Jamie Dettmer
Para agorarevista.com
Los Zetas y otras organizaciones del crimen internacional trafican cada vez
más, y no soloamente drogas, sino niños y mujeres migrantes, dijeron las
autoridades.
En febrero, las fuerzas armadas rescataron a 73 trabajadores indocumentados
centroamericanos, que permanecían prisioneros en viviendas de Tamaulipas, donde
Los Zetas tienen una fuerte presencia.
Entre las decenas de personas que fueron liberadas en tres viviendas de la
ciudad Miguel Alemán, había 18 menores, según la Secretaría de Defensa Nacional.
Durante el hecho se produjeron cuatro arrestos.
Las redadas fueron llevadas a cabo por tropas de la IV Región Militar y
fueron parte del Operativo Noreste, una iniciativa elaborada para combatir el
crimen organizado en Tamaulipas y los estados fronterizos vecinos.
El operativo de rescate en las tres viviendas fue "coordinado y simultáneo",
según informó un portavoz de defensa.
La iniciativa se llevó a cabo después que
las autoridades obtuvieran información de que los grupos del crimen organizado
de Tamaulipas, específicamente Los Zetas, estaban traficando personas,
precisaron las autoridades.
Los cuatro sospechosos fueron entregados a la Procuraduría General de la
República (PGR) para ser llevados a juicio. Los trabajadores rescatados fueron
puestos bajo custodia de las autoridades de migración.
De acuerdo a su condición
en México, se les permitirá permanecer en el país o serán regresados a sus
países de origen.
Crece el problema de trata de personas por parte del crimen
organizado
En 2011, efectivos militares y de la policía federal rescataron más de 250
víctimas de trata de personas, entre ellos mexicanos y centroamericanos que
habían sido retenidos contra su voluntad en Reynosa y Nuevo Laredo, informaron
funcionarios de defensa.
En los últimos años, las organizaciones del crimen internacional han tenido
como blanco a los trabajadores centroamericanos que se pretenden ingresar
ilegalmente en EE.UU.
Los cárteles de la droga victimizan a los trabajadores ilegales de diversas
maneras. A veces, los mantienen cautivos para pedir rescate. En otras ocasiones,
han intentado obligarlos a trabajar para sus grupos, amenazándolos con matarlos
en caso de que se rehúsen.
En agosto de 2010, por ejemplo, 72 trabajadores
fueron masacrados en Tamaulipas.
Miembros de Los Zetas asesinaron a las
víctimas, muchos de los cuales no aceptaron ser reclutados, según relató a los
marinos un sobreviviente que logró escapar.
Los Zetas y otras organizaciones del crimen transnacional también estuvieron
involucradas en redes de tráfico sexual, en las que las mujeres son forzadas a
ejercer la prostitución.
En tanto que el gobierno ha puesto en marcha medidas drásticas para combatir
el contrabando de drogas, los grupos del crimen organizado se dedican cada vez
más a la trata de personas como un negocio, sostienen los analistas.
"Cuando un cártel de la droga ingresa ilegalmente una libra de cocaína en
EE.UU., solo pueden venderla una vez. En cambio, cuando trafican una mujer
joven, pueden vendarla una y otra vez", declaró Amanda Kloer, quien escribió
artículos sobre la trata de personas y realizó documentales sobre el tema, al
sitio web takingdrugs.org.
En julio de 2011, Jesús Ovidio Guardado, que actuaba como presunto coyote en
El Salvador, fue detenido en ese país y fue acusado por haber reclutado a nueve
mujeres con promesas de llevarlas a EE.UU.
En cambio, las entregó a un miembro
de Los Zetas, Enrique Jaramillo Aguilar, informaron las autoridades.
Jaramillo
Aguilar tatuaba a las mujeres y las obligaba a trabajar como prostitutas en
Tamaulipas, según publica el sitio web elsalvador.com. Las mujeres lograron
escapar y denunciaron a los dos hombres ante las autoridades.
Jaramillo Aguilar, capturado en mayo de 2011 en El Salvador por tráfico de
armas, también deberá enfrentar cargos vinculados a la presunta red de
prostitutción.
El presidente denuncia trata de personas
Tras la masacre de Tamaulipas en 2010, el presidente Felipe Calderón denunció
a los cárteles de la droga, diciendo que "recurren a la extorsión y los
secuerstros de trabajadores extranjeros para obtener recursos financieros y para
reclutar personas".
En julio de 2011, el presidente habló ante el Congreso acerca de la necesidad
de medidas más drásticas contra la trata de personas. "Los legisladores y los
ciudadanos deben tomar acciones por igual", señaló Calderón.
"Tenemos que crear
un frente unificado para erradicar el tráfico de personas en México. Este frente
no se limita a la policía o los funcionarios, este frente comienza en las
calles, en los vecindarios y en las comunidades".
Los trabajadores migrantes que se dirigen a EE.UU. a través de la costa del
Golfo han sido durante mucho tiempo presas de extorsión, robo y violencia por
parte de los coyotes y otros delincuentes.
Pero la irrupción del crimen
organizado en la trata de personas ha convertido el viaje hacia el norte en algo
mucho más peligroso, informaron fuentes del gobierno y personas que trabajan
para grupos que ayudan a estas personas.
Y no solo Tamaulipas puede ser peligroso para ellos. Aquellos que atraviesan
el estado de Veracruz en trenes y camiones arrendados son vistos por Los Zetas
como una fuente invalorable de recursos.
No es fácil estimar cifras de los trabajadores migrantes secuestrados
La Comisión Nacional de Derechos Humanos estimó en un estudio que al menos
11,333 migrantes fueron secuestrados en México entre abril y septiembre de 2010.
Por su parte, el gobierno estima que la cifra ronda las 20,000 personas al año.
El padre Franscisco Gallardo López, un sacerdote católico que trabaja con
trabajadores migrantes centroamericanos, declaró a Ágora que los coyotes "pueden
engañar y mentir y golpear (a los migrantes) y los dejan sin nada, pero la
situación se ha vuelto más grave y abusiva" con la irrupción del crimen
organizado.
En una declaración brindada ante un Comité de las Naciones Unidas, Salvador
Beltrán del Río, director del Instituto Nacional de Migraciones, sostuvo que la
principal amenaza de los trabajadores migrantes es el crimen organizado.
Esto fue confirmado de primera mano a Ágora por trabajadores migrantes que se
alojaban en un refugio en la ciudad de México.
Héctor Mejía, un hondureño de 22
años de edad, dijo que se había marchado a la capital después que otros
trabajadores con los que estaba viajando fueron forzados por sus guías a
acompañar a hombres armados en dos autos en ciudad Victoria.
"Simplemente se los
llevaron. Pienso que el resto de nosotros debería haber ido, pero no había
cupo", concluyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario