miércoles, 27 de febrero de 2013

ASESINATOS POR VENGANZA



Buscan recaptura de “El Güero Chompas”

Inés Garcia Ramos
Por los asesinatos cometidos en Tijuana y Mexicali, la PGJE busca a sicarios de por lo menos cuatro células del Cártel de

Sinaloa. La mayoría de los homicidios son atribuidos a venganzas entre miembros de los mismos grupos criminales

Con 42 homicidios cometidos en Tijuana y 15 en Mexicali durante el mes de enero en 2013, ambos municipios se mantienen como el centro de la pugna territorial del narcotráfico, entre células del Cártel de Sinaloa en Baja California, escenario de 64 asesinatos en los primeros 30 días del año.

La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) sostiene la teoría de que el 80 por ciento de los homicidios ocurridos en las primeras semanas de 2013, tiene su origen en el narcomenudeo: venganzas por falta de “lealtad”, pugnas por el control de plazas, ajustes de cuentas y el empoderamiento de comerciantes y consumidores de enervantes que le han arrebatado a Tijuana la relativa calma con que finalizó 2012.

En declaraciones recientes, el secretario de Seguridad Pública del Estado, Daniel de la Rosa Anaya, precisó que las actividades del narcomenudeo han formado el empoderamiento del consumidor o del vendedor, quienes sin la necesidad de las órdenes de algún líder, comienzan a asumir el control de la plaza.

Además, explicó que las ejecuciones tienen como origen los conflictos entre bandas de narcomenudistas -identificadas, pero aún no atacadas-, cuyos miembros son reclutados al salir de la cárcel.

En lo que va de 2013, la PGJE ha abierto más de 20 averiguaciones previas en torno a asesinatos por narcomenudeo, y 40 personas han sido puestas a disposición de un juez local.

Para el subprocurador en Delincuencia Organizada, Abel Galván, el trabajo elemental consiste en evitar la circulación de narcomenudistas y mantenerlos en la cárcel.

“Para nosotros es muy importante manejar las modalidades sobre las conductas graves (asociadas al narcomenudeo), por ejemplo la posesión con fines de venta o para suministro. Así, a las personas detenidas se les aplican estos criterios y no tienen derecho a fianza”, aseveró.

Bajo ese criterio, durante 2012 hubo 4 mil 500 personas detenidas y procesadas por narcomenudeo, a la par de 2 mil órdenes de auto de formal prisión. “Al mantenerlos en la cárcel estamos previniendo no solamente homicidios, sino asaltos y otros tipos de delitos ocasionados por el narcomenudeo”, indicó Galván.

En Tijuana ya tiene identificados a dos grupos de homicidas: Los Chamulas, empelados criminales de Israel Osuna Abarca “El Paisa” o “El Chamula Mayor”, capturado; y en el otro extremo, la banda delictivas de Francisco Javier Mendoza Uriarte “El Chapito”, cuyo operador es José Luis Mendoza Uriarte “El Güero Chompas”. A este grupo se le atribuye la mayoría de los asesinatos en Tijuana.

En Mexicali, los ataques armados se imputan a gente de Ismael “El Mayo” y a Los Garibay.

Por venganza en Tijuana

Aun sin concluir el segundo mes de 2013, hasta el jueves 21 de febrero, en Tijuana ya sumaban 76 asesinatos, lo que representa el 23 por ciento del total de homicidios ocurridos en el transcurso de 2012.

Liberado en diciembre del año anterior, luego de obtener un amparo federal, José Luis Mendoza Uriarte “El Güero Chompas”, primo de Raydel López Uriarte “El Muletas”, ha ordenado los homicidios de aquellos desleales durante su año de aprisionamiento. Ésa es la versión que tiene la PGJE.

Respecto al criminal liberado, Abel Galván declaró: “Los delincuentes promueven juicios de amparo en otras instancias federales con criterios distintos, pero esa resolución fue apelable por la PGJE y estamos en espera de que el Tribunal lo resuelva; desafortunadamente, mientras se resuelve, este sujeto continúa en libertad”.

Por medio de sus juristas, la Procuraduría General de Justicia del Estado analiza cómo solicitar la orden de recaptura del delincuente ante una segunda instancia.

Conforme a las primeras indagatorias en los homicidios, José Luis Mendoza Uriarte se sirve de la célula criminal identificada como Los Monkikis, quienes se encargan de las ejecuciones.

Su actividad criminal fue delatada por los recientemente capturados: Miguel Antonio García Rebolledo, alias “Miguel Antonio Rebolledo Cisneros”, “El Miguelito” o “El Toño”; y René de Jesús Moreno Conteras “El Chino”, quienes confesaron cuatro homicidios ocurridos entre el 6 de noviembre de 2012 y el 10 de febrero de 2013, todos relacionados con “ajustes de cuenta”.

La lista incluye a Miguel Cota Haro, quien el 6 de noviembre de 2012 fue ultimado en el fraccionamiento Maclovio Rojas de la delegación La Presa; y a José David Sandoval López, cuyo cuerpo fue localizado en la colonia Altiplano, el 31 de diciembre del mismo año.

Bajo el número de averiguación previa 35/13/201, con fecha 30 de enero de 2013, también se les inculpó por el homicidio de José Guadalupe Jiménez Ledezma, ejecutado el 27 de enero y encontrado atado de pies, manos y con una soga en el cuello en la colonia Tercera Etapa del Río Tijuana. Lo asesinaron por haber participado en el “secuestro y homicidio de otro sujeto apodado ‘El Erre’, cuyo cuerpo fue localizado en el Parque Industrial Pacífico”.

