jueves, 7 de mayo de 2015

¿HAY TRÁFICO DE INFLUENCIAS EN LA CAMPAÑA DE LEÓN PEREA?


A propósito de anterior columna titulada “¿Y la cultura, apá?” publicada en este mismo espacio el domingo reciente, llama la atención diverso mensaje enviado por Daniel Moreno, director en el Instituto Municipal de Cultura y Arte (IMCA) y que a la letra dice:

Daniel Moreno · Director en Instituto Municipal de Cultura y Arte de Guaymas

Que tal Agueda?, es un gusto saludarte. Quisiera comentarte que el Dr. León Perea hace unos días nos pidió diseñáramos un pequeño pero sustancioso programa cultural a desarrollarse durante su campaña, y precisamente hoy iniciamos con "Tardes culturales en el quiosco", donde estaremos presentando, los domingos, diferentes manifestaciones artísticas y culturales. El programa no sólo plantea eso, si no también, algunos conciertos con la Orquesta de Cámara de Guaymas en diferentes locaciones, lecturas en voz alta para promover la lectura, entre otras actividades. Me complace mucho saber que líderes de opinión tan importantes en Guaymas, se interesen tanto por el desarrollo de la cultura en nuestro puerto, agradezco tu atención, estaremos informándote de las próximas actividades, saludos!

En el fondo la intención puede parecer buena y hasta saludable para la vida cultural en el puerto, pero como dice conocido refrán, no hagas cosas buenas que parezcan malas, porque todo se viene al traste.

Como es sabido, la etapa actual es de campañas electorales y por lo mismo los programas oficiales están vedados (salvo aquellos prioritarios para la población) y los partidos y sus candidatos a puestos de elección tienen prohibido la utilización de recursos públicos de todo tipo para promoverse, pues lo contrario sería caer en la comisión de delitos como el tráfico de influencias o el desvío de recursos públicos u otros delitos de tipo electoral.

QUEMAR LAS HABAS

Es un grave error creer que en la etapa de campaña se está en la de ejercicio de gobierno. Y aunque la tentación es grande entre los candidatos y se les queman las habas por mandar, existe una diferencia abismal entre las dos.

Partido y Gobierno son dos entidades de diverso género, el primero es un instrumento de la ciudadanía para acceder a los cargos públicos y de conformación de la representación política y el segundo un elemento sustancial del Estado, encargado del implemento de las políticas públicas, entre ellas la cultural, encargada a la SEP y al CONACULTA a nivel federal, a la SEC a nivel estatal y al IMCA en lo municipal.

Así las cosas, si José Luis Marcos León Perea, candidato del PRI a la alcaldía pidió el apoyo para la elaboración y ejecución de un programa cultural al IMCA que dirige Mauro Barrón y este lo apoyó por “órdenes superiores”, solidaridad partidista o para ganarse el refrendo de su puesto en la siguiente administración a sabiendas de la prohibición existente, se está incurriendo en una violación a las normas electorales y éticas que rigen la competencia política, entre ellas las que regulan la equidad.

Es más, casi podemos afirmar que ni Mauro Barrón, ni Martín Moreno, ambos gente de cultura, necesitan exponerse para quedar bien con nadie, a sabiendas que el alcalde Otto Claussen Iberri, ha venido desplegando un accionar faccioso a favor del tricolor y su fórmula y le ha dado por utilizar el poder en sus manos en contra de sus opositores y rivales políticos, en claro abuso del mismo.

No está de más recordar que constitucionalmente los partidos políticos son considerados como entidades de interés público aunque su credibilidad esté por los suelos y en ese entendido están obligados a acatar las disposiciones legales.

Por lo anterior, no está permitido que un candidato, cualquiera que este sea, tenga a disposición suya las instituciones públicas (y el IMCA lo es) y se aproveche de los recursos materiales y humanos con los que cumple su tarea o de que estos sean desviados de su objetivo para promover su imagen o para apuntalar su campaña, por más loable o buena fe que tuviesen quienes lo apoyan en su carácter de servidores públicos o funcionarios.

LA CULTURA CIVILIZA

Que la cultura tiene una función civilizadora, de eso no hay duda, aunque existen comentarios que los SS de Hitler quemaban cadáveres oyendo a Wagner y los soldados alemanes iban a la ópera en sus días francos.

Es sabido que en los partidos hay buenos cuadros en el área de la cultura. Tienen promotores culturales y artistas. Quizás los candidatos muestren ignorancia en el tema, pero hay gente que por su quehacer están obligados a saber. Ahí están tanto el profesor José Guzmán López González, candidato del PRD a la alcaldía de amplio desempeño en el magisterio y la exalcaldesa Sara Valle Dessens, maestra del CET del Mar, escritora de cuentos y candidata a diputado local por el PT que puede “cochar” a Rodolfo Lizárraga.

Heriberto Aguilar de Morena, tiene cerquitas al profesor Antonio Torreblanca Arrendondo, exdirector de la escuela secundaria federal Abelardo L. Rodríguez y exdirector de Acción Cívica en el Concejo Municipal panista (1991-1994) y en León Perea tiene en Mauro Barrón, escritor e historiador, a un buen consejero. Marcos Ulloa de Movimiento Ciudadano puede ser orientado por Sergio García, maestro por muchos años del ITSON y conoce del tema. Lorenzo de Cima, tiene en Acción Nacional gente valiosa como el profe Oscar Acosta, quien trabajó en la Casa de la Cultura durante el Concejo panista y fue director de Ecología con el doctor Vicente Pascual.

Como se ve todos los partidos tienen gente de cultura y no hay pretexto entre los candidatos para obviar el tema y tomarlo como eje de un gobierno humanista. Para robar cualquiera sirve. Para construir con proyección de futuro es donde se complica la cuestión. Pero, hacer accesible la cultura a todos los públicos, ese es el reto.

Relataba hace poco un comentarista de televisión que a su paso por El Salvador, un político de aquella nación centroamericana le dio su propia versión sobre las elecciones: “Mira las elecciones son para definir qué partido va a robar”.

“Si las cosas que valen la pena se hicieran fácilmente cualquier alas haría” decía un viejo anuncia de la tele en voz del chihuahuense Anthony Queen.

“Cuando oigo la palabra cultura, amartillo la pistola”, solía decir Goering, un alto jerarca del nazismo.

Por algo será.


(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ COLUMNA LA VIÑA DEL SEÑOR/ 04 Mayo 2015, 12:36)

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