José Pérez Vargas “El Piolín” murió
entre sospechas y desinformación en el reclusorio de Puente Grande. En la misma
semana, su sucesor en el organigrama criminal, Manuel Morales “El Gallero”, fue
secuestrado y Edgar Herrera “El Caimán”, su escolta delictivo, baleado, todo en
Jalisco. En el CAF atacan a “Los Chayannes”. Autoridades presumen violencia
interna
En las últimas semanas, entre
los crímenes que se han registrado en Tijuana, las autoridades de investigación
han detectado que aparte de las ejecuciones entre narcomenudistas, los cárteles
han emprendido una purga en sus células criminales. Están asesinando o privando
de la libertad a cabecillas de las mismas, que delinquen para los cárteles
Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Arellano Félix (CAF). A los primeros los
están atacando en Jalisco y a los segundos en Tijuana.
El quinto mes de 2019 fue
particularmente violento para los criminales que delinquen para el CJNG en
Tijuana. Preso desde el 19 de enero de 2017, cuando fue capturado en la colonia
La Chapalita de Guadalajara, el 15 de mayo de 2019 murió interno en Puente
Grande, Jalisco, Juan José Pérez Vargas “El Piolín”. Agentes operativos del
penal mencionaron a ZETA que “lo
suicidaron”, sin embargo, el reporte del Servicio Médico Forense (Semefo)
indicó como causa de muerte “broncoaspiración alimenticia”.
Semanas antes, el 5 de mayo,
este Semanario fue informado de un ataque a balazos en Jalisco. La versión
inicial fue que Héctor Manuel Morales Guzmán “El Gallero”, sucesor del
“Piolín”, había sido privado de la libertad en medio de una balacera y desde
entonces está desaparecido; en el mismo ataque sería herido “El Caimán”, líder
de sicarios en Tijuana.
De acuerdo a la poca
información que facilitaron las autoridades jaliscienses, Edgar Alejandro
Herrera Pardo “El Zame” y/o “El Caimán”, de 31 años de edad y protagonista de
varios homicidios y narcomensajes en Tijuana, fue atendido por autoridades del
sector salud, ante las cuales se identificó como Julio Alexander Franco Romo,
de 30 años, con una credencial de
elector que le acreditaba como residente del número 79 de la calle Parota, Colonia
Santa Fe de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco. Fue emitida en 2016 con vigencia
hasta 2026.
En el caso del cabecilla
Manuel Morales, por declaraciones proporcionadas por operadores del CJNG detenidos, las
autoridades presumen se trata de un ajuste interno, “existen versiones de que
el hombre se drogaba”. Sus operadores señalaron que se “ondeaba” y
“acostumbraba matar a su gente”, saliéndose de control.
Por lo anterior, consideran
que con “El Gallero” pudo darse un proceso similar al ocurrido con Arturo
Giovanni Gómez Herrera “El Gross”, primer cabecilla de sicarios identificado
por las autoridades como operador del CJNG en Tijuana, quien fue acribillado en
Guadalajara el 27 de octubre de 2016, después que algunos narcomenudistas de
Jalisco advirtieran que “los jefes estaba enojados” porque estaba haciendo un
matadero y “jalando marca”.
Acorde con las autoridades,
los beneficiados primarios de este reacomodo fueron el resto de los jefes
criminales de célula, incluido en el organigrama identificado desde 2015:
Jesús Alfonso Trapero “El
Jeshu”. Ex policía municipal, ex integrante del CAF y ex operador de la célula
de Alfonso Lira Sotelo “El Atlante” con Sinaloa. Actual cabecilla del CJNG.
Tiene dos antecedentes delictivos por robo de auto en la modalidad de posesión.
“El Padrino”. Operador
considerado en el organigrama del CJNG desde 2016, pero sigue sin ser
identificado físicamente.
Alejandro Estrada “El Lic
del Diablo”. Sin antecedentes delictivos
u órdenes en su contra. Responsable de la tramitología legal. Entre sus
clientes figuran operadores del CJNG. Era operador delictivos de José Soto “El
Tigre” y en algún momento los Lira Sotelo. El 29 de febrero de 2016, su hermano
y su escolta fueron asesinados en un estacionamiento de Zona Río en Tijuana, en
un atentado dirigido al abogado -versión de las autoridades-, el cual no se ha
esclarecido.
Jesús Rafael Yocupicio “El Cabezón”. Ubicado como cabecilla en los
organigramas desde 2015. Un narcomensaje procesado en octubre de 2018 lo señaló
como responsable de proporcionar la información que resultó en el asesinato del
“Atlante”. Su nombre no ha sido mencionado en capturas recientes.