El 10 de febrero de 2013 recibieron y atendieron las instrucciones de asesinar a Francisco Jesús Noriega Ceja (muerto) y Jaime Martínez Martínez (lesionado) en la colonia Obrera, pero fueron detenidos en la huida.

En su declaración, René de Jesús Moreno Conteras identificó al ex policía municipal  Mario García “El Muerto” Corona como el tercer participante en el homicidio, quien sigue libre.

Como miembros del grupo de “El Güero Chompas”, los detenidos mencionaron una serie de apodos: “El Negro”, “El Emilio”, “El Óscar”, “Doña Buenos Aires”, “La Sara”, “Doña Chimuela”, “El Martín”, “El Ruri” y “El Burro”.

Adicionalmente, en posesión de más de un kilo y mil 800 dosis de cristal y 5 kilogramos de heroína, el 5 de febrero la Policía Municipal detuvo a Israel Osuna Abarca “El Paisa” o “El Chamula Mayor”, de 38 años de edad, en las inmediaciones del fraccionamiento Santa Fe.

En su declaración, manifestó ser el líder de la banda Los Chamulas, la cual admitió “pelea la plaza de San Antonio de los Buenos” para  la venta de droga en las colonias Francisco Villa, Guerrero, Independencia, Obrera y la Zona Centro.

Para él, laboraba Ismael Caray Córdova, policía municipal a quien pagaba 2 mil 500 pesos mensuales por información. El acusado ya fue puesto a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR).

Los Chamulas adquirieron presencia criminal en Tijuana  entre 2011 y 2012. Reportes de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, los ubicaban como cabecillas en las colonias Hidalgo y México de la Zona Centro, y las delegaciones San Antonio de los Buenos, La Mesa y Mesa de Otay.

En Mexicali atacan los de “El Chapo”  y Los Garibay

El ataque contra Jorge Alberto “El Pelón” Soto Patiño -uno de los principales bajadores de droga del Cártel de Sinaloa en Mexicali- no fue fortuito, tampoco la presencia durante la balacera de su primo, el agente municipal Juan Francisco Castañeda Robles, a quien se investigaba por su situación patrimonial.

Ocurrido el 16 de febrero de 2013, el intento de homicidio en contra de Soto Patiño (en estado de coma) y Castañeda Robles (fallecido) fue relacionado extraoficialmente con un “baje” de cocaína ocurrido en marzo de 2012; incluso en esa línea de investigación se relaciona al comandante de la Policía Ministerial, Juan Cristóbal Aguilar Aispuro, asesinado el 2 de octubre de 2012, y el homicidio del abogado Javier Rangel Herrera en septiembre del mismo año.

Soto Patiño había sido detenido en 2010, en ese entonces declaró ante la autoridad ministerial trabajar para varios elementos en activo. Tenía un contacto en El Centro, California, apodado “El Júnior”, quien le daba información sobre almacenes donde se resguardaba la droga. Éste se la entregaba a “Mike” Cortez, quien finalmente la trasmitía a los agentes de la Ministerial de nombre Javier Curiel y otro de apellido Contreras, quienes ordenaban el baje de droga.

Fuentes consultadas por ZETA aseguran que es improbable que Castañeda Robles, un agente con 15 años de servicio en la corporación policiaca, desconociera las actividades a las que se dedicaba Soto Patiño.

Incluso el 16 de febrero, el agente Castañeda Robles estaba en su día de descanso pero se encontraba armado, además de que el vehículo en que fueron atacados era propiedad del fallecido agente.

El subprocurador contra la Delincuencia Organizada declaró que Jorge Alberto Soto Patiño y Juan Francisco Castañeda Robles eran conocidos: “Sí  había una relación, sí se conocían ambos, lo que queremos rectificar si el impacto era para los dos, o simplemente era directamente contra él”.

Señaló que según las primeras investigaciones, el agente estaba haciendo un trato de compraventa de un vehículo, por lo que no descartan que su homicidio fuera circunstancial.

Sin embargo, el subprocurador reconoció que Soto Patiño, es un delincuente conocido. “Tenía ya varios récords dentro de la institución, antecedentes por evasión de presos, lesiones, amenazas, daños. En fin, traía un cúmulo de eventos, tenemos registrado a este sujeto como que se dedicaba al trasiego de droga en nuestra ciudad, y entonces estamos hablando también de un tema de delincuencia organizada, un ajuste de cuentas”, aseguró el fiscal.

El mismo 16 de febrero, fueron agredidos dos agentes municipales en la colonia Nueva del Valle de Mexicali. Fuentes consultadas por ZETA aseguran que el ataque contra los agentes Ángel Sánchez y Sergio Herrera fue perpetrado por  gente de Los Garibay, supeditados a las órdenes de Ismael “El Mayo” Zambada.

Durante la madrugada, un grupo de criminales les disparó desde una camioneta Tahoe, lesionándolos.

El domingo 17 de febrero, un día después del atentado, agentes de la Policía Municipal de San Luis Río Colorado, Sonora, detuvieron en la Avenida Sonora, entre calles Juan Lara y 5 de Mayo, a los ocupantes de un vehículo Subaru modelo 2007, matrícula de Baja California, por conducir a exceso de velocidad.

En el lugar fueron detenidos Luis Naranjo y Miguel Vizcarra Acevedo, de 34 años de edad. Tenían en su poder pasamontañas, guantes, celulares y un pequeño arsenal.

Según las primeras versiones de un jefe policiaco, confiadas a ZETA, uno de los detenidos podría estar relacionado con la agresión a los agentes un día antes, aunque las autoridades de Sonora todavía no corroboran la información.

(SEMANARIO ZETA/ Inés Garcia Ramos /Febrero 25, 2013)

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