Una niña de cinco años fue secuestrada y
asesinada en Coatzacoalcos a mediados del 2014. Durante un mes, sus padres
mantuvieron la esperanza de verla de regreso, por las informaciones recibidas
del entonces procurador de Justicia en Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras.
Por ejemplo, los padres de Karime Cruz
Reyes amagaban con hacer protestas y manifestaciones para exigir la aparición
con vida de su hija y Bravo Contreras los apaciguaba con más esperanzas, aunque
él ya sabía que eso no era posible. Éste es sólo un ejemplo de lo que Bravo
Contreras no investigó, sino que ocultó.
Además, es señalado por ocultar las
investigaciones en contra de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de
Veracruz y de engañar a los colectivos que se formaron una vez que se tuvieron
indicios de un Veracruz convertido en panteón clandestino.
Ignacio Carvajal
Veracruz/Ciudad de Ciudad, 24
de junio, (BlogExpediente/SinEmbargo).- Una tragedia dibuja a Luis Ángel Bravo
de cuerpo entero: Una niña de cinco años fue secuestrada y asesinada en
Coatzacoalcos a mediados del 2014. Durante un mes, sus padres mantuvieron la
esperanza de verla de regreso.
En parte, esas esperanzas fueron
alimentadas por Luis Ángel Bravo Contreras, a la sazón Procurador de Justicia
en Veracruz.
Los padres de Karime Cruz
Reyes amagaban con hacer protestas y manifestaciones para exigir la aparición
con vida de su hija y Bravo Contreras los apaciguaba con más esperanzas, aunque
él ya sabía que eso no era posible.
Una semana antes de que se
confirmara oficialmente el hallazgo del cadáver de la menor, algunos medios de
comunicación de Coatzacoalcos dieron la noticia sobre el hallazgo de su cadáver
bajo el piso de una vivienda en la colonia Luis Echeverría.
Los padres exigían respuestas
a la prensa, a las autoridades y a la sociedad. Durante toda esa semana, Bravo
Contreras no dejó de alentar la esperanza y decir a los padres que seguían
trabajando para localizarla con vida, que la prensa mentía.
En esas fechas se celebraría
en Boca del Río una convención de senadores y diputados federales del Partido
Verde Ecologista de México, y era presidida por el secretario de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong. Por nada se debía opacar el evento nacional con
noticias sobre violencia. Era orden estricta de Javier Duarte de Ochoa.
El día del funeral, Bravo
Contreras envió una corona de flores y la familia la regresó. “Es una burla al
dolor”, lo señalaron.
El tiempo hizo lo suyo, los
papás de Karime Cruz Reyes ahora tutelan una fundación con el nombre de la
pequeña en la cual se ofrece ayuda a las víctimas de la violencia por medio del
a tanatología, y Bravo Contreras pasó su primera noche en Pacho Viejo, acusado
de desaparición forzada de personas.
ENGAÑAR A LOS COLECTIVOS
Ni Reynaldo Escobar ni Amadeo
Flores ni Jorge Wínckler han tenido el trato que tuvo Bravo Contreras con las
madres de los colectivos de desaparecidos. Siempre preocupado por su
apariencia, en andar bien perfumado y pulcro, también era una “dama” al atender
a las víctimas.
Más si eran madres de
desaparecidos, no le importaba a dónde debía viajar, lugares qué recorrer,
horario de estar con ellas oyendo sus casos, Bravo Contreras siempre mostraba
disponibilidad para atenderlas.
Eso lo reconocen la mayoría
de las integrantes de los grupos de búsqueda de personas ausentes.
Delicado, sensible, amable en
su trato, siempre mostraba disponibilidad para estar presente. A su lado.
Eso no quedaba ahí, incluso,
para soltar recurso era espléndido.
