lunes, 14 de julio de 2014

SIN RESULTADOS


Han pasado 253 días del gobierno del licenciado Francisco Vega de Lamadrid; ha transcurrido el 70 por ciento de su primer año de gobierno, y los bajacalifornianos están a la espera de algo más que palabras.

Pareciera que el titular del Ejecutivo cree que sigue en campaña y sus gobernados pueden continuar viviendo de promesas.

Por ejemplo, de los “… 915 millones 129 mil 765 pesos, entre recursos federales y estatales para acciones de infraestructura educativa, deportiva y cultural en la entidad, que representa alrededor del 60 por ciento más en relación al año pasado” que anunció, todavía nada.

Si Usted, ciudadano interesado,  decide buscar la documentación oficial al respecto, podrá conocer el importe, características y ubicación de la obra, acompañadas de la leyenda “en proceso de licitación”.

Incluso en el paquete de obras iniciadas entre agosto y octubre de 2013 que debían concluir entre enero y agosto de 2014, se concluyó el 50 por ciento, la mayoría entre diciembre y enero, pero el resto sigue a medias.

Cada vez más cerca su Primer Informe de Gobierno, la gente del coordinador de gabinete ya empezó a solicitar a los secretarios sus reportes para integrarlos, y algunos reconocen que están prácticamente en blanco.

ZETA preguntó por separado a secretarios y funcionarios de la construcción, y todos coincidieron en señalar: el dinero para algunos programas, para obra, el grueso del recurso, no ha llegado.

Así que a estas alturas, lo único que los residentes de este estado norteño pueden contabilizar respecto al licenciado Vega, son sus constantes viajes a la Ciudad de México y otros países -esta semana se trasladó a Inglaterra-, con el argumento de gestionar recursos; y los repetitivos anuncios de los miles de millones que se trajo en promesa del Gobierno Federal, o de supuestos inversionistas nacionales o extranjeros.

Pero incluso en ese aspecto, una breve revisión permite darse cuenta que no hay presupuestos federales adicionales a los ofrecidos desde el principio de la administración, aunque los anuncian una y otra vez para generar ilusión. Además, las inversiones de la iniciativa privada que dicen lograr, no son más que continuaciones de proyectos atraídos por el anterior gobierno de José Guadalupe Osuna Millán.

La administración de Francisco Vega está estancada porque no genera ahorros o recursos propios que le permitan iniciar programas, y porque el Gobierno de la República de Enrique Peña Nieto, también se la ha vivido en ofrecimientos y propuestas, pero el dinero federal sigue sin llegar.

El plazo -no oficial- comentado por los delegados federales para el arribo de los recursos, es algún día de los 31 que tiene el mes de agosto. Ocho meses después de iniciada la administración y con cuatro meses para ejercerlo, eso sí, el Ejecutivo estatal anunció que recaudó 500 millones de pesos.

Mientras tanto, el mayor logro ha sido repartir becas insuficientes y apoyos económicos como el de capacitación para el empleo, que equivale a recibir un salario mínimo diario, pero en semana de cinco días, 337 pesos a la semana, o entregar despensas; productos que, por cierto, no se sabe de donde están saliendo, porque la licitación se canceló y no existe registro oficial que el proceso se haya repuesto, o que el gobierno entregara el jugoso contrato en adjudicación directa.

Luego realizan reuniones esporádicas de gabinete, donde en lugar de analizar con autocrítica los problemas que encara el gobierno, o concebir ideas, propuestas, planes de ahorro o programas de inversión para generar desarrollo en una sociedad, cuya economía está profundamente afectada,  se dedican a las alabanzas y a la autocomplacencia.

Después de ocho meses, pagar por la publicación de boletines y notas informativas que dibujen una realidad inexistente, no es suficiente para callar las voces de los sectores y organismos no gubernamentales que con toda razón, reclaman resultados.

El retraso de recursos ha sido siempre un sello de las presidencias priistas, pero eso no puede ser excusa para que un gobierno estatal se encuentre prácticamente paralizado y cobrando sueldo por más de 200 días; Francisco Vega y sus costosos secretarios deben empezar a producir, a buscar y crear alternativas para generar recursos e inversión. Para eso se les paga.

De hecho, si fueran empleados de la iniciativa privada, con esta falta de resultados, ya los hubieran despedido.

(SEMANARIO ZETA/ ROSARIO MOSSO CASTRO/ 14 DE JULIO DEL 2014 A LAS 08:00:00)

Sin resultados

Sin resultados
Han pasado 253 días del gobierno del licenciado Francisco Vega de Lamadrid; ha transcurrido el 70 por ciento de su primer año de gobierno, y los bajacalifornianos están a la espera de algo más que palabras.
Pareciera que el titular del Ejecutivo cree que sigue en campaña y sus gobernados pueden continuar viviendo de promesas.
Por ejemplo, de los “… 915 millones 129 mil 765 pesos, entre recursos federales y estatales para acciones de infraestructura educativa, deportiva y cultural en la entidad, que representa alrededor del 60 por ciento más en relación al año pasado” que anunció, todavía nada.
Si Usted, ciudadano interesado,  decide buscar la documentación oficial al respecto, podrá conocer el importe, características y ubicación de la obra, acompañadas de la leyenda “en proceso de licitación”.
Incluso en el paquete de obras iniciadas entre agosto y octubre de 2013 que debían concluir entre enero y agosto de 2014, se concluyó el 50 por ciento, la mayoría entre diciembre y enero, pero el resto sigue a medias.
Cada vez más cerca su Primer Informe de Gobierno, la gente del coordinador de gabinete ya empezó a solicitar a los secretarios sus reportes para integrarlos, y algunos reconocen que están prácticamente en blanco.
ZETA preguntó por separado a secretarios y funcionarios de la construcción, y todos coincidieron en señalar: el dinero para algunos programas, para obra, el grueso del recurso, no ha llegado.
Así que a estas alturas, lo único que los residentes de este estado norteño pueden contabilizar respecto al licenciado Vega, son sus constantes viajes a la Ciudad de México y otros países -esta semana se trasladó a Inglaterra-, con el argumento de gestionar recursos; y los repetitivos anuncios de los miles de millones que se trajo en promesa del Gobierno Federal, o de supuestos inversionistas nacionales o extranjeros.
Pero incluso en ese aspecto, una breve revisión permite darse cuenta que no hay presupuestos federales adicionales a los ofrecidos desde el principio de la administración, aunque los anuncian una y otra vez para generar ilusión. Además, las inversiones de la iniciativa privada que dicen lograr, no son más que continuaciones de proyectos atraídos por el anterior gobierno de José Guadalupe Osuna Millán.
La administración de Francisco Vega está estancada porque no genera ahorros o recursos propios que le permitan iniciar programas, y porque el Gobierno de la República de Enrique Peña Nieto, también se la ha vivido en ofrecimientos y propuestas, pero el dinero federal sigue sin llegar.
El plazo -no oficial- comentado por los delegados federales para el arribo de los recursos, es algún día de los 31 que tiene el mes de agosto. Ocho meses después de iniciada la administración y con cuatro meses para ejercerlo, eso sí, el Ejecutivo estatal anunció que recaudó 500 millones de pesos.
Mientras tanto, el mayor logro ha sido repartir becas insuficientes y apoyos económicos como el de capacitación para el empleo, que equivale a recibir un salario mínimo diario, pero en semana de cinco días, 337 pesos a la semana, o entregar despensas; productos que, por cierto, no se sabe de donde están saliendo, porque la licitación se canceló y no existe registro oficial que el proceso se haya repuesto, o que el gobierno entregara el jugoso contrato en adjudicación directa.
Luego realizan reuniones esporádicas de gabinete, donde en lugar de analizar con autocrítica los problemas que encara el gobierno, o concebir ideas, propuestas, planes de ahorro o programas de inversión para generar desarrollo en una sociedad, cuya economía está profundamente afectada,  se dedican a las alabanzas y a la autocomplacencia.
Después de ocho meses, pagar por la publicación de boletines y notas informativas que dibujen una realidad inexistente, no es suficiente para callar las voces de los sectores y organismos no gubernamentales que con toda razón, reclaman resultados.
El retraso de recursos ha sido siempre un sello de las presidencias priistas, pero eso no puede ser excusa para que un gobierno estatal se encuentre prácticamente paralizado y cobrando sueldo por más de 200 días; Francisco Vega y sus costosos secretarios deben empezar a producir, a buscar y crear alternativas para generar recursos e inversión. Para eso se les paga.
De hecho, si fueran empleados de la iniciativa privada, con esta falta de resultados, ya los hubieran despedido.
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