Gustavo Rodríguez González se convirtió
en el primer funcionario inhabilitado y multado por la Secretaría de la Función
Pública mientras se investigan los desvíos multimillonarios en las gestiones de
su jefa, Rosario Robles Berlanga, al frente de la Sedesol y la Sedatu. Él era
el vocero, el encargado de las oficinas de donde salieron los muchos millones
de pesos para saturar periódicos, radio, televisión, sitios digitales y
autobuses con los supuestos logros del combate al hambre en México.
Los datos públicos de la Administración
que está por concluir muestran un frenesí en el gasto de campañas mediáticas.
Como protagonista de la danza de los millones de pesos, siempre aparece la
Sedesol. Y en el centro de la decisiones, se asoma el nombre de Rodríguez
González quien en un solo día avaló 75 contratos por Adjudicación Directa de la
campaña “Cruzada Nacional contra el Hambre. Dos años cumpliendo”. Es el mismo
despliegue donde el Órgano Interno de Control de la dependencia le señala una
fuga de dinero.
En esta historia ha quedado muy claro
que había dinero, tanto que algunos montos fueron muy bien acreditados y al
tiempo, ocurrieron supuestos desfalcos con esquemas complejos. Y también está
claro que la crisis alimentaria en México, después de la Cruzada, es peor. El
Coneval admite que a al drama de la pobreza se sumaron dos millones de
mexicanos y la ASF no ha recibido la comprobación de que quienes padecían
hambruna hayan recibido algo, lo más mínimo de este flujo.
PRIMERA PARTE DE UNA SERIE
Ciudad de México, 13 de
octubre (SinEmbargo).- Gustavo Rodríguez González fue vocero de la Secretaría
de Desarrollo Social (Sedesol) y de la de Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano (Sedatu) en el Gobierno de Enrique Peña Nieto. Fue el hombre que siempre
estuvo en el centro de las decisiones para avalar las multimillonarias campañas
de publicidad oficial que proclamaban los supuestos resultados de los programas
sociales a cargo de su jefa, Rosario Robles Berlanga, titular de las dos
dependencias. Fue el funcionario público que se encargó de difundir los logros
inexistentes del combate al hambre en México con miles de spots en radio y
televisión, así como en periódicos, sitios digitales y autobuses.
Mientras esos despliegues
millonarios se realizaban, Rosario Robles Berlanga se convertía en la
funcionaria con más insolvencias sin atender ante la Auditoría Superior de la
Federación (ASF) -un cúmulo de cinco mil 321 millones hasta ahora- y se
distinguía por su ineficacia. La Unidad de Datos de SinEmbargo revisó los
indicadores en el Quinto Informe de Gobierno para conocer los alcances del
Gobierno. El hallazgo fue que 18 de 31 objetivos están incumplidos; pero en 12,
los relacionados con el combate a la pobreza y que estuvieron a cargo de ella,
ni siquiera hay información suficiente.
“No te preocupes, Rosario”,
le dijo el Presidente Enrique Peña Nieto durante el lanzamiento de la Cruzada
en Zinacantán, Chiapas, frente a Inacio Lula da Silva, en 2013, cuando la
entonces Secretaria de Desarrollo Social había recibido la primera acusación:
la utilización de los programas sociales para acarrearle votos al Partido
Revolucionario Institucional (PRI).
Cinco años después las
imputaciones son más graves. Ahora debe explicar qué ocurrió con 700 millones
de pesos provenientes de convenios con universidades públicas que bajos
esquemas de subcontratación no comprobaron los recursos recibidos, tanto en la
Sedesol como en la Sedatu. A Rosario Robles Berlanga, la ASF le señala un
complejo esquema fraudulento en el que incurrió de manera sistemática en las
dos Secretarías. Ante los medios, ha dicho: “Estoy muy tranquila… Y que se me
investigue por debajo de las piedras”.
La suerte no ha sido la misma
para su vocero e impulsor de sus campañas de difusión. Gustavo Rodríguez
González fue inhabilitado y multado por la Secretaría de la Función Pública
(SFP) por el presunto saqueo de dinero de la Sedesol a través de la campaña
“Cruzada Nacional. Dos años cumpliendo”.
