lunes, 18 de junio de 2018

EL MONTAJE DE LA DESALINIZADORA



Fotos: Marcos Flores

La inauguración de la planta por parte del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, se dio aún sin entregar un solo litro de agua a la CESPE y con dos nuevas fechas para hacerlo: 9 y 15 de julio

La entrega de la planta desalinizadora de agua de mar en Ensenada por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el lunes 11 de  junio, se convirtió en un evento de simulación, un montaje.

Hasta el momento no aporta un solo litro de agua a los ciudadanos, y mientras la empresa Aguas de Ensenada y la Comisión Estatal del Agua (CEA) fijan como fecha de inicio el 9 de julio, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) dice que “a más tardar” el 15 de julio.

La planta producirá 8 millones de metros cúbicos anuales, a un promedio de 20 pesos el metro, que dejará ganancias por 160 millones de pesos anuales. Después de los 20 años de vigencia del contrato, la empresa habrá obtenido 3 mil 200 millones de pesos, poco menos de cuatro veces lo invertido.

No hay un panorama claro en cuanto el retraso de 15 meses y los responsables, así como en el aumento de 517 millones a 882 millones de pesos en el costo original de la obra. Mientras tanto, el contrato de prestación de servicios no está disponible en Transparencia.

El viernes 1 de junio, durante la toma de protesta del nuevo presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Ensenada (CCEE), Jorge Cortés, insistió ante el titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), Carlo Bonfante, la necesidad de poner en marcha la planta; en respuesta, el representante del gobernador Francisco Vega de Lamadrid en ese evento declaró que se estaban probando los equipos y que el Estado se reuniría en los siguientes días con los empresarios españoles.

El miércoles 6 de junio, el director de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE), Carlos Loyola Peterson, subió el tono del discurso frente a un panorama incierto y la creciente exigencia de los ciudadanos de contar con el servicio de agua ante la proximidad del verano, enfrentando un déficit del 18 por ciento.



Foto: Marcos Flores

Dicho retraso, reclamó ante ZETA, “coloca otra vez a la CESPE en una situación bastante incómoda que ya ha llegado en el caso de nosotros a un grado fuerte de molestia, porque consideramos que las posibles explicaciones que nos puedan dar los ejecutivos de la empresa, ya para nosotros son inaceptables; ya no hay, desde el punto de vista de la CESPE, razón que valga”, reiteró.

Loyola dijo haber insistido a la CEA para revisar el contrato de prestación de servicios con la empresa Aguas de Ensenada, a fin de imponerle sanciones o inclusive rescindir el contrato. La CESPE no había sido informada de una nueva fecha de operación de la planta. Cabe precisar que Aguas de Ensenada “entregará” el agua a la CEA y esta a su vez la venderá a CESPE.

Existen cláusulas en las que se establecen sanciones económicas, “lo que en la CEA nos dicen, es que el procedimiento normal es terminar el proyecto, luego viene el cierre financiero del proyecto y ahí es donde se analizarán los costos, retrasos y sanciones a las que se hayan hecho acreedores los inversionistas españoles”, comentó el director de la CESPE.

“No nos importa si el edificio está pintado o si el patio está pavimentado, lo que nos importa es que esté produciendo agua y después, que hagan lo que quieran”, remató.

NI LA EMPRESA NI CEA ASUMEN RESPONSABILIDAD

La misma noche del miércoles 6 de junio, Comunicación Social del Estado convocó a un recorrido por la planta a las 12:00 pm del jueves 7 de junio. Moisés Pariente, director de Aguas de Ensenada, de GS Inima, dijo que la obra ya estaba terminada, en periodos de prueba y de ajustes para que el agua cumpliera con toda la norma, previo a su envío al tanque El Gallo.

— ¿Cuál es el precio que ustedes darán a la CEA por metro cúbico?

“Se la debo, pero hay un modelo financiero, está incorporado dentro del contrato, hay unos cocientes de actualización y realmente ahora mismo si me pregunta, no le podría dar el número exacto”.

— ¿Cuál fue el costo real de la planta desaladora, cuánto costó construirla?

“Estamos en 760…”.

En ese instante lo interrumpió un funcionario de CEA, quien dijo que el costo fue de 880 millones de pesos, pero que la cifra del directivo español era sin Impuesto al Valor Agregado (IVA).

— ¿Qué tanto se elevó el precio de lo que se tenía contemplado?

“El tema principal que hubo aquí fue que la intención era construir la planta en otro sitio (El Salitral). Hubo varios requerimientos del Ayuntamiento, de CFE (Comisión Federal de Electricidad). Por ejemplo, nosotros tenemos una línea enterrada de alta tensión que no estaba considerada dentro del proyecto”.


  ¿Cuándo se tenía que haber entregado la obra y cuáles fueron las razones de la empresa para incumplir con los tiempos?

“Estos proyectos son muy complejos y tienen muchos factores. Esto no es un tema de un retraso atribuible ni a nosotros ni a la CEA, lo que pasa que por el camino hay requerimientos de diferentes instituciones y hay que tomarlos en cuenta”.

