lunes, 17 de octubre de 2011

CIUDADES EN DISPUTA


Octubre rojo PDF Imprimir E-Mail
Cayetano Osuna   
Lunes 17 de octubre de 2011

Zozobra en Mazatlán por balaceras criminales que dejaron muertos y heridos; en medio del fuego cruzado, la Policía de Navolato está inerme.

Los enfrentamientos a balazos entre sicarios y corporaciones policiacas y militares a cualquier hora del día y en cualquier lugar, atracaron en el puerto aparentemente para quedarse pues la semana pasada tres balaceras, ocurridas en diversos puntos de la ciudad, dejaron seis sicarios y tres policías muertos así como sendos heridos de uno y otro bando, que no se dan tregua.
A los protagonistas de las refriegas les importaron “una pura y dos con sal” que zumbaran las balas y los muertos cayeran enmarcados en el Segundo Encuentro del Sistema Penitenciario Nacional impulsado por la Conferencia Nacional de Gobernadores y/o la visita del destapado presidenciable (por el presidente Felipe Calderón Hinojosa, como buen pupilo de la vieja escuela del viejo PRI) Ernesto Cordero Arroyo, cuyos respectivos anfitriones fueron las autoridades estatales y municipales.

“Todo mundo” sabía que la noche del lunes 10 de octubre, en el enfrentamiento entre sicarios y policías ocurrido en el Ejido El Venadillo, el finado gatillero Jimy de Jesús Orozco Ochoa portaba un terrorífico lanzagranadas, cuando en la inauguración del Segundo Encuentro del Sistema Penitenciario Nacional, en el Hotel Pueblo Bonito, Gerardo Vargas Landeros, secretario general de Gobierno, salió con la “novedad” de que el Sistema Penitenciario es una “bomba de tiempo”.

La tarde-noche del jueves 13 de octubre, tanto en el fraccionamiento Villa Galaxia como en la avenida Ejército Mexicano y calles aledañas, rugían las AK-47 y R-15 y zumbaban las balas por doquier, quedando los mazatlecos en medio de las balaceras, mientras el aspirante del PAN a la Presidencia de la República, Ernesto Cordero Arroyo, declaraba en el Centro de Convenciones, con el cinismo que caracteriza a los políticos sin importar las siglas del partido, que “estaba listo para resolver el problema de la violencia”.

En ese escenario de descaro y violencia cotidiana, donde los mazatlecos casi están a punto de gritarle a las autoridades “estamos hasta la madre” de las balaceras y “si no pueden, renuncien”, Jesús Antonio Sánchez Solís, subprocurador de Justicia de la Zona Sur, pide a los ciudadanos que tengan paciencia.

—¿Qué les puede decir a los ciudadanos atrapados entre las balaceras, quedando estas en peligro inminente? —pregunta Ríodoce a Sánchez Solís.
—Yo le podría decir a la sociedad que tuviera paciencia y que sabemos bien que un acto como lo que ocurrió en este caso, y como autoridad te lo digo, estamos en el alto riesgo de perder la vida lamentablemente, estoy incluido en ese ambiente de violencia. Eso lo sabemos todos los que estamos en esta situación, pero es parte de lo que tenemos que hacer, tenemos unos sicarios muertos en estos eventos, qué hacemos, no es perder la batalla. El crimen yo creo que está entendiendo que la autoridad está avanzando y eso es un indicativo para nosotros. Tiene que haber un deceso de algunas de las partes, esos son los riesgos que todo mundo corremos.

—¿Cuántos grupos delictivos están operando en Mazatlán?
—No, no puedo darte ese dato, sería tanto como tener seguridad de que esto está pasando y que yo los conozco y no, no. El grupo que se puede descubrir es porque se detiene. De esos pudiéramos decirte que existen, pero decirte con seguridad que hay cuatro cinco grupos, sería engañar y no me gusta.

—¿Cuántos sicarios y de qué grupos han sido detenidos?
—Algunos referenciales que ya la misma prensa se ha encargado de difundir que son Los Zetas, pero de otro grupo no puedo yo determinarlo hasta que no tenga yo los elementos técnicos en la averiguación, solamente así los puedo difundir.

—¿Del cártel de Sinaloa, cuántos han detenido?
—Desconozco aquí, porque no puedo, insisto, determinarlo. Eso de los cárteles es cuestión de la Federal y ellos tienen que saber de qué se trata.

“Correteando”

“Los andamos correteando (por eso la reacción violenta de los gatilleros) tanto la Municipal, la Marina y el Ejército, dijo Francisco Córdova Celaya, secretario de Seguridad Pública del Estado.

Córdova Celaya no esconde su visión turística de la seguridad pública, pues asegura que en el malecón de este puerto tan bonito, donde también las calles ya están recuperándose de las manos de los delincuentes, pues ya se puede ver gente saliendo y caminando por ellas y eso es una señal positiva.