***
Desde su cargo en la Unidad
de la Oficina de la Secretaría y Comunicación Social en la Sedesol en 2015,
Gustavo Rodríguez González habría liberado pagos a Radio y Televisión de
Hidalgo (RTH) para simular los servicios en la campaña de difusión “Cruzada
Nacional Contra el Hambre. Dos años cumpliendo”. El supuesto daño fue de 175
millones 411 mil 524 pesos.
Por esta razón, el 26 de
septiembre, la Secretaría de la Función Pública (SFP) le impuso una sanción de
inhabilitación temporal para desempeñar empleos, cargos o comisiones en el
servicio público por 10 años, así como una sanción económica de 210 millones
493 mil 829 pesos.
Por un lado, hubo un supuesto
desfalco a través de un esquema complejo y opaco, pero por el otro, los
mecanismos de Transparencia del Gobierno federal indican un gasto frenético en
la difusión de los logros inexistentes del combate a la hambruna en México a
través de esa misma campaña.
Los datos abiertos muestran
que el mismo ex funcionario avaló en un solo día -el 24 de febrero de 2015- 75
contratos por Adjudicación Directa para difundir dos años de la Cruzada por 211
millones 834 mil 256 pesos. Los mayores contratos fueron con Televisa que
recibió 102 millones 259 mil pesos y Estudios Azteca que tuvo 27 millones de
pesos.
El dinero aprobado ese día
por Rodríguez González es la mitad del presupuesto que en 2015 tuvo el Consejo
Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el
órgano de la misma Sedesol que monitorea el desempeño de los programas
sociales.
Ese año en que la Sedesol
difundía una campaña mediática de su trabajo para el combate al hambre, en
México había dos millones más de pobres que en diciembre de 2012, cuando se
inició el Gobierno peñanietista. El crecimiento de la población en esa
tristísima condición había pasado de 53.3 millones a 55.3, un 46.2 por ciento del
total en el país, según detectó el propio Coneval.
En efecto, el número de
mexicanos en pobreza extrema disminuyó en ese periodo al pasar de 11.5 millones
a 11.4. Pero la disminución fue de sólo 100 mil ciudadanos; es decir, apenas el
0.8 por ciento.
Sin que esto importara, el
flujo de dinero en torno a la Cruzada continuaba en gastos que no tenían -aún
no la tienen- explicación.
En la auditoría
13-0-20100-12-0269 sobre el primer año de la gestión de Rosario Robles en la
Sedesol aparece una factura de 32 mil 900 pesos en globos para adornar los
actos de promoción del programa. Cada uno salió en 212 pesos cuando el valor de
mercado es de 15 a 35 pesos.
La ASF señaló que esos
artículos no correspondían con los objetivos que establecía el decreto del
Sistema Nacional para la Cruzada contra el Hambre que son: cero hambre a partir
de una alimentación y nutrición adecuada de las personas en pobreza
multidimensional extrema y carencia de acceso a la alimentación”.
Gustavo Rodríguez González, ex director
general de Comunicación Social de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol),
fue destituido e inhabilitado después de que se le señalara por haber
presuntamente autorizado un pago millonario a Radio y Televisión de Hidalgo
(RTH). Foto: Twitter @GusRodriguezG
***
Así se gestionaba el programa
estelar para combatir la crisis alimentaria en México. Pero no resultaba
extraño. El gasto en publicidad oficial fue un estilo en la comunicación
gubernamental de la Administración que está por concluir.
Un estudio de Fundar Centro
de Análisis reveló que de 2013 a 2016, rebasar los presupuestos aprobados por
la Cámara de Diputados era una constante en las entidades gubernamentales. En
tres años, el Gobierno había gastado 71.86 por ciento más, del monto aprobado
para este rubro.
Era la Sedesol la que
protagonizaba la danza de estos dineros. En 2015, el Gobierno anunció diversos
recortes presupuestarios, incluido un 10 por ciento para publicidad oficial. En
la dependencia gestionada por Rosario Robles, las cifras mostraban que más
bien, esta erogación creció de manera exponencial. Desarrollo Social tuvo un
recorte de 2 por ciento de su presupuesto en 2015 y de 3 por ciento en 2016.