El homicidio de Alfonso Lira
Sotelo -originalmente traficante del Cártel de Sinaloa en Tecate- redujo los
problemas del CJNG y empoderó al grupo de cabecillas antes mencionados, ya que
al salir de la cárcel en noviembre de 2017, “El Atlante” se enfrentó con el
abogado Alejandro Estrada, quien se negó a regresarle algunas propiedades que
le habían sido retiradas para evitar que fueran aseguradas por el gobierno.
Después de su captura, el 16 de septiembre de 2014 en Zapopan, Jalisco, tampoco
le permitieron regresar como líder de célula en el Estado.
“EL CHAYANNE” Y
“EL FLAQUITO”, AMENAZADOS
En el CAF, Gilberto Camacho
Valle “El Chayanne” fue responsabilizado de manera extraoficial por los
secuestros de comerciantes empresarios durante 2018. Por estos delitos, como
parte de las investigaciones, la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) detuvo y procesó a dos
células criminales, y en los expedientes no se consignó la participación de
Camacho.
Respecto a los plagios de
2018, una célula criminal fue detenida el 23 de mayo de ese año. Capturaron al
ex agente ministerial Sirak Anwar Ramírez Ferrer, Zozy Abad Hernández
Escalante, José Adrián Sánchez Nieblas, Leonel Guadalupe Sánchez Nieblas y el
menor de edad Edwin Enrique “N”. La carpeta contiene información que indica que
los plagiarios están ligados al CAF.
Cinco días antes, el 18 de
mayo, sicarios intentaron asesinar a Gilberto Camacho Valle “El Chayanne”
cuando salía de una pelea de vale todo, lo balearon sobre el Bulevar Díaz Ordaz
de la colonia Hipódromo en la delegación La Mesa, pero salió ileso.
En el lugar, con
perforaciones de bala en cuello, torso y pierna izquierda, quedó tendido sobre
la acera su medio hermano, Óscar Campillo Valles, quien murió el 23 de mayo en
las instalaciones del Hospital del Prado por las heridas recibidas.
La segunda célula de
secuestradores del CAF fue detenida en julio del mismo año: Luis Miguel Mendoza
López “El Padrino” y Jaime Daniel Martínez Martínez y/o Dominique Pastrana
“Joe”, “El G” y “El G1”, hijo de un traficante de la vieja guardia del CAF. De
acuerdo a la PGJE, ninguno de ellos aliado con “El Chayanne”.
El 21 de marzo de 2019, en
plena Zona del Río, fueron privados de la libertad Jesús Manuel y Marcos
Liborio Labra Félix, hijos de quien fuera el contador de los hermanos Arellano,
Jesús “Chuy” Labra, De nuevo, las versiones de abogados que participaron en la
negociación de la liberación que se dio al día siguiente, refirieron la
participación de Gilberto Camacho Valle “El Chayanne”, pero esta vez en
supuesta complicidad con José Roque García “El Roque”.
La violencia continuó y, el
28 de abril, Francisco Javier Camacho Valles fue asesinado en un ataque directo
en el que no hubo detenidos. El hermano
del “Chayanne” murió en el mercado sobre ruedas de la colonia Nueva Tijuana,
donde estaba con su esposa. En este contexto, la vida de Gilberto Camacho sigue
amenazada -según reportes de las autoridades- por integrantes de su propio
cártel criminal.
Advertido también al interior
del CAF, se encuentra Pablo Edwin Huerta Nuño “El Flaquito”, aunque no se ha
conocido de operativos criminales públicos en su contra y las fuerzas de
seguridad saben que el joven lleva una vida familiar normal en la colonia
Hipódromo de Tijuana.
“Cuando su grupo generó
muchos muertos, le dijeron que se fuera, que le parara y no ha hecho caso, eso
es lo que han dicho algunos detenidos”, comentó un integrante de las Mesas de
Pacificación.
Las advertencias para Huerta
comenzaron el 29 de enero de 2018, cuando privaron de la libertad y golpearon a
un policía ministerial de la Agencia Federal de Investigación Criminal, de la
entonces Procuraduría General de la República (hoy Fiscalía).
“Además, está la versión de
un posible acuerdo con el Cártel de Sinaloa, razón por la cual no hubo
problemas -el 15 de noviembre de 2018- después que los sinaloenses asesinaron
en El Tapanco en Rosarito a sus operadores y escoltas Jesús Edgar Ruiz
Domínguez y David Leonardo Cárdenas Ramírez”, citó la fuente.
Pese a las amenazas y pugnas
internas, de acuerdo a las autoridades, en el CAF el organigrama principal no
ha variado porque los asesinatos han sido de operadores, no de mandos.
