En
la lona en “crimen con armas” y “eficiencia de la justicia”
Sinaloa
cumple 12 años estancado en sus indicadores de seguridad pública. Desde 2003 y
hasta 2014, se mantiene entre las tres entidades con el más bajo nivel de paz
del país.
En
todo el periodo medido, Sinaloa aparece siempre en el penúltimo o antepenúltimo
lugar, de los 32 que se incluyen en el Índice de Paz —elaborado por el
Instituto para la Economía y la Paz y presentado este jueves en la Ciudad de
México—.
El
informe 2015 para Sinaloa señala: “La situación de paz ha empeorado, lo que se
muestra claramente en la calificación de Sinaloa en 2012, que implicó una caída
de 29 por ciento comparada con la calificación del año 2003.”
El
Índice de Paz México –IPM— refleja que la mitad de los estados mejoraron su
clasificación entre 2003 y 2014, pero tres estados se mantienen igual: Sinaloa,
Sonora y Baja California Sur. Con la diferencia de que esos dos están a media
tabla y Sinaloa en el fondo.
De
acuerdo con la metodología: “El IPM se compone de siete indicadores, cinco de
los cuales son muy similares a los utilizados en el Índice de Paz de Estados
Unidos y el Índice de Paz del Reino Unido: tasa de homicidios, tasa de delitos
con violencia, tasa de delitos cometidos con armas de fuego, tasa de
financiamiento de las fuerzas policiales y la tasa de encarcelamientos. Los dos
indicadores restantes —tasa de crímenes de la delincuencia organizada y
eficiencia del sistema judicial— son específicos para el IPM.”
Cada
indicador recibe una calificación entre 1 y 5 (más baja mayor paz, más alta
menor paz), luego se aplican ponderadores a cada indicador para obtener la
calificación final.
En
2014 Sinaloa obtuvo 3.25 para tener el lugar 30 de 32. Su peor indicador fue el
de “crimen con armas” que obtuvo 5, es decir el de menor paz posible. Además,
también obtuvo un 5 —otra vez la peor calificación— en “eficiencia de la
justicia”, que es la proporción de homicidios sentenciados de acuerdo con el
número total de homicidios.
El
informe indica que justamente estos resultados que mantienen estancado a
Sinaloa como un estado donde el índice de paz es muy bajo, abren “muchas
posibilidades y oportunidades para producir un incremento en el nivel de paz
del estado a través del trabajo en medidas de largo plazo con el objetivo de
fortalecer los pilares de la paz.”
LO MEJOR
Un
aspecto que destaca el informe es que Sinaloa está, contrario a sus índices de
seguridad, entre los 10 estados del país con menor desigualdad. Incluso ha
disminuido considerablemente entre el 2000 y 2010 la pobreza de ingreso y la
pobreza extrema. También, de acuerdo con el índice de Desarrollo Democrático (IDD-Mex
2013) Sinaloa salió de la zona de mínimo desarrollo y presentó un mejor
desempeño —al menos por encima del promedio nacional—.
Pero
sigue siendo un desafío: en 2012 la tasa de pobreza fue del 36 por ciento de la
población y la pobreza extrema en 3.9 por ciento, para ubicar al estado en el
lugar 18 según el Programa de Naciones Unidas por el Desarrollo (PNUD).
Culiacán
es el mejor ejemplo de los contrastes del estado, es la ciudad más violenta del
país —o menos pacífica, de acuerdo con las definiciones utilizadas en el
informe— entre 76 zonas metropolitanas medidas, y es también el sexto lugar del
país en la “facilidad para realizar negocios.” Es la cuarta nacional en
“cumplimiento de contratos,” la décima en “registro de propiedades” y la doce
en “permisos de construcción”.
Y
es que el informe reconoce que: “La equitativa distribución de los recursos es
también muy importante en relación a la paz positiva y los aspectos de más
largo plazo que contribuyen a edificar sociedades más pacíficas”.
