Fotos: Marcos Flores
La inauguración de la planta por parte
del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, se dio aún sin entregar un
solo litro de agua a la CESPE y con dos nuevas fechas para hacerlo: 9 y 15 de
julio
La entrega de la planta
desalinizadora de agua de mar en Ensenada por el Presidente de la República,
Enrique Peña Nieto, el lunes 11 de
junio, se convirtió en un evento de simulación, un montaje.
Hasta el momento no aporta un
solo litro de agua a los ciudadanos, y mientras la empresa Aguas de Ensenada y
la Comisión Estatal del Agua (CEA) fijan como fecha de inicio el 9 de julio, la
Comisión Nacional del Agua (Conagua) dice que “a más tardar” el 15 de julio.
La planta producirá 8
millones de metros cúbicos anuales, a un promedio de 20 pesos el metro, que
dejará ganancias por 160 millones de pesos anuales. Después de los 20 años de
vigencia del contrato, la empresa habrá obtenido 3 mil 200 millones de pesos, poco
menos de cuatro veces lo invertido.
No hay un panorama claro en
cuanto el retraso de 15 meses y los responsables, así como en el aumento de 517
millones a 882 millones de pesos en el costo original de la obra. Mientras
tanto, el contrato de prestación de servicios no está disponible en
Transparencia.
El viernes 1 de junio,
durante la toma de protesta del nuevo presidente del Consejo Coordinador
Empresarial de Ensenada (CCEE), Jorge Cortés, insistió ante el titular de la
Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), Carlo Bonfante, la necesidad de
poner en marcha la planta; en respuesta, el representante del gobernador
Francisco Vega de Lamadrid en ese evento declaró que se estaban probando los
equipos y que el Estado se reuniría en los siguientes días con los empresarios
españoles.
El miércoles 6 de junio, el
director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE),
Carlos Loyola Peterson, subió el tono del discurso frente a un panorama
incierto y la creciente exigencia de los ciudadanos de contar con el servicio
de agua ante la proximidad del verano, enfrentando un déficit del 18 por
ciento.
Foto: Marcos Flores
Dicho retraso, reclamó ante
ZETA, “coloca otra vez a la CESPE en una situación bastante incómoda que ya ha
llegado en el caso de nosotros a un grado fuerte de molestia, porque
consideramos que las posibles explicaciones que nos puedan dar los ejecutivos
de la empresa, ya para nosotros son inaceptables; ya no hay, desde el punto de
vista de la CESPE, razón que valga”, reiteró.
Loyola dijo haber insistido a
la CEA para revisar el contrato de prestación de servicios con la empresa Aguas
de Ensenada, a fin de imponerle sanciones o inclusive rescindir el contrato. La
CESPE no había sido informada de una nueva fecha de operación de la planta.
Cabe precisar que Aguas de Ensenada “entregará” el agua a la CEA y esta a su
vez la venderá a CESPE.
Existen cláusulas en las que
se establecen sanciones económicas, “lo que en la CEA nos dicen, es que el
procedimiento normal es terminar el proyecto, luego viene el cierre financiero
del proyecto y ahí es donde se analizarán los costos, retrasos y sanciones a
las que se hayan hecho acreedores los inversionistas españoles”, comentó el
director de la CESPE.
“No nos importa si el
edificio está pintado o si el patio está pavimentado, lo que nos importa es que
esté produciendo agua y después, que hagan lo que quieran”, remató.
NI LA EMPRESA NI CEA ASUMEN RESPONSABILIDAD
La misma noche del miércoles
6 de junio, Comunicación Social del Estado convocó a un recorrido por la planta
a las 12:00 pm del jueves 7 de junio. Moisés Pariente, director de Aguas de
Ensenada, de GS Inima, dijo que la obra ya estaba terminada, en periodos de
prueba y de ajustes para que el agua cumpliera con toda la norma, previo a su
envío al tanque El Gallo.
— ¿Cuál es el precio que ustedes darán a la CEA por
metro cúbico?
“Se la debo, pero hay un
modelo financiero, está incorporado dentro del contrato, hay unos cocientes de
actualización y realmente ahora mismo si me pregunta, no le podría dar el
número exacto”.
— ¿Cuál fue el costo real de la planta desaladora,
cuánto costó construirla?
“Estamos en 760…”.
En ese instante lo
interrumpió un funcionario de CEA, quien dijo que el costo fue de 880 millones
de pesos, pero que la cifra del directivo español era sin Impuesto al Valor
Agregado (IVA).
— ¿Qué tanto se elevó el precio de lo que se tenía
contemplado?
“El tema principal que hubo
aquí fue que la intención era construir la planta en otro sitio (El Salitral).
Hubo varios requerimientos del Ayuntamiento, de CFE (Comisión Federal de
Electricidad). Por ejemplo, nosotros tenemos una línea enterrada de alta tensión
que no estaba considerada dentro del proyecto”.
— ¿Cuándo se
tenía que haber entregado la obra y cuáles fueron las razones de la empresa
para incumplir con los tiempos?
“Estos proyectos son muy
complejos y tienen muchos factores. Esto no es un tema de un retraso atribuible
ni a nosotros ni a la CEA, lo que pasa que por el camino hay requerimientos de
diferentes instituciones y hay que tomarlos en cuenta”.