A la cabeza de la
operatividad local se mantiene sin órdenes de aprehensión en su contra, José
Luis Escudero Escandón “El Quieto” y/o “El Pelus”. Según Héctor Manuel Gil
García “El Kadito”, es cuñado del “Flaquito”. Ahora también le apodan “El
Piloto”, mote inicialmente dado a uno de los sobrinos de los hermanos Arellano.
Como operadores continúan
también Isaac Ripa Bárcenas “Parri” y/o “Luis”; Roberto Parnás. Carlos Garmiño
González “El Karateca”, lugarteniente identificado del CAF capturado y liberado
2016, y la gente de Óscar Adán Rodríguez Guevara. “El Güero Chihuahua”, José
Manuel Núñez López “Don Balas”, Mario Rodríguez “El Compa”, Pedro Quintero
Velázquez “El Jaguar” y José Roque García. Todos sin órdenes de aprehensión
pendientes.
SE SIGUEN SUMANDO MUERTOS
El 17 de junio, el cuerpo aún
con vida de Luis David Sánchez, de 18 años, fue levantado de la acera por los
servicios médicos. Estaba sobre las avenidas José López Portillo y Miguel
Alemán Valdez de la colonia Presidentes. Tenía heridas de bala en la cabeza, en
el hombro derecho y en la espalda. Su deceso fue declarado en el Hospital
General y se convirtió en el muerto número mil de 2019 en Tijuana. El día con
más ejecuciones en el mes, miércoles 19 de junio, asesinaron a 14 personas en
24 horas.
Al cierre de esta edición
-jueves 20 de junio-, Tijuana acumuló mil 026 homicidios violentos, 142
cometidos en junio, con un promedio de 7.1 asesinatos por día. Las delegaciones
con más ejecuciones han sido San Antonio de los Buenos y La Presa.
TIJUANENSE LÍDER DE CÉLULA DE LAVADO DE DINERO PARA EL
CÁRTEL DE SINALOA SE DECLARA CULPABLE
El tijuanense Manuel Reynoso
García se declaró culpable de encabezar una red de lavado de dinero que servía
al Cártel de Sinaloa y a otras organizaciones criminales, la cual transfirió
más de 19 millones de dólares en efectivo desde Estados Unidos a cuentas
bancarias de los líderes de los cárteles en México.
En marzo de 2018, la Fiscalía
del Distrito Sur de California informó de una investigación desarrollada
durante años por agencias federales y locales, en la cual se identificó a 40
integrantes de una red internacional de lavado de dinero que operaba en la
región Tijuana-San Diego; Reynoso García lideraba una de estas células, en la
que también figuraban los tijuanenses Perla Alejandra Pérez Guirado, Estefanía
Plascencia Ponce, Joaquín Ramírez Calva y Gilberto Beltrán Salazar.
El 18 de junio, el hombre de
63 años de edad se declaró culpable de conspiración en lavado de dinero en la
Corte Federal de San Diego.
Entre otros detalles, admitió
que entre 2014 y 2017, encabezó un sofisticado esquema conformado por cuentas
de transferencias denominadas embudo -en las cuales terceros depositaban
cuantiosos montos de dinero en efectivo-, empresas de transferencia de dinero
sin licencias, empresas fantasma y otras capas de transacciones con el objetivo
de no ser rastreables ante el gobierno.
Para lograrlo, reclutaba
personas que abrieran cuentas bancarias en el sur de California, principalmente
en San Diego. Otros cómplices, ya fuera de lado mexicano o estadounidense,
viajaban a varias ciudades de Estados Unidos a recoger cargamentos de dinero en
efectivo a partir de 150 mil hasta 600 mil dólares, producto de la venta de
droga y otros negocios ilícitos.
Estos integrantes de la red
se encargaban de fragmentar los depósitos en pequeñas cantidades a las cuentas
de transferencia para que, de estas, el dinero fuera enviado a cuentas
bancarias en México. El dinero era retirado de sucursales bancarias en México y
recolectado para su entrega a líderes de cárteles como el de Sinaloa.
“Esta investigación se
encargó de asegurarse que el Cártel de Sinaloa y otros tengan una manera menos
de lavar su dinero sucio”, declaró Robert Brewer, fiscal de Distrito.
Por su parte, Scott Brunner,
agente especial del Buró Federal de Investigaciones, consideró que “cerrarle el
paso al dinero ilícito para que regrese a los cárteles de la droga, es detener
el flujo sanguíneo al corazón de estas empresas criminales principales”.
Reynoso García tiene fijada
su audiencia de sentencia para el 16 de septiembre. Si bien el cargo alcanza
una pena máxima de 20 años de prisión y una multa de medio millón de dólares,
es probable que obtenga una condena menor al haber admitido su culpabilidad.
MÁS DECOMISOS Y VIOLENCIA EN ENSENADA
De finales de mayo a la
fecha, los decomisos de drogas en Ensenada han incrementado, a la par de la
violencia, hasta alcanzar promedio diario de un asesinato durante junio. En lo
que va del año se han registrado 97 homicidios dolosos.
Por aire, tierra o mar, tanto
las Fuerzas Armadas como autoridades civiles de los tres órdenes han
participado en operativos en distintos puntos, arrojando decomisos de
marihuana, cristal, fentanilo, cocaína, heroína y amapola.
Los aseguramientos se
intensificaron a partir del 21 de mayo, con el descubrimiento de más de mil 700
kilogramos de marihuana y la droga conocida como cristal en el Ejido Uruapan y
La Bocana, ambos al sur de Ensenada, en dos acciones diferentes.
El mismo día, la Policía
Estatal Preventiva reveló la erradicación de seis plantíos de amapola
distribuidos en 2 mil 700 metros cuadrados en la zona de Santo Tomás, al sur
del municipio.
Por su parte, el 26 de mayo
la Secretaría de Marina incautó otro cargamento de 648 kilos de marihuana, tras
atender un reporte sobre una embarcación con fallas en el sistema de
propulsión, al Oeste de Salsipuedes.
Tres días después, el 67
Batallón de Infantería descubrió un cargamento de 215 kilogramos de marihuana
dentro de un vehículo tipo sedán sobre la carretera federal Ensenada-San
Felipe, poblado Valle de la Trinidad.
El 1 de junio, el Ejército
decomisó 480 kilogramos de marihuana, armas y cartuchos, en un camino de
terracería que conduce al Ejido Ignacio Zaragoza, Delegación Francisco Zarco.
Una semana después, incautó
28 kilogramos de cristal con valor de 7.9 millones de pesos, según cálculo de
la Secretaría de la Defensa Nacional durante una revisión en el retén militar
de Ojos Negros.
El 11 de junio, la Marina
asestó otro golpe al decomisar 79 kilogramos de cocaína transportados en el
buque Adrian Schulte, proveniente de Manzanillo, Colima. La embarcación arribó
al Muelle 2 de la Terminal Internacional de Ensenada.
El mismo día, autoridades
civiles y militares iniciaron el resguardo de un inmueble en San Quintín, donde
dos días después se realizó un cateo, hallando 969 planta de marihuana y un
invernadero.
El decomiso más reciente
ocurrió el lunes 17 de junio en Motel Dubái, ubicado a media cuadra del Bulevar
Costero y junto a las caballerizas de Playa Hermosa, donde de nuevo el Ejército
aseguró casi dos toneladas de marihuana, 255 kilos de cristal, 1.5 kilos de
heroína y 6.5 kilos de fentanilo.
El Ejército ofreció dos
versiones de los hechos. En una sostuvo que el operativo derivó de una labor de
inteligencia, mientras que en la otra refiere que se atendió un reporte al C4
sobre personas armadas realizando actividades ilícitas.
En el motel se incautaron
727.9 kilogramos de drogas, en tanto que en Playa Hermosa, alrededor de mil 942
kilos de enervantes.
DESTRUYEN 31.4 TONELADAS DE MARIHUANA
Alrededor de 31.4 toneladas
de plantas de marihuana fueron erradicadas por la Policía Federal, en
colaboración con autoridades de Estados Unidos, en dos plantíos que sumaron una
superficie de 2.1 hectáreas.
De acuerdo con información
oficial, personal arribó al Kilómetro 23+000 de la carretera Mexicali-Tijuana,
tramo El Centinela-La Rumorosa, y se internó 53 kilómetros hacia el Suroeste en
un camino de terracería.
En el lugar se descubrió un
plantío de marihuana de 10 mil metros cuadrados de superficie, con una densidad
de dos plantas por metro cuadrado, de dos metros de altura y un peso de 800
gramos por planta. Allí se contabilizaron 20 mil plantas de marihuana, con un
peso de 16 toneladas, las cuales fueron incineradas en el sitio.
El segundo plantío fue
localizado contiguo al primero, en una extensión de 11 mil metros cuadrados,
densidad de dos plantas por metro cuadrado; cada planta medía 1.9 metros de
altura, dando un total de 22 mil plantas y un peso aproximado a 15 mil 400
kilogramos.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN
IMPRESA/ INVESTIGACIONES ZETA/ LUNES, 24
JUNIO, 2019 01:00 PM)
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