Disputa de Mercados
En menos de cuatro meses la trasnacional mexicana vio desmoronarse la
operación politicofinanciera, al quedarse con un consejero en el seno del
organismo
La constructora Sacyr Vallehermoso dio por concluido su
intento de tomar el poder de Repsol con ayuda de Pemex. De esta manera la
empresa mexicana queda arrinconada y sin peso en el consejo de administración de
la compañía española (Foto Reuters)
Amando G. Tejeda / La Jornada
Madrid, 20 de diciembre. La petrolera
española Repsol compró por dos mil 572 millones de euros 10 por ciento de las
acciones de la constructora Sacyr Vallehermoso en la misma Repsol, en una
operación financiera que convierte a la actual dirección, con Antonio Brufau al
frente, en la gran vencedora de la pugna que iniciaron hace cuatro meses el
empresario español Luis del Rivero y el director general de Petróleos Mexicanos
(Pemex), Juan José Suárez Coppel.
El debilitamiento de Sacyr en Repsol supone la
ruptura del acuerdo de sindicación de acciones rubricado con Pemex el 29 de
agosto pasado, que se anunció como la vía para aumentar el control y la
influencia en el gobierno corporativo de Repsol. Ahora, el eslabón más débil es
Pemex, que se queda con un solo consejero y sin ningún aliado en el consejo de
administración.
En menos de cuatro meses se desmoronó la operación financiera, empresarial y
política que iniciaron hace unos diez meses Del Rivero y Suárez Coppel, con
encuentros secretos en México y en Madrid que buscaban hacerse con el control de
Repsol a través de la destitución de la actual dirección o, en su defecto, con
el nombramiento de un consejero delegado afín a sus intereses.
Después de la
compra de Repsol de la mitad de la participación de Sacyr la maniobra queda
formalmente desactivada y sus impulsores humillados y, en el caso de Del Rivero,
destituido y arrinconado de la zona de influencia tanto de su constructora como
de la petrolera.
Sacyr Vallehermoso se encontraba al borde de la quiebra y con la soga al
cuello por la presión de las entidades financieras a las que debe más de diez
millones de euros.
En pleno proceso de refinanciación de su deuda, la
constructora decidió aceptar la oferta de la dirección de Repsol, en una nueva
operación brillante de Brufau, que desembolsó 2 mil 572 millones de euros con lo
que Sacyr logró, al menos, firmar nuevos plazos de vencimiento a su deuda hasta
2015 y liberarse del acuerdo con Pemex, que se había convertido en un lastre
para la nueva dirección de Sacyr y su cambio de estrategia en el seno de Repsol.
A pesar de que Sacyr perdió en la venta unos 940 millones de euros –una vez que
ese mismo paquete de acciones de 10 por ciento le costaron tres mil 259 millones
de euros, en 2006, a lo que hay que sumar la amortización de la deuda por ese
mismo monto.
El acuerdo entre Pemex y Sacyr costó a la petrolera mexicana más de mil 150
millones de euros, que tuvo que desembolsar a través de la adquisición de deuda
y de pago en efectivo de sus reservas para la compra de 4.6 por ciento de las
acciones de Repsol que se comprometió a comprar para que entre Sacyr y Pemex
sumaran 29.8 por ciento.
La notificación oficial de la operación la suscribieron tanto Sacyr como
Repsol, en un hecho relevante que remitieron a la Comisión Nacional del Mercado
de Valores (CNMV) de España:
La referida desinversión ha determinado la reducción de la participación de Sacyr Vallehermoso Participaciones Mobiliarias SLU, en Repsol YPF SA, hasta 10.01 por ciento, modificándose las bases del acuerdo de accionistas suscrito el pasado 29 de agosto de 2011 entre Sacyr Vallehermoso SA, Petróleos Mejicanos (sic), y PMI Holdings BV, habiendo de entenderse, en consecuencia, resuelto.
Sin perjuicio de ello, Sacyr Vallehermoso SA reitera su compromiso con el interés social de Repsol, tanto en su condición de accionista destacado de la compañía, como a través de su presencia en el seno de su consejo de administración.
Repsol adquirió las acciones a los bancos, que previamente las recibieron en
dación en pago por la mitad del crédito a Sacyr. Tras la operación compareció
desde Rusia el presidente de la petrolera española, Brufau, para explicar que la
operación es
buenapor el
precio enormemente atractivode las acciones y porque además se garantiza que no se alteren los planes de crecimiento y estrategia de la compañía, que se vieron amenazados por la operación de Sacyr y Pemex.
La falta de acuerdo entre los bancos y Sacyr Vallehermoso habría producido un escenario de incertidumbre prolongada en esa compañía, lo que resultaría dañino para la cotización de Repsol y tendría efectos negativos adicionales sobre el proyecto de crecimiento de la empresa. Además, dado el gran número de bancos involucrados y la heterogeneidad de sus planes e intereses era previsible una venta masiva y desordenada de títulos, explicó Repsol en una nota también dirigida al órgano regulador.
La estrategia seguida por Brufau desde que se hizo pública la alianza de
Pemex y Sacyr ha resultado un éxito para los intereses de la petrolera española
y un fiasco para la mexicana.
Desde el anuncio del pacto, Repsol logró que su
consejo de administración decidiera por amplía mayoría instar a Pemex y a Sacyr
a disolver el acuerdo, al tiempo que abrió sendos expedientes de expulsión a sus
consejeros por un supuesto
conflicto de intereses permanente.
Después
vino la destitución fulminante de Del Rivero como presidente de Sacyr, en este
caso por los dos accionistas críticos con su estrategia, Juan Abelló y Demetrio
Canceller –que ahora son consejeros en Repsol–, los encuentros in
extremis entre las partes involucradas por intentar reconducir la crisis,
pero en cuyas negociaciones siempre se exigió por parte de Repsol la necesidad
de disolver el acuerdo de sindicación.
Ante esto el director de Pemex se negó,
al insistir en que era una operación
positivapara Repsol y para todos los accionistas.
Finalmente, menos de cuatro meses después de iniciada la batalla, el consejo
de administración de Repsol queda renovado y con unos estatutos más estrictos
sobre la presencia de empresas del mismo sector, en una reforma pensada
exclusivamente en Pemex y en su supuesta intención de controlar la tecnología de
la española.
Además de que los consejeros son, ahora, la inmensa mayoría afines
a Brufau, incluidos los dos que ahora tiene Sacyr, una vez que Del Rivero
renunció al cargo, al igual que José Manuel Laureda. El único consejero que
tiene Pemex en Repsol se queda aislado y sin apoyos.
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