Fotos: Jorge Dueñes
Autoridades han identificado
un alza en las desapariciones forzadas en Tijuana, la Fiscalía Especializada ya
no solo recibe reportes de menores, adultos mayores o migrantes extraviados,
sino de personas privadas de la libertad, principalmente por otros delincuentes,
para ser asesinadas. Esta tendencia constituye el 60 por ciento de los casos
que atienden. Con el aumento en homicidios dolosos, las investigaciones apuntan
al narcomenudeo como causa de ello. Los desaparecidos están siendo encontrados,
pero muertos.
Falco, entrenado para buscar restos
humanos
Hasta hace unos años, el área
especializada en búsqueda de personas de la Procuraduría General de Justicia
del Estado (PGJE) en Tijuana recibía mayormente reportes de adolescentes que
salían de sus hogares. Casi siempre eran localizados en días u horas, pero la
situación de violencia en la ciudad ha cambiado ese patrón.
Ahora la mayoría de los casos
se concentran en desapariciones forzadas, encontrar a aquellas personas que
fueron privadas de la libertad para luego ser asesinadas.
Miguel Ángel Guerrero,
titular de la Fiscalía Especializada para la Investigación y Persecución de
Delitos de Desaparición Forzada y Desaparición cometida por Particulares y No
Localizados, explica que desde inicios de 2018, los reportes que recibe esta
área, antes conocida como CAPEA (Centro de Apoyo para Personas Ausentes o
Extraviadas), comenzaron a cambiar.
“Nos están apareciendo
muertos. Anteriormente, el 70 por ciento de los reportes de CAPEA eran de
menores de edad que se iban de sus casas, ahora el 60% son temas de
narcomenudistas que reportan como desaparecidos y muchas veces los encontramos
en Semefo o sin vida en algún punto de la ciudad”, señala el funcionario
estatal.
El modo de operación de estos
crímenes es el siguiente: la víctima es privada de la libertad, trasladada a un
domicilio, donde se le golpea o tortura -muchas veces con el fin de obtener
información acerca de droga, dinero o del grupo delincuencial contrario-,
después es asesinada y su cuerpo es arrojado en la calle o algún lote baldío.
En pocos casos, a la víctima se le entierra o incinera.
MÁS INFORMACIÓN EN LA EDICIÓN IMPRESA EN CIRCULACIÓN
ESTE VIERNES 22 DE MARZO
(SEMANARIO ZETA/ DESTACADOS INÉS GARCÍA RAMOS /VIERNES, 22 MARZO, 2019
06:31 PM)
No hay comentarios:
Publicar un comentario