Pero momentos antes, en la explanada de las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, Córdova Celaya, con una expresión de pesadumbre, tres veces contestó “¡presente!” al unísono con otros funcionarios públicos, cuando en el pase de lista nombraron a los agentes municipales Ramón Crespo Tejeda y Cipriano Ochoa Torres, que habían ofrendado sus vidas en defensa de la ciudad, dejando a sus deudos llorando desconsolados.

El titular estatal de la seguridad pública afirmó que no quedará impune la muerte de ningún policía, pero los disparos de los policías como último adiós en honor de los caídos dieron cuenta de las palabras huecas de Córdova Celaya, porque van cinco policías municipales en 2011, coronados con la impunidad.

Crespo Tejeda y Ochoa Torres, en hechos distintos, uno en una discoteca de la Zona Dorada y otro en el enfrentamiento en el Ejido El Venadillo, habían caído en cumplimiento de su deber como agentes de seguridad pública.

Allí en El Venadillo también murió el agente federal Gabriel Manchas García y resultó herido el policía Héctor Mendoza, mientras que el presunto sicario muerto que portaba un fusil AK-47 y un lanzagranadas fue identificado como Jimy de Jesús Orozco Ochoa, originario de Villa Unión.

El pésame

Ríodoce aborda a Córdova Celaya para que comente la tragedia social que implica esta embestida del crimen organizado a la seguridad pública.

El funcionario público afirma que vino a dar el pésame a familiares y amigos de los agentes caídos en combate.

—Nos da mucha pena, lo que está pasando, lo que está sufriendo no nomás la familia, por estos dos policías que dieron su vida por Mazatlán, dieron su vida por Sinaloa. Pero también nos duele la pena que embarga a los compañeros, a todos los que estamos en este servicio, siempre sabemos que es riesgoso, es peligroso, pero cuando pasa nos duele. Yo quise venir a dar el pésame a la familia, a dar el pésame a su gente, a sus amigos, y en cierta manera decirles que no se desanimen, que nuestra Policía Municipal no se desmotive, que esto sirva para unirnos, para hacer las cosas bien, para no permitir que la delincuencia nos siga abatiendo en las calles, que nos cuidemos. Pero que redoblemos el paso para sacar adelante a este puerto tan bonito, a este puerto tan noble que desgraciadamente unos cuantos vienen a lastimar y más que nada cuando nos lastiman de esta manera.

La reciente masacre ocurrida en la Zona Dorada de dos hombres y tres mujeres, una de ellas embarazada, todavía flota en el ambiente…

—La masacre en la Zona Dorada, el policía muerto en la misma zona, y ahora los hechos de hace tres días, ¿qué está pasando?
—Es parte de lo que la delincuencia sigue haciendo en el puerto, los andamos correteando, tanto la Municipal, la Marina y el Ejército. Y ellos aprovecharon en esta ocasión para matar a uno de ellos y al otro, los policías municipales acudieron al auxilio de un compañero policía federal, pues se dieron estos dos incidentes. Lo que sí podemos decir, no pueden quedar impunes las muertes de estos dos policías, como no pueden quedar impunes la muerte de cualquier policía que muere en defensa de Sinaloa en defensa de su gente.

—¿Considera que no se está haciendo el trabajo de seguridad pública más a fondo?
—Siempre se puede mejorar, siempre podemos hacer las cosas mejor; el día que pensemos que no se puede hacer más, no se pueden hacer las cosas mejor, ahí. Los policías están trabajando con mucha inteligencia, están trabajando unidos en equipo, con nosotros, con la Marina, con el Ejército. Y si bien es cierto que nos pueden matar a un compañero, también es cierto que los estamos enfrentando, los estamos combatiendo y que no podemos descansar hasta que la zozobra haya sido erradicada de las calles.

—¿Qué opinión le merece que un delincuente haya traído un lanzagranadas?
—Andaban armados y qué te voy a decir, qué respuesta te puedo dar más que estaban trabajando. El hecho de que la Policía Municipal de Mazatlán acudió al llamado de dos compañeros federales y le hicieron frente a esos delincuentes, no se fueron solos, porque también tuvieron caídos ellos y otros más arrestados, habla de la valentía, habla del esmero, habla de la colaboración que existe entre los buenos policías.

—¿Hubo detenidos en los hechos de El Venadillo?
—De eso prefiero que informe la Policía Ministerial.


Infierno sin intervalos
Cuatro horas de balaceras convirtieron al puerto de Mazatlán en un infierno de plomo, detonaciones y sangre. El saldo fue de cinco presuntos delincuentes muertos, dos detenidos y un agente de la Policía Ministerial y un efectivo militar heridos, luego de al menos tres enfrentamientos a balazos.

La refriega inició alrededor de las 18:20 horas, por la avenida Juan Pablo II, en el fraccionamiento Villa Galaxia. Más tarde, abarcó sectores de Lomas del Mar y Campo Bello.

En Villa Galaxia, agentes de la Policía Municipal se toparon con un grupo armado, luego de que estos despojaron a mano armada un automóvil marca Nissan, color arena. Los delincuentes ingresaron a una vivienda, ubicada en un sector que luego fue rodeado por agentes de la Policía Ministerial y elementos de la Secretaría de la Marina y del Ejército mexicano.

