lunes, 26 de agosto de 2013

UNA PETICIÓN DESESPERADA DE LOS DESPLAZADOS DE LA SIERRA SINALOENSE

Violencia en la sierra. A dos fuegos.
Mientras que la Policía Ministerial del Estado opina que ‘en un momento dado’ los desplazados por la violencia tienen que regresar a sus pueblos,  el alcalde de Concordia pide al Ejército que destruya las casas abandonadas en los pueblos serranos, porque los delincuentes las utilizan como refugio.

El 20 de agosto, 16 días después de que tres personas originarias de la comunidad de Palmillas, Concordia, fueron asesinadas y decapitadas, en Aguacaliente del Aguaje, el presidente municipal, José Eligio Medina Ríos, dijo que se trataba de gente desplazada que había regresado a cuidar  su ganado abandonado intempestivamente por causa de la violencia criminal en la zona.

“Es la estrategia de ellos (los delincuentes) expulsar a la gente y luego apropiarse de esos espacios; aunque no se quedan a vivir allí de forma permanente los gavilleros los usan (las casas de los pueblos) como refugios, y por eso ya ni siquiera puede ir a echarle a vuelta al ganado, ahorita nadie quiere regresar porque es un riesgo y la prueba está en las víctimas (tres personas decapitadas) que tuvimos hace unos días”.

“El Ejército, agregó, tiene que entrar y destruir todo lo que pudiera servirle a los delincuentes, y la presencia de ellos (los militares) tiene que estar en todas las comunidades, hacer un trabajo sistematizado de atención en esa ruta, que está muy bien delimitada”.

Pero hay quienes no piensan lo mismo, y estos son los desplazados:

“Estamos jodidos y a dos fuegos, por un lado los gavilleros nos desplazan de nuestros pueblos a sangre y fuego, y por otro, las autoridad municipal que debe darnos seguridad pública pide prácticamente que el Ejército destruya nuestras casas donde están nuestras raíces”, dijo  una familia desplazada de El Platanar de los Ontiveros, que salió de su pueblo desde aquél fatal 24 de diciembre de 2012.

El regreso

En ese contexto, un día antes, el lunes 19 de agosto, Ríodoce entrevistó en Mazatlán, al comandante Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, director de la Policía Ministerial del Estado (PME) sobre los desplazados y las tres personas decapitadas el cuatro de agosto.

“Afortunadamente para la zona norte de Choix, en la Cieneguita de los Nuñez, el lunes pasado, pidieron que los lleváramos a sus casas, esa gente ya regresó. Y la mayoría de la gente de la zona norte de Choix, ha estado ya regresando a sus pueblos; esperemos en un tiempo no muy lejano que aquí (en la zona sur) sea lo mismo”, dijo Aguilar Íñiguez.

—¿Se han acercado con la autoridad los deudos de las tres personas que fueron asesinadas y mutiladas, la semana pasada?
 
—Sí ha habido acercamiento con el presidente de Concordia, él es el que está manejando todas esas cosas, la cuestión social.

—¿Qué escenario vislumbra para esta gente que abandonó sus pueblos ante la violencia?
 
—No, no pues el escenario es que tienen que regresar a sus pueblos, tienen que regresar. Hay gente que se viene y ya prefiere quedarse acá, por muchas comodidades, más comodidades que hay allá, pero el que quiera regresarse pues lo va a poder hacer.

Los “Mazatlecos”

El martes 13 de noviembre de 2012, en la carretera nueva de La Puerta de San Marcos, un grupo delictivo, que después la PME identificaría como “Los Mazatlecos”, emboscó a la Policía Estatal Preventiva, donde murieron los agentes Iván Daniel García Chávez y Urbano Contreras Valenzuela, y quedaron heridos cinco policías, uno de ellos en estado crítico.

En esa ocasión, la PME también los relacionó con la masacre de ocho personas, perpetrada el 21 de octubre en Las Iguanas, Concordia.

Por el ‘modus operandi’ de dicho grupo, ahora lo relacionan con la muerte y decapitación de tres personas en Aguacaliente del Aguaje, Concordia.

—¿Qué pasó en la zona serrana de Concordia que se ha estado desangrando?- se le pregunta a jefe policíaco.
 
—Fíjate que la zona esa, lo que pasa con esos delincuentes es que se mueven de la zona límites del estado de Durango, para acá, a los últimos homicidios que hubo hace como cerca de un mes en Concordia, donde privaron de la vida a tres personas. Pero los tenemos plenamente identificados, estamos solicitando órdenes de aprehensión, en su momento, verdad, que sea posible esperar el mejor momento para detener a esas personas, y presentarlas ante la autoridad correspondiente…

—¿Ya los tienen plenamente identificados?
 
—Sí.

—¿Por el ‘modus operandi’, como se dice en la policía, la gavilla identificada tiene relación con otros atentados en esa zona serrana?
 
—Por el modus operandi sí tienen relación con otros que hubo para acá por el otro lado para el lado de San Marcos y para acá para arriba.

—¿El atentado contra los policías estatales en la carretera nueva de La Puerta de San Marcos?
 
—Ándale, ándale, por ahí va, la que hubo en la Picachos,  es la relación que puede haber ahí.

—Allí en la zona serrana se están cometiendo puros delitos de alto impacto…
 
—Mira, hemos incursionado nosotros para allá y hemos llegado hasta el Tecomate y más adelante del Tecomate de la Noria, en coordinación con el Ejército, y no hemos encontrado ahorita ninguna evidencia que nos diga que por ahí estuvieron. Pero se mueven, porque ven que va la autoridad y se mueven más para lo alto de la sierra. Pero toda esa información nos sirve para nosotros ir alimentando la averiguación previa y solicitando de un momento a otro las órdenes de aprehensión correspondiente.

—¿Es un grupo muy numeroso?
 
—No, no, y son gentes que vienen de otros estados y se juntan.
‘La zona del miedo’

Los pueblos serranos tomados por asalto y el terror de los sicarios, que colindan con el estado de Durango, en riesgo de desaparecer, golpeados por la violencia criminal de los grupos delictivos que están en constante movimiento para burlar a la justicia, son El Tiro, La Cieneguilla, Aguacaliente del Zapote, El Llano, Zaragoza, El Platanar de los Ontiveros, El Naranjito y El Pueblito.

(RIODOCE/  Cayetano Osuna/   )

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