— ¿La empresa recibió los pagos a tiempo?
“Esto va a través de un
fideicomiso, como parte de la estructura financiera de este proyecto, pues
tiene aporte del gobierno federal, de bancos y aporte nuestro”.
— ¿En qué montos de cada entidad?
“De capital de riesgo, que le
llaman, aportación de la empresa es un 25 por ciento; del Fonadin (Fondo Nacional
de Infraestructura), entre 20 y 25%; el resto es financiado a través una
institución”.
— En 2017 se hablaba de problemas con la obra marina,
este año ¿cuál ha sido el motivo del retraso?
“Se ha manejado una fecha de
la obra terminada, en diciembre, se refería a la obra civil, faltaba
equipamiento electromecánico que se ha hecho con posterioridad. Después de
haberse equipado el sistema se han iniciado con pruebas en seco, en húmedo, y
es dentro del proceso de arranque”.
Después de la entrevista con
el director de la empresa española constructora de la planta, se cuestionó al
director de la CEA, Ricardo Cisneros.
— El director de la CESPE aseguró haber pedido a la
CEA revisar el contrato para imponer sanciones o rescindir el contrato con la
empresa. ¿Cuál es la postura?
“La idea de la visita es que
constaten la terminación de la obra, que está a punto de iniciar. Realmente ha
habido un desfasamiento de tiempo, pero como bien lo mencionaba Moisés
(Pariente), ha sido a causa de modificaciones en especificaciones, en un cambio
de sitio, cuestiones climáticas, también muchos de los equipos vienen de
Europa, de Alemania. Son cosas que intervienen y afectan los tiempos en un
momento dado de desarrollo, yo entiendo que Carlos (Loyola), al igual que la
población, se encuentran ya con una presión muy fuerte, hay una presión social
muy fuerte por la necesidad del agua, por eso la empresa también está haciendo
un gran esfuerzo para que esto suceda a la brevedad”.
— ¿Son causas atribuibles a la empresa?
“No. Como bien lo menciona
Carlos en sus declaraciones, la parte contractual es entre Aguas de Ensenada y
Comisión Estatal del Agua, y nosotros hemos estado muy al pendiente del
seguimiento de todo el proceso y haciendo los análisis pertinentes para que
proceda lo que tenga que proceder, y lo que no, pues hacer las deductivas
correspondientes”.
— ¿Cuál es el costo estimado del metro cúbico?
“El estimado es que el agua
debe costarle lo mismo a la población de lo que ya cuesta sacarlo de los pozos
o del flujo inverso. La idea es mantenerlo lo más cercano posible a ese costo.
Como bien decía Moisés, no podemos dar ese monto ahorita, sería una
irresponsabilidad, puesto que no se ha cerrado el número final de la etapa de
inversión y demás. Aun cuando estamos ya por cerrar la parte de operación,
todavía la parte financiera tiene un proceso para hacer el cierre total donde
se van a poder definir los montos”.
— A partir del 9 de julio, ¿cuánto se demoraría para
dar el servicio?
“La responsabilidad de Aguas
de Ensenada es ubicar el agua en El Gallo, que es el tanque de distribución de
la CESPE, de ahí en adelante ya será responsabilidad de Carlos Loyola la
distribución. Una vez que tengamos la parte operativa terminada, entraremos al
cierre de la parte financiera que nos debe llevar alrededor de un mes, mes y
medio”.
— ¿Hubo un incremento en el costo de la obra?
“Finalmente sí hubo un
incremento, no podemos tapar el sol con un dedo, pero el incremento está
plenamente justificado, tanto por el cambio de sitio, por requerimientos en
especificaciones y por consideraciones precisamente para la ampliación de la
segunda etapa. El costo inicial era de 570 millones y nos fuimos a 880
millones”.
— ¿De dónde salió ese ajuste?
“La inversión es mayormente
de la empresa, hay una parte que colocó el Gobierno Federal, fija. La empresa
financió todos los cambios”.
CONTRATO NO APARECE EN
TRANSPARENCIA DE CEA
En el portal de la CEA, en el
apartado APP, aparecen datos sobre el Sistema Integral Hídrico para la Región
de San Quintín en el Municipio de Ensenada; y la Construcción, Financiamiento y
Operación de una Planta Desalinizadora en el Municipio de Playas de Rosarito,
pero no de la desalinizadora de Ensenada.
En el apartado de
Transparencia de la CEA, en la información de oficio, se dan a conocer
concesiones, contratos, convenios, permisos, licencias o autorizaciones, además
de resultados de adjudicaciones, invitaciones y licitaciones, pero en ninguno
figura el contrato de la desalinizadora.
ZETA intentó contactar vía
telefónica a Marco Antonio Zambrano Leal, titular de la unidad de Transparencia
de la Comisión Estatal del Agua, para solicitarle directamente una copia del
contrato o una liga para encontrarlo, pero hasta el cierre de esta edición, no
respondió al llamado.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ MARCO A. FLORES
/LUNES, 18 JUNIO, 2018 01:00 PM)
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