Ahí fueron detenidos dos de los agresores, uno de los cuales fue identificado como Juan Carlos Álvarez Alvarado, pero esto no ha sido confirmado por las autoridades. Otros lograron huir, a pesar del operativo. Fuentes extraoficiales señalaron que los aprehendidos informaron que en una vivienda de Lomas del Mar había otro grupo de personas armadas, lo que provocó una nueva movilización.

En este sector, por las calles Albatros y Río Humaya, los uniformados fueron recibidos a balazos y los civiles que pasaban por el lugar, en vehículo o a pie, quedaron en medio de la refriega. Muchos de ellos se refugiaron en negocios aledaños, lejos del Ejército mexicano. Al parecer, los homicidas, atrincherados en azoteas de viviendas y edificios, usaron granadas de fragmentación y fusiles de alto poder.

Alrededor de las 19:30 horas, una unidad blindada de la Secretaría de Marina acudió para reforzar las acciones y logró abatir a tiros a varios desconocidos. En este sector la balacera se prolongó hasta cerca de las 22 horas y ahí murieron cinco de los agresores, algunos de los cuales quedaron en las azoteas de los edificios, y fueron asegurados un fusil AK-47, un AR-17, un Fal y dos granadas.

Estos enfrentamientos se dieron mientras en Mazatlán se realizaba el Segundo Encuentro del Sistema Penitenciario Nacional, de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), con la participación de secretarios de seguridad de varios estados del país, jefes policiacos y mandos del Ejército y la Marina.


“Ustedes pueden desarrollar y buscamos que desarrollen sus actividades normales”

El general diplomático
Cayetano Osuna / Mazatlán

Durante su visita a Mazatlán al Segundo Encuentro del Sistema Penitenciario Nacional de la Conferencia Nacional de Gobernadores, el general Moisés Melo García, comandante de la Novena Zona Militar, estuvo casi muy a tono con el mar abierto que tenía frente a él, pues se condujo con frescura y diplomacia militar cuando los reporteros mazatlecos lo abordaron para entrevistarlo en torno al tema de la lucha “frontal” del Ejército contra el crimen organizado y el narcotráfico.

—General, ¿tienen alguna propuesta en el marco de esta reunión para evitar que los delincuentes se fuguen de la cárcel después de que el Ejército los captura? —pregunta Ríodoce al general Melo García.
—Nosotros no opinamos sobre esa situación porque todavía sé ni a qué acuerdos o conclusiones lleguen. Una vez que terminen, podríamos nosotros ya opinar sobre el particular.

—¿Y hacer una propuesta concreta al respecto?
—Exactamente, cuenten con ello.

—¿Está participando la ciudadanía con sus denuncias a la Sedena para combatir el crimen organizado?
—Sí, definitivamente, sí, la ciudadanía está participando, sobre todo en el aspecto que ellos deben tomar en cuenta que es necesario esa actividad, porque nosotros solos no podemos.

—Hay alguna estadística que nos diga cuántas denuncias se reciben a la semana.
—Sí la tenemos, ahorita le mentiría yo, pero se ha incrementando conforme ha ido pasando el tiempo y gracias a eso hemos tenido muy buenos resultados.

—¿Las fuerzas armadas han reforzado su participación en los operativos contra el crimen organizado, cuando menos aquí en Sinaloa?
—No, nosotros con los efectivos que tenemos es con los que estamos trabajando ahorita, independientemente de la buena coordinación que tenemos con las diferentes autoridades a nivel federal, estatal y municipal, que es lo que estamos llevando a cabo.

—Qué resultados puede anunciar o informar la Sedena a la ciudadanía en cuanto a su participación
—En primer lugar, que tenga la confianza de que nosotros estamos actuando precisamente en beneficio de la sociedad. Y que gracias a esa buena coordinación, ahorita, ustedes pueden desarrollar y buscamos que desarrollen sus actividades normales, que no haya esa situación que desgraciadamente, luego, no pueden disfrutar, por ejemplo, aquí Mazatlán. Entonces, parte de lo que nosotros buscamos en coordinación con el resto de las autoridades.

—Ha habido detenciones, han “reventado” las llamadas casas de venta de droga que hay…
—Bueno, nosotros aplicamos la Ley de Armas de Fuego y Explosivos, y la directiva del narcotráfico, ¿no?, pero en base a eso y las denuncias ciudadanas y la coordinación con las autoridades aplicamos ese tipo de actividad.

—A propósito de eso, general, vemos que cualquier delincuente porta un arma para cualquier asalto o cualquier negocio, “todo mundo” parece que está armado. ¿Por qué está ocurriendo eso?
—No, ahí ya, es otro nivel en el cual no le puedo yo contestar, pero créanme que nosotros estamos llevando a cabo la actividad precisamente para que no se presente eso. Tengan confianza

—¿Pero es un problema serio?
—Bueno, definitivamente usted sabe bien que desgraciadamente se maneja mucho la actividad de la venta clandestina y contra eso es muy difícil estarlos detectando.

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