Al
respecto, Sinaloa ha mejorado en los últimos años con resultados basados en el
coeficiente de Gini que la ubican dentro de las diez entidades mexicanas con
menor desigualdad (CONEVAL, 2012).
Las
condiciones de desigualdad pueden ser mejoradas a través del desarrollo social
y el mejoramiento de las condiciones de bienestar prevalecientes. Como política
de estado es un proceso transversal que con el transcurso del tiempo conduce al
mejoramiento de las condiciones de vida de toda la población en diferentes
ámbitos: salud, educación, nutrición, vivienda, vulnerabilidad, seguridad
social, empleo, salarios, principalmente, pero también implica la reducción de
la pobreza.”
Entre
las conclusiones principales del informe, que para el capítulo de Sinaloa
consta de 26 páginas, está el reconocimiento de que en general el gobierno
“está planeando trabajar en diversas áreas que contribuyen al fortalecimiento
de los pilares de la paz. Se espera que la situación de paz en la entidad
mejore de cara al futuro, pero para ello es necesario avanzar hacia una mayor
construcción de ciudadanía, para fortalecer el respeto de los derechos
políticos y las libertades civiles.”
LO PEOR
Desde
la introducción, el informe elaborado anualmente por el Institute for Economics
and Peace (IEP), un think tank independiente, apartidista y sin fines de lucro
y que también elabora un índice para los Estados Unidos y el Reino Unido,
establece las circunstancias particulares: “dado que es la cuna del Cartel de
Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas del mundo, la
violencia en el estado, que muchas veces es derivada de los enfrentamientos y
luchas por el control del territorio entre organizaciones delictivas vinculadas
a las drogas, ha llegado a niveles impactantes como lo refleja el indicador de
homicidios del IPM en el año 2010 que ascendió a 107 por cada 100,000
habitantes.”
Eso,
ser la “cuna del cártel de Sinaloa”, provoca el peor indicador: “los crímenes
de la delincuencia organizada han aumentado significativamente desde el año
2003, que si bien han disminuido significativamente a partir del 2008, se han
mantenido por encima del promedio de la entidad durante toda la década.”
Pero
es la tasa de impunidad donde Sinaloa mantiene altas cuentas pendientes: nueve
de cada diez asesinatos en el estado no se resuelven:
“…la
tasa de impunidad en homicidios que registró un incremento significativo entre
2003 y 2012 desde un nivel de 67 hasta 88 por ciento en 2012, mucho mayor que
el promedio para el país del 77 por ciento… Claramente la brecha ha ido en
aumento, siendo de solo cinco puntos porcentuales por encima del promedio en
2003, mientras que en 2012 la diferencia se incrementó a más del doble (11
puntos porcentuales) con un pico en 2010 donde Sinaloa superó al promedio casi
en 20 puntos.”
SINALOA, MÁS ALLÁ DE SEXENIOS
Mientras
los resultados en contención de la violencia en Sinaloa se mantienen estancados
durante 12 años, los recursos destinados se han incrementado. En el periodo
referido 2003-2012, los recursos públicos para seguridad se han incrementado 76
por ciento, el doble del referido en el promedio nacional, con los resultados
referidos en el informe.
Por
ello, el informe concluye: “Una mayor efectividad y transparencia de las
acciones de gobierno se lograrían por la vía de la colaboración entre el sector
público, privado y la sociedad civil, con un gobierno que efectivamente tome
decisiones e implemente políticas de manera consensuada con la ciudadanía.”
Mientras
insiste cada administración de gobierno, sea municipal o estatal, medirse en
comparación con el Alcalde o Gobernador inmediato anterior, el Informe de Paz
México establece la necesidad de revisar las cifras a largo plazo y mantener
políticas que a la larga darían resultados.
Eso,
con los resultados de Sinaloa en la última década, es justamente lo que no ha
dado resultados con tres gobernadores y seis alcaldes en la entidad.
(RIODOCE/
Andrés Villarreal/22 marzo, 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario