lunes, 16 de julio de 2012

EL FANTASMA DE LA JUSTICIA






Miguel Ángel Vega   
Al menos tres sinaloenses de El Fuerte fueron los que mataron al agente Brian Terry y que desencadenó en escándalo de la Operación Rápido y Furioso a partir de la declaración de un policía de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas, llamado John Dodson.


El Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ), reveló el pasado 9 de Julio que, con el apoyo de las autoridades mexicanas, buscaban por mar y tierra “y hasta por debajo de las piedras”, a tres personas originarias de El Fuerte Sinaloa, a quienes acusan de ultimar a balazos al agente de la Patrulla Fronteriza Brian Terry, en diciembre del 2010.

La noticia rápido dio la vuelta al mundo puesto que el agente Terry, fue muerto con armas que formaron parte del Rápido y Furioso, un operativo que diseñado para permitir la entrada de miles de armas de Estados Unidos a México con la anuencia de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas (ATF).

Lo que pasó desapercibido para muchos, es que la mayoría de los responsables no solo fueron identificados como mexicanos, sino como sinaloenses, según consta en el archivo CR-11-0150-TUC-DCB_BPV, algo que raramente se detalla en ese tipo de documentos.

La búsqueda de los sinaloenses aquí es real, según las declaraciones de funcionarios federales de ese país, quienes incluso garantizaron que los asesinos “no se les escaparían” y que ya estaban avanzados en la búsqueda con ayuda de las autoridades mexicanas y del estado. No obstante, ni la PGR en Sinaloa, ni la PGJE, realiza ninguna búsqueda de los cuatro presuntos sospechosos, incluso, ni siquiera los hacen en el mundo puesto que ninguno de ellos cuenta con antecedentes penales en el estado.

“En este tipo de casos es competencia de las autoridades federales buscar a esas personas, a menos que nos soliciten apoyo, pero hasta el momento no se ha hecho ninguna petición para localizar y arrestar a Jesús Rosario Favela Astorga, Iván Soto Barraza, Heraclio Osorio Arellanes y Lionel Portillo Meza”, enfatizó el procurador Marco Antonio Higuera Gómez en un comunicado enviado a Ríodoce.

Heraclio es hermano de Manuel y Rito Osorio Arellanes, todos participantes en el asesinato y originarios de El Fuerte, según información del FBI obtenida por Ríodoce.

No obstante, fuentes de la PGR, delegación Sinaloa, indicaron por su parte que ellos no tenían ninguna información respecto a los sospechosos y que por tanto no estaban buscando a las personas arriba mencionadas.

“Tal vez la Procuraduría del Estado lo esté haciendo, porque ni nosotros, ni la Policía Ministerial Federal realiza búsqueda alguna de esas personas”, dijo un funcionario de alto nivel de la PGR, delegación Sinaloa.

Sin embargo la búsqueda existe. No solo por parte de agentes estadounidenses que pueden estar buscando a los sospechosos con o sin permiso de las autoridades mexicanas, sino por parte de un grupo hambriento de bounty hunters (caza recompensas), que de acuerdo con expertos policiacos, vienen seguido a México para localizar a prófugos que huyen de la justicia estadounidense.

La danza de los dólares
La muerte de Brian Terry obligó al agente del ATF, John Dodson, a destapar una cloaca de prácticas erradas realizadas por el Gobierno de Estados Unidos desde hacia años, no solo con el operativo Rápido y Furioso, sino con otros que posteriormente fueron dados a conocer como Arma Blanca, orquestado también por el ATF del 2005 al 2007 y que también permitió la entrada de más de 500 armas a México.

Luego de dar a conocer detalles sobre la muerte del agente Terry por vez primera, el USDOJ no solo reveló los nombres de los sospechosos y lugar de donde eran residentes, sino que además ofreció una recompensa de un millón de dólares a cualquier persona que ofrezca algún tipo de información que ayude a localizar y a arrestar a los cuatro sospechosos.

“Esto quiere decir que la búsqueda de estas personas va en serio, estén donde estén, y no vamos a descansar hasta traer a la justicia a estas personas”, dijo Laura Duffy, procuradora federal de California.

La información adicional de que los sospechosos sean sinaloenses era un elemento necesario para los bounty hunters, que de acuerdo con expertos, muchos de ellos son mexicanos, y a veces duran años investigando el lugar exacto donde se encuentra un fugitivo para entonces revelar esa información a Estados Unidos, que a su vez dirige la captura del sospechoso con ayuda del Gobierno mexicano.

“Los bounty hunters están en México desde los tiempos de (Rafael) Caro Quintero, y muchas veces infiltran a gente a las organizaciones criminales, por lo que terminan siendo ellos los que dan la información fuerte para arrestar a las personas por quienes ofrecen grandes cantidades de dinero”, dijo George Gavito, agente federal estadounidense retirado.

En tanto autoridades del estado revelaron que blindarían la zona de El Fuerte, luego de que el lunes 9 de julio, mismo día que se anunció nombres y origen de los sospechosos, siete agentes estatales fueron ultimados a tiros durante una emboscada, luego de estar patrullando esa zona.

Rápido y Furioso en Sinaloa
La información de que los sospechosos de la muerte de Terry sean sinaloenses, reforzaría una teoría revelada desde hace varios meses de que las armas que pasaron a México mediante ese operativo estaban destinadas para armar al cártel de Sinaloa.

Ello no necesariamente significa que los fugitivos Favela Astorga, Barraza, Osorio Arellanes y Portillo Meza hayan sido o sean parte del cártel de Sinaloa, sino que, como ocurriera con varias de las armas que formaron parte de ese operativo, estas terminaron también en manos de personas que estaban relacionadas con la organización de los Beltrán Leyva y los Zetas que operan en el norte de Sinaloa, según reveló un informe del Congreso de Estados Unidos, emitido a finales de julio del 2011.

Un informe adicional del USDOJ, el cual en su momento fue considerado clasificado, mostraba un mapa de las armas de Rápido y Furioso que habían sido recuperadas en todo México, indicando que en Sinaloa se habían encontrado siete aunque no se ha precisado si desde julio del 2011 en que fue revelado este reporte se han encontrado más armas.

Entre las armas que más dejó pasar el ATF había AK-47 y Barret calibre .50. Durante todo el tiempo que el ATF realizó esta operación, no solo negó información a su oficina de México, tampoco advirtió al Gobierno mexicano sobre la basta cantidad de armas que dejaban pasar a territorio mexicano.

Como resultado de ese operativo, el procurador federal, Eric Holder, ha sido cuestionado por el Congreso de Estados Unidos, particularmente por los congresistas republicanos Darrell Issa y Charles Grassley, quienes han demandado su cese del cargo.

“Hacen falta muchas respuestas respecto a lo que verdaderamente ocurrió durante ese operativo, sobre todo saber quiénes realmente estuvieron enterados sobre lo que estaba pasando”, revela una carta enviada por Grassley a la oficina de Holder.

La muerte de Terry por sinaloenses
La madrugada del 14 de diciembre del 2010 que mataron a Brian Terry, el agente se encontraba patrullando la zona desértica de Arizona junto a un grupo de compañeros de la Patrulla Fronteriza que también hacían guardia a esa hora.

En algún punto de esa zona, Terry descubrió a un grupo de supuestos indocumentados que intentaban cruzar a Estados Unidos, obligando a Terry a pedir refuerzos para detener a los sospechosos.

Los desconocidos sin embargo no eran ni polleros ni indocumentados, sino una gavilla de delincuentes que aparentemente estaban a la caza de un grupo de narcotraficantes a quienes intentaban despojar del contrabando de droga que transportaban de México a Estados Unidos.

Fue por eso que cuando los agentes de la Patrulla Fronteriza fueron por ellos, estos los recibieron con fuego desatándose una balacera en medio del desierto.

Durante el intercambio de balas, el agente Brian Terry fue herido de un balazo en el pecho, muriendo horas después cuando le practicaban los primeros auxilios en un hospital.

Días después, durante las pruebas de balística, el agente John Dodson descubrió que las armas que asesinaron a Terry formaban parte del operativo encubierto Rápido y Furioso, del cual él formaba parte.

Los pistoleros por su parte tampoco se fueron ilesos, sino que uno de ellos, Manuel Osorio Arellanes, fue herido de un balazo en un pie, por lo que minutos después estaba en manos de la justicia. Ello derivó que otro de los sospechosos, Rito Osorio Arellanes, fuera arrestado un año después de la balacera. No obstante, las otras cuatro personas que aparentemente participaron en la balacera aún continúan prófugos, según revela un comunicado del FBI, y son ellos a quienes buscan en territorio mexicano, particularmente en Sinaloa.

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