La Iniciativa Kino para la Frontera, institución que apoya a
indocumentados, denunciaron a través de su página en Facebook, que un
grupo de elementos de la Policía Estatal, irrumpieron en un albergue
para migrantes y despojaron de sus pertenencias a varios connacionales, a
quienes, además amenazaron y agredieron.
Este hecho, de acuerdo a la denuncia publicada en las redes sociales, particularmente de Starla Huffington, asesora legal de la agrupación, los servidores públicos violaron los derechos de los migrantes que estaban en el albergue cristiano La Roca, situado en colonia del Rosario.
Junto con el texto divulgado en el muro con dirección https://www.facebook.com/starla.huffington?fref=ts, también fue difundido un video con imágenes del relato y testimonio que hizo uno de los migrantes afectados.
De acuerdo a la información compartida, el ataque se dio el pasado jueves 10 de julio a las 23:00 horas, cuando veinte policías estatales y municipales de los cuales diecinueve eran hombres encapuchados. Los acompañaba una mujer de complexión robusta, alto con el cabello teñido color rubio.
Viajaban en ocho patrullas tipo pick up y penetraron con violencia y sin orden de cateo al asilo que ofrece ayuda humanitaria.
En el lugar se hallaban veinte migrantes, dieciocho de éstos, centroamericanos, entre ellos, una familia salvadoreña y dos mexicanos. Estaban dormidos cuando llegaron los policías y comenzaron a golpear la puerta hasta lograr abrirla.
En el interior comenzaron a gritar: “al suelo, al suelo”, y, el primero que se mueva le vamos a chin…su madre. Los hincaron, mientras les apuntaban a la cabeza con pistolas. Los obligaron a mirar el piso, mientras tenían las manos colocadas en sus cabezas.
Revisaron sus pantalones, incluso los obligaron a quitárselos y les robaron sus pertenencias consistentes en dinero y teléfonos celulares, que fueron recibidos por la mujer policía.
Al retirarse los uniformados, salieron los migrantes y apuntaron el número de las patrullas y llamaron al teléfono de emergencia 066 para solicitar ayuda, pero, cuarenta minutos después regresaron los mismos policías muy molestos.
Les dijeron que ya tenían conocimiento que habían llamado a la Policía y trataron de llevarse a la persona que había hecho la llamada. Posteriormente los fotografiaron a fotos con la advertencia de que si abrían la boca los iban a golpear o matar, sin importar que entre los migrantes había seis niños.
Enseguida destruyeron una cámara y monitor de seguridad falsos, según ellos para no dejar evidencias y se retiraron. Otro día, los migrantes denunciaron los hechos ante las Comisiones Estatal y Nacional de Derechos Humanos, así como en la Jefatura de Policía de Nogales, Sonora.
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