Contrario a Jorge Wínckler,
quien se ha distinguido por sus desplantes a las madres, a las que incluso una
vez dejó plantadas, afuera de la Fiscalía, mientras él se iba a buscar a un
alto funcionario al aeropuerto para un encuentro con los colectivos, Bravo
Contreras había dispuesto en su agenda dar la mayor parte de su tiempo a
atender colectivos.
Y así lo decía, más de la
mitad de mi tiempo, se va en atender casos de desaparecidos en Xalapa, zona
centro, Coatzacoalcos y Poza Rica.
Sin embargo, al paso de los
años, los casos de búsqueda de personas, no avanzan.
La tragedia en Veracruz. Foto:
Cuartoscuro.
Cuando las madres tuvieron
indicios sobre la existencia del gran cementerio de Colinas de Santa Fe, en
2015, la Fiscalía General del Estado minimizó los hechos.
En comunicados oficiales,
Bravo Contreras expuso la inexistencia de un gran panteón cerca de la zona
portuaria. Las madres, sin embargo, dieron a conocer que la búsqueda había sido
básica, sin perros, apenas un recorrido con unos cuantos oficiales de la
Ministerial, ni siquiera periciales.
Pero corrieron doce meses, y
el escándalo reventó. Bravo Contreras no había hecho nada para localizar el
tiradero y fueron las madres del colectivo Solecito de Veracruz, quienes le
entraron a la investigación y al rescate de los cuerpos con el apoyo de la Policía
Científica.
En septiembre del 2015
pobladores de Alvarado alertaron la presencia de docenas de cuerpos en un
islote, frente a al poblado de Buena Vista. Y aunque el personal de periciales
arribó al islote y se llevó los restos, personal de prensa de la Fiscalía dio a
conocer previamente que eran bolsas con “estiércol de caballo”.
Pero las madres de los
colectivos arribaron al forense en Boca del Río, donde habían sido confinados
los cadáveres, y protestaron por la falta de información. Al Bravo Contreras no
le quedó más que confirmar el hallazgo de nueve bolsas con restos. Hasta ahora
permanecen sin identificar.
En enero del 2016, tras la
denuncia de desaparición forzada de jóvenes de Playa Vicente en Tierra Blanca,
las madres de todos los colectivos del estado tomaron la Fiscalía, y entregaron
un pliego petitorio a Bravo Contreras en donde le exigían investigar a Javier
Duarte de Ochoa y a Arturo Bermúdez, entonces Gobernador y titular de la
Secretaría de Seguridad Pública, por la desaparición de cientos de personas
durante ese gobierno.
Como se ve al paso del
tiempo, Bravo Contreras no los investigó, además de eso, según los cargos en su
contra, se coludió con la red para desaparecer seres humanos.
TEMÍA A BERMÚDEZ
Efraín Martiz, padre del
joven Gibrán Martiz, víctima de desaparición forzada durante el Gobierno de
Javier Duarte de Ochoa, recuerda que sostuvo al menos dos encuentros cercanos
con Bravo Contreras en su papel de procurador.
En uno de ellos, el mismo
padre presentó evidencia de que su hijo había estado en el cuartel de la
policía de San José, mientras su presunta detención no había sido reportada.
Además, dio otros datos, de
que su celular había sido activado cerca del fraccionamiento Las Ánimas, donde
el ex secretario de SSP, Arturo Bermúdez, contaba con una residencia; y otra
señal más era en Academia de Lencero.
En ninguno de los casos,
Bravo Contreras quiso confrontar al ex secretario, asegura Martiz.
Le dio la impresión, de que
le temía al súper funcionario de Javier Duarte de Ochoa.
Algunos de sus colaboradores
más cercanos, incluso, afirman que efectivamente, Bravo Contreras le temía a un
sólo hombre dentro del gabinete, y ese no era el gobernador Javier Duarte de
Ochoa, sobre quien ejercía un gran control de sus neuronas.
La persona encargada de
tratar los temas de la SSP con la Fiscalía, no era pues, Bravo Contreras, sino
una de sus allegadas, la Fiscal Especial Rosario Zamora, actualmente presa por
los mismos cargos.