— ¿La empresa recibió los pagos a tiempo?

“Esto va a través de un fideicomiso, como parte de la estructura financiera de este proyecto, pues tiene aporte del gobierno federal, de bancos y aporte nuestro”.

— ¿En qué montos de cada entidad?

“De capital de riesgo, que le llaman, aportación de la empresa es un 25 por ciento; del Fonadin (Fondo Nacional de Infraestructura), entre 20 y 25%; el resto es financiado a través una institución”.

— En 2017 se hablaba de problemas con la obra marina, este año ¿cuál ha sido el motivo del retraso?

“Se ha manejado una fecha de la obra terminada, en diciembre, se refería a la obra civil, faltaba equipamiento electromecánico que se ha hecho con posterioridad. Después de haberse equipado el sistema se han iniciado con pruebas en seco, en húmedo, y es dentro del proceso de arranque”.

Después de la entrevista con el director de la empresa española constructora de la planta, se cuestionó al director de la CEA, Ricardo Cisneros.

— El director de la CESPE aseguró haber pedido a la CEA revisar el contrato para imponer sanciones o rescindir el contrato con la empresa. ¿Cuál es la postura?

“La idea de la visita es que constaten la terminación de la obra, que está a punto de iniciar. Realmente ha habido un desfasamiento de tiempo, pero como bien lo mencionaba Moisés (Pariente), ha sido a causa de modificaciones en especificaciones, en un cambio de sitio, cuestiones climáticas, también muchos de los equipos vienen de Europa, de Alemania. Son cosas que intervienen y afectan los tiempos en un momento dado de desarrollo, yo entiendo que Carlos (Loyola), al igual que la población, se encuentran ya con una presión muy fuerte, hay una presión social muy fuerte por la necesidad del agua, por eso la empresa también está haciendo un gran esfuerzo para que esto suceda a la brevedad”.

— ¿Son causas atribuibles a la empresa?

“No. Como bien lo menciona Carlos en sus declaraciones, la parte contractual es entre Aguas de Ensenada y Comisión Estatal del Agua, y nosotros hemos estado muy al pendiente del seguimiento de todo el proceso y haciendo los análisis pertinentes para que proceda lo que tenga que proceder, y lo que no, pues hacer las deductivas correspondientes”.

— ¿Cuál es el costo estimado del metro cúbico?

“El estimado es que el agua debe costarle lo mismo a la población de lo que ya cuesta sacarlo de los pozos o del flujo inverso. La idea es mantenerlo lo más cercano posible a ese costo. Como bien decía Moisés, no podemos dar ese monto ahorita, sería una irresponsabilidad, puesto que no se ha cerrado el número final de la etapa de inversión y demás. Aun cuando estamos ya por cerrar la parte de operación, todavía la parte financiera tiene un proceso para hacer el cierre total donde se van a poder definir los montos”.

— A partir del 9 de julio, ¿cuánto se demoraría para dar el servicio?

“La responsabilidad de Aguas de Ensenada es ubicar el agua en El Gallo, que es el tanque de distribución de la CESPE, de ahí en adelante ya será responsabilidad de Carlos Loyola la distribución. Una vez que tengamos la parte operativa terminada, entraremos al cierre de la parte financiera que nos debe llevar alrededor de un mes, mes y medio”.


— ¿Hubo un incremento en el costo de la obra?

“Finalmente sí hubo un incremento, no podemos tapar el sol con un dedo, pero el incremento está plenamente justificado, tanto por el cambio de sitio, por requerimientos en especificaciones y por consideraciones precisamente para la ampliación de la segunda etapa. El costo inicial era de 570 millones y nos fuimos a 880 millones”.

— ¿De dónde salió ese ajuste?

“La inversión es mayormente de la empresa, hay una parte que colocó el Gobierno Federal, fija. La empresa financió todos los cambios”.

CONTRATO NO APARECE EN TRANSPARENCIA DE CEA

En el portal de la CEA, en el apartado APP, aparecen datos sobre el Sistema Integral Hídrico para la Región de San Quintín en el Municipio de Ensenada; y la Construcción, Financiamiento y Operación de una Planta Desalinizadora en el Municipio de Playas de Rosarito, pero no de la desalinizadora de Ensenada.

En el apartado de Transparencia de la CEA, en la información de oficio, se dan a conocer concesiones, contratos, convenios, permisos, licencias o autorizaciones, además de resultados de adjudicaciones, invitaciones y licitaciones, pero en ninguno figura el contrato de la desalinizadora.

ZETA intentó contactar vía telefónica a Marco Antonio Zambrano Leal, titular de la unidad de Transparencia de la Comisión Estatal del Agua, para solicitarle directamente una copia del contrato o una liga para encontrarlo, pero hasta el cierre de esta edición, no respondió al llamado.


(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ MARCO A. FLORES /LUNES, 18 JUNIO, 2018 01:00 PM)

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