viernes, 2 de diciembre de 2016

DOLOR Y SILENCIO EN CHOIX


A un año seis meses desde que los 11 pescadores de Choix partieron a trabajar al corte de uva a Hermosillo, Sonora, los familiares temen que quede impune. Ya no les han dado avances de la investigación.

Choix.- Son las 09:00 horas del viernes 28 de octubre. Los 286 habitantes de la comunidad de El Mezquite Caído, Choix, empiezan sus rutinas diarias, pero estas son escasas porque no hay fuentes de empleo en la zona serrana.

Lo que más les afecta es la desaparición de 11 personas que el 3 de mayo del 2015 salieron en busca de mejores oportunidades laborales y ya no regresaron.

La desaparición de los 11 pescadores de Choix ocurrió el 3 de mayo del 2015, pero sus familiares la reportaron días después al Ayuntamiento de Choix, directamente con el presidente municipal Juan Acosta Salas. A consecuencia del lamentable suceso, la cabecera municipal se convirtió en el centro de reuniones de los altos mandos de la Procuraduría. Sin embargo, estas fueron disminuyendo, aunque se aportaron datos en donde les informaron que los jóvenes sí ingresaron a Sonora. Incluso, el exprocurador de ese estado Carlos Navarro Sugich asistió a una de las últimas reuniones en el alteño municipio.

Hasta el momento nadie sabe el paradero de los hombres que solo fueron a buscar trabajo, pero no llegaron.

Ellos eran el sustento de once familias y hoy estas crecieron porque hay niños que jamás conocieron a sus padres.
 
LOS NOMBRES

Los pescadores de Choix desaparecidos en Guaymas, Sonora, son Jesús Hernán Antelo Rivas, de 36 años; Gabriel Alonso Berrelleza Rábago, de 38 años; Jesús Gastélum Contreras, de 35 años; Arturo Medina Berrelleza, de 21; Jesús Izaguirre Valenzuela, de 26; Miguel Omar Berrelleza Izaguirre, de 25; Santiago Berrelleza Izaguirre, de 25; los hermanos Luis Enrique Rosas Berrelleza, de 22, y Édgar Adrián Rosas Berrelleza, de 20; todos con domicilio en la comunidad de El Mezquite Caído, Choix.

Además de Abel Antonio Lastra Berrelleza, de 19, y José Lastras, de 15; ambos tienen su casa en el ejido Las Colmenas, Choix.

"Necesitamos que nos ayuden con las investigaciones; al principio sí lo hacían, pero ya no"

Felipe Berrelleza Acosta, comisario de El Mezquite Caído y familiar de los pescadores, recuerda que el día que se fueron a trabajar al corte de uva en Estación Pesqueira en Hermosillo, Sonora, le dijeron que volverían en unos meses para seguir laborando en el campo y estar al pendiente de las familias.

“Nos tenemos que ir, tío, porque aquí no hay trabajo, y las necesidades son muchas. Le encargamos a nuestra familia”.

Fueron las palabras que se le quedaron grabadas a Berrelleza Acosta. Sentado en una silla y bajo el techo de una humilde vivienda, el comisario señala que sienten que prácticamente el gobierno de Sonora le dio carpetazo al expediente.

Con el sombrero en sus manos y observando hacia la improvisada cocina de su domicilio, comenta que fue el presidente municipal de Choix, Juan Acosta, quien al enterarse de la situación les mandó hablar para estar al tanto y comunicarlo al Gobierno del Estado.

A partir de ahí sostuvieron reuniones con el subprocurador de Justicia de Sinaloa, Martín Robles. Posteriormente fueron con Marco Antonio Higuera Gómez, procurador de Justicia de Sinaloa.

Ahí les confirmaron que la camioneta en la que viajaban los pescadores sí entró al estado de Sonora y esto fue grabado por una cámara de seguridad como evidencia. Las familias de los jóvenes rindieron sus declaraciones en la cabecera municipal de Choix y el caso fue atraído por la Procuraduría de Sonora debido a que la última comunicación que tuvieron los trabajadores supuestamente fue en Guaymas, donde hicieron una escala para comer.

Margarita Rábago Espinoza, madre de Gabriel Alonso Berrelleza Rábago, se muestra inquieta y accede hablar con los reporteros. Por unos instantes deja de hacer sus actividades.

Ella recuerda cuando su hijo le dijo ‘mamá, ya me voy a trabajar al corte de uva’. “Él se subió a un ve-hículo y se fue. Después me enteré que estaban desaparecidos”. Luego, la madre de familia se queda seria y señala que ya no desea seguir hablando. Sus palabras parecen quebrarse al recordar esa fecha.

Desde ese día la vida no es igual para ella y sus familias. La incertidumbre de saber cómo está su hijo la invade día y noche.

NO QUIEREN CARPETAZO

Rosamelia Núñez Portillo es esposa de Jesús Hernández Antelo. Ella comenta que se sienten olvidadas por el gobierno. “Tengo tres hijos, y mi esposo era el pilar de la casa, y véanos cómo estamos. Sí tenemos ayuda, nos dan una despensa mensual, pero nadie nos informa sobre el paradero de mi esposo. Dos de sus tres hijos se muestran inquietos mientras su mamá accede hablar con reporteros.

Un niño de 5 años juega en sus brazos y le tienta su cara. No comprende la preocupación de su familia: la ausencia de su padre, quien solo se fue a buscar el sustento en los campos de uva.

En Estación Pesqueira, Sonora, porque en la pesca ya no había empleo. Mireya Berrelleza Rábago, pareja de Jesús Izaguirre Valenzuela, yace sentada en el patio de una vivienda al pie de un arroyo y observa a su hija y comenta:

“Esto es muy duro, demasiado y nosotras tenemos que sacar a nuestros hijos adelante; no podemos estar esperando así”.

Reconoce que la última vez que recibieron noticias fue en octubre del 2015 cuando se trasladaron en un camión a Hermosillo, Sonora, donde ya tenían una cita previa con el recién nombrado procurador de Justicia de Sonora, Rodolfo Montes de Oca. Pero hubo un cambio de planes y los recibió otro funcionario. Los avances del caso fueron pocos, hojas y más hojas les enseñaron, pero nada en concreto que indicara la ubicación de los jóvenes. Menos les comentaron si ubicaron la camioneta en la que viajaban. Las esperanzas de que las autoridades los hallen son pocas, pero tampoco quieren que los dejen en pleno olvido. Ese es el sentir de 9 familias que diariamente luchan para conseguir los recursos económicos con que ayudar a sus hijos, al menos con los gastos de la escuela, vestir y alimentación.

"SÍ, HAY ESPERANZA"

El reloj marca las 16:40 horas. Cinco niños andan jugando en el patio principal de una casa en Las Colmenas, Choix, de donde el 3 de mayo se despidieron de su mamá los hermanos Abel Antonio Lastras Berrelleza, de 21 años, y Josué Everardo Lastras Berrelleza, de 15 años. No hay un solo día en que la madre de los jóvenes mire hacia la puerta y los vea llegar.

“Solamente Dios sabe que volverán por esa puerta. Uno de mis hijos ya había ido a trabajar en el corte de la uva y regresó”.

De pronto se queda seria y sus ojos se inundan de lágrimas y todo queda en silencio. Ya nadie más habló sobre los dos hermanos que no han regresado a Las Colmenas, en la zona serrana de Choix.

 Hasta el momento nadie sabe el paradero de los hombres que solo fueron a buscar trabajo, pero no llegaron.


 (DOSSIER POLÍTICO/ TOMADO DE: EL DEBATE / 2016-12-02)

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