Como un sastre, cada que los
oficiales de Bermúdez cometían un abuso contra los derechos humanos, donde se
debía dar parte al ministerio público, Bravo Contreras confeccionaba “verdades
históricas” encaminadas a ocultar la realidad.
Así lo preparó con el tema de
los cinco chicos de Playa Vicente desaparecidos en Tierra Blanca.
Con los tres jóvenes de
Papantla desaparecidos por policías.
Y como ha quedado en
evidencia, con el lanzamiento de víctimas de tortura en Lencero, a la barranca
de La Aurora, en Emiliano Zapata, caso por el cual ha sido girada y ejecutada
orden de aprehensión en su contra por delito de desaparición forzada, en la
modalidad de facilitar que los perpetradores se deshicieran de sus víctimas y
cadáveres.
Así, Bravo Contreras dejó
hacer y pasar las tropelías cometidas por elementos de la SSP.
Sin embargo, de la misma
Fiscalía han salido versiones sobre la existencia de un grupo de funcionarios
judiciales autodenominados “los Chacales”, lidereados por Rosario Zamora,
quienes a su vez se frotaban las manos de gusto al saber de nuevos escándalos
en la SSP, pues eran los responsables de enderezar los expedientes a cambio de
importantes sumas de dinero las cuales eran pagadas por altos mandos de la SSP.
CON SUS AMIGOS
En junio de 2014 aparecen en
Tres Valles una docena de fosas clandestinas de las que exhuman mujeres, niños
y hombres que habían sido asesinados por el Cártel de Los Zetas. La información
comenzó a fluir en medios de comunicación durante el inicio del mes, sin
embargo, pasados dos días, fue confirmada por el sub procurador regional de
Veracruz, Arturo Herrera Cantillo.
Herrera Cantillo, quien fue
maestro de Luis Ángel Bravo en la universidad, llegó a colaborar con su alumno
como fiscal regional en el puerto jarocho, y aunque no le tocaba la demarcación
de Tres Valles, tuvo que enviar personal ministerial y periciales para
colaborar a sacar tan elevado número de cadáveres.
Hasta ese momento, la de Tres
Valles, con 35 víctimas, era la fosa más impactante en todo el estado, y la noticia
comenzó a cimbrar lo más alto del gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
Herrera Cantillo le aceptó
una llamada la periodista Rosa María Hernández Espejo, quien lo tenía al aire y
le pide confirmación sobre la fosa. Cantillo aportó la confirmación y dio datos
humanos sobre la tragedia. Que su personal trabajaba a marchas forzadas
excavando en la tierra y jalando pedazos de restos humanos para poder rescatar
el mayor número de cadáveres.
Antes de la doce del día ya
le había pedido su renuncia.
Con todo y que era su maestro
y amigo, no le quedó de otra más que dejar el cargo y sacar sus cosas por haber
dicho la verdad.
A cuatro meses de haber
tomado el cargo, a su salida, dijo: “No puedo decir más. Capaz y me corren del
estado”.
CON LA PRENSA
En julio del 2015, desaparece
el periodista Juan Mendoza, el taxi que manejaba para complementar su ingreso,
es localizado cerca de su domicilio en Medellín de Bravo.
Horas después, cuando la
familia exigía su localización, la fiscalía ya contaba con su cadáver en la
morgue de Boca del Río. Le localizaron 24 horas después de su desaparición en
la autopista Veracruz-Xalapa, a la altura del fraccionamiento Colinas de Santa
Fe.
En las fotos tomadas por
algunos reporteros, claramente se aprecia una mordaza y venda sobre el rostro
de Juan Mendoza. Pero pese a esos indicios, en rueda de prensa, Bravo Contreras
afirmó que había sido atropellado.
ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON
AUTORIZACIÓN EXPRESA DE Blog Expediente.
(SIN EMBARGO/ BLOG EXPEDIENTE/24 DE JUNIO 2018)
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