equipaje de los
pasajeros.
* “Marco Antonio Santillán Patiño, comandante del aeropuerto.
* “Guillermo Villaca Morales, administrador del aeropuerto internacional
Abelardo L. Rodríguez”.
Estas personas, fallaron en su calidad de supervisores y vigilantes del
aeropuerto al no revisar el contenido en el equipaje de un vuelo privado que
arribó al hangar.
Luego que elementos del Ejército descubrieran el cargamento de aves, y la
ausencia de documentación de su procedencia, posesión y transportación, éstos
remitieron a los escoltas de Hank junto con la carga, a los elementos de la
Policía Federal asignada al aeropuerto, de hecho así lo anotaron.
Mientras los
de seguridad fueron puestos a disposición del Ministerio Público Federal, y las
aves confiscadas y enviadas a un parque, al piloto se le permitió la salida del
avión del aeropuerto para que continuara con su itinerario de vuelo, que de
acuerdo a la bitácora estaba establecido así: Toluca, Estado de México-Tijuana,
Baja California-San Diego, California.
En los días siguientes, los cuatro escoltas detenidos fueron procesados en la
delegación de la PGR en Tijuana. El titular Fermín Gómez Gómez, quien no atendió
los llamados de ZETA para obtener información sobre el caso,
abonó al ambiente de impunidad para que los Hank no fueran siquiera citados a
declarar sobre lo que aparentemente era tráfico de aves.
Aun cuando el avión fue rentado a una compañía con sede en Las Vegas, Nevada
para la transportación de Jorge Hank, María Elvia Amaya de Hank y diez personas
más, y que tanto el equipaje como la carga les pertenecían, la autoridad federal
optó detener a los escoltas, con base en Tijuana y no parte de los pasajeros. En
ningún momento, la autoridad federal consideró llamar a declarar a la persona
que rentó el vuelo, y quien en compañía de su esposa y sus parientes, encabezaba
a los pasajeros.
Cosa contraria, los abogados del Policía Municipal y sus tres compañeros
escoltas, acreditaron tres días después del decomiso y la detención, que las
aves las había adquirido el oficial y que contaba con todos los permisos, sin
los cuales le permitieron a Jorge Hank en el Aeropuerto de Toluca, introducir
las aves para trasladarlas a Tijuana y entregárselas al agente activo de la
Policía Municipal de Tijuana que está dado de alta en la Policía Comercial para
que Hank lo pueda rentar.
Delitos contra la fauna
De acuerdo a un peritaje realizado por la PROFEPA (Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente), de las nueve especies aviarias que transportó Jorge
Hank en el avión que rentó para el viaje redondo Tijuana-Estado de México, dos
se encuentran bajo protección de la autoridad. Una en calidad de especie
amenazada, la otra como especie de protección especial.
Se lee en el peritaje de la PROFEPA:
“Se trata de 24 aves para su identificación: 17 aves canora y de ornato vivas
de diferentes especies contenidas en jaulas dentro de cajas de cartón como
embalaje y 01 ave de nombre común cardenal que se encontró muerto dentro de una
jaula contenida en una caja de cartón como embalaje, 05 tucanes vivos dentro de
una caja de madera como embalaje con cuatro compartimientos, contenidos tres
especímenes de manera individual y dos juntos, 01 halcón caracará contenido de
un jaula individual”.
En el mismo documento se especifica que de las 18 aves canoras, cuatro
conocidas como Jilguero Común, “especies de nombre científico Myadestes
occidentalis se encuentra en los listados de la NOM-059-SEMARNAT-2010, publicada
en el Diario Oficial de la Federación del 30 de diciembre del 2010 como especie
de protección especial”.
Otras tres, identificadas como Clarines, “especies de nombre científico
Myadestes unicolor se encuentra en los listados de la NOM-059-SEMARNAT-2010,
publicada en el Diario Oficial de la Federación del 30 de diciembre de 2010 como
especie amenazada”.
El peritaje señala además que para la captura, posesión y transportación de
las aves se debe contar con permisos, así como que cada animal al momento de ser
adquirido debe contar con “el sistema de marcaje establecido por la secretaría,
siendo éste un anillo metálico con las inscripciones de la Secretaría y un
número de serie, así como la nota de remisión que contenga los datos de número y
fecha del oficio de autorización de aprovechamiento de subsistencia”.
Finaliza el peritaje de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales
sobre las aves transportadas por Jorge Hank en el avión particular:
“Durante la realización del presente dictamen no se tiene a la vista ningún
tipo de documentación de comprobación de la procedencia legal de las aves.
“Ninguna de las aves en cuestión, trae algún tipo de marcaje”.
Elementos que ni la Policía Federal, ni la Procuraduría General de la
República en Tijuana, consideraron necesarios solicitar al momento de turnar el
expediente. De acuerdo a información pública, por los abogados de los detenidos,
presentaron documentación, con todo y que las aves no contaban con el marcaje
reglamentario.
Poseer sin autorización y transportar sin los permisos, aves sobre las cuales
se tiene una clasificación especial, en este caso de amenaza y protección
especial en una norma mexicana, constituye la comisión de un delito.
Un empleado de la PROFEPA refirió a ZETA el artículo 420 del
Código Penal Federal, donde se sancionan los delitos contra la fauna:
“Se impondrá pena de uno a nueve años de prisión y por el equivalente de
trescientos a tres mil días de multa, a quien ilícitamente:
“IV. Realice cualquier actividad con fines de tráfico o capture, posea,
transporte, acopie, introduzca al país o extraiga del mismo, algún ejemplar, sus
productos o subproductos y demás recursos genéticos de una especie de flora o
fauna silvestres, terrestres o acuática en veda, considerada endémica,
amenazada, en peligro de extinción, sujeta a protección especial, o regulada por
algún tratado internacional del que México sea parte…”.
Sin embargo, Jorge Hank logró burlar una vez más a la Ley, con la ayuda de la
Policía Federal, de las autoridades aeroportuarias en el Estado de México y en
Tijuana, así como la venia concedida por la PGR en Tijuana, para dar por cierta
la versión de los abogados: Que los pájaros los compró el policía municipal
Óscar Gómez Islas.
La fantástica historia que contrasta con las declaraciones iniciales del
oficial Gómez, es que el 13 de enero adquirió las aves en la Ciudad de México,
en el negocio Mundo Salvaje Importador y Exportador de Fauna Silvestre, a razón
de seis mil pesos cada uno de los tucanes, a 500 pesos los clarines, a cuatro
mil el halcón. Otra compañía, “le vendió” tres cenzontles, tres tigrillos, tres
jilgueros, tres cardenales y tres mirlos en 2 mil 90 pesos por todos.
También informaron que el oficial con un salario que puede ir de los 8 mil
272 pesos a los 12 mil 400 pesos a la quincena de acuerdo a la Secretaría de
Seguridad Pública de Tijuana, había pagado por el traslado, en avión privado, de
las aves a Tijuana. Lo que no dijeron, fue dónde pensaba el policía, dar
resguardo a las aves.
Jorge Hank Rhon, con estos dichos y contra la realidad inscrita en los
documentos informativos de la tarde del domingo 15 de enero de 2012, logró una
vez más, burlar a la justicia.
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