Aun así, ejerció un monto superior en mil 210 millones de pesos respecto a lo
aprobado.
De 2013 a 2016, las
dependencias que más erogaron en publicidad oficial fueron Promotur (9.69 por
ciento); el IMSS (7.22 por ciento); la SEP (5.83 por ciento); Pronósticos para
la Asistencia Pública (5.10 por ciento); y la Sedesol (6.57 por ciento).
En la Sedesol, la
responsabilidad de estas campañas estuvieron bajo Gustavo Rodríguez, un
funcionario que percibió un sueldo bruto de cuatro millones 265 mil pesos
mientras ocupó la Jefatura de la Unidad de la Oficina de la Secretaría y
Comunicación Social de esa dependencia. En la Sedatu, como Director General y
Coordinador General de la misma área, completó una percepción bruta de cuatro
millones 265 mil 904 pesos.
Cuando, en enero de 2011
ingresó al servicio público (era el último año de Gobierno de Felipe Calderón
Hinojosa), declaró que era dueño de una casa en un terreno de 90 metros
cuadrados con 70 de construcción que obtuvo mediante un crédito. Además, tenía
dos coches adquiridos al contado. Uno era un Dodge Neón 2001 y otro, un Honda
CRV 2005. Los dos los había comprado al contado.
Le informó a la Función
Pública que en ese momento cursaba la Licenciatura en Ciencias de la
Comunicación en la Universidad del Valle de México, que había sido reportero
del periódico Excélsior y después, Director Corporativo de Comunicación de la
Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo.
En cuanto tomó posesión en
diciembre de 2012, el Presidente Enrique Peña Nieto nombró a Rosario Robles
Berlanga en el cargo principal de la Sedesol. Gustavo Rodríguez se convirtió
entonces en Jefe de la Unidad de la Oficina de la Secretaría de Comunicación
Social. A partir de ese momento, impidió que su fortuna fuera pública. La
consulta de sus declaraciones patrimoniales sólo arroja su Currículum en el que
se observa que mientras trabajó en la dependencia, se licenció en Comunicación
y luego, obtuvo una Maestría en Administración Pública en la Universidad del
Valle de México.
A punto de concluir la
Administración, Gustavo Rodríguez se convirtió en el primer funcionario
sancionado mientras la Función Pública investiga los desvíos multimillonarios
en las gestiones de Rosario Robles al frente de la Sedesol y la Sedatu porque
no tiene constancia de los entregables de un convenio de la campaña “Cruzada
Nacional contra el Hambre. Dos años cumpliendo”.
Rosario Robles (centro) junto a Gustavo
Rodríguez (izq) en la presentación de los Servicios Públicos de Información del
Registro Agrario Nacional el 21 de agosto de 2017. Foto: Sedatu
Como vocero de Rosario
Robles, estuvo siempre mientras ella se defendía en los medios de comunicación
de las acusaciones sobre desvío de dinero. Pero el 26 de septiembre apareció
solo en el despacho de abogados Hernández Pliego. Ahí dijo que entregaba su
cargo para defenderse. Luego, en varias entrevistas refirmó que los entregables
que se le reclaman se encuentran en la Sedesol y que además, la ASF admite en
sus auditorías que “… el prestador del servicio hizo entrega a la (dependencia)
de los trabajos solicitados de los que se verificó la existencia de los
testigos del trabajo realizado (audios, videos, etc).
Más allá de la campaña
efectuada y del supuesto desvío de dinero, respecto al combate al hambre,
México está igual o peor. Los logros de la Cruzada no están claros. Es la hora
en que la Sedesol no ha acreditado que los beneficiarios fueran individuos en
extrema pobreza y no ha comprobado en qué medida se atendieron sus carencias.
Ha quedado muy claro que para difusión había dinero, pero no se sabe cuánto fue
destinado para abatir el hambre.
(SIN EMBARGO/ LINALOE R. FLORES/ 15 DE OCTUBRE 2018)
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