La violencia que generan las
pandillas en Jalisco puede rivalizar con la de la mafia italiana. En el país,
30 mil menores son reclutados por el crimen organizado, pero los estados dejan
de usar 144 millones de pesos del principal fondo de prevención
"La gente que aplica las políticas
públicas en materia de prevención (…) hacen su esfuerzo, pero no saben ni de
qué se trata"
Mario Cervantes
Cátedra Unesco de la Juventud UdeG
Las pandillas en Jalisco que
han incursionado en el mundo delictivo y los ajustes de cuentas pueden generar
en el estado casi tanta violencia como la que se atribuye a la mafia italiana
en aquel país europeo, de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra
la Droga y el Delito (UNODC).
En 2011, cuando las pandillas
de Jalisco alcanzaron su registro más alto de muertes de los últimos ocho años,
cometieron 53 asesinatos, nada lejos de los 70 que dejaron a su paso los
principales grupos mafiosos de Italia como la Cosa Nostra, la Sacra Corona
Unita, la Camorra y la ‘Ndrangheta, en 2012.
Esto, según lo recoge el
Estudio Mundial sobre el Homicidio 2013 de la UNODC. Con la información que
ofrece la Fiscalía General de Jalisco es posible identificar a las 10 pandillas
con el mayor historial de asesinatos, en el lapso de 2007 a 2014, todas
asentadas en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG).
La pandilla más violenta es
Los Sureños, de Tonalá, vinculada con siete homicidios y a la distribución de
drogas. Después están tres grupos con seis asesinatos cada uno: Los Gitanos, en
Tlaquepaque; Los Santa Rosa, en Guadalajara; y los TPCH, en Tonalá y
Guadalajara.
Las tres pandillas siguientes
han estado detrás de cinco homicidios cada una: La Bajada Loca y Los Florencia,
ambas en Guadalajara; y Los Batos Locos o BL, en Tonalá. Un grupo con cuatro
homicidios es Los Fantasmas, involucrado en narcomenudeo en tierras tonaltecas.
Finalmente, hay dos pandillas
con tres homicidios cada una: Los Pelones, en Guadalajara y Tonalá –ligada a
venta de drogas- y Los Pitufos, en la capital.
En la Fiscalía hay registro
de 15 pandillas más con dos homicidios en su historial individual, y otras 127
con sólo uno. Así, suman 207 los asesinatos que en ocho años fueron cometidos
por 152 pandillas en total, como se indicó en la entrega “Pandillas, a la
sombra del ‘sicariato’”, publicado el 27 de mayo pasado en Reporte Indigo.
Esta condición, en apariencia
tan local, se corresponde con una dinámica regional. La UNODC señala que
mientras en Asia, Europa y Oceanía, menos del 1 por ciento de los homicidios
están ligados con pandillas y el crimen organizado, en América la proporción es
del 30 por ciento, casi uno de cada tres.
CÍRCULO VIOLENTO
“Los jóvenes son el grupo más
afectado por el delito y la violencia, y a su vez, son los responsables más
comunes”, dice el Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014 para América
Latina, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El impacto del círculo de
violencia que envuelve a los jóvenes en un entorno sin oportunidades de estudio
y trabajo necesarias, es advertido por Mario Cervantes, titular de la Cátedra
Unesco de la Juventud de la Universidad de Guadalajara:
“Es un serio problema que si
no se ataca de raíz, que si no agarras el tejido social y lo atacas de fondo, y
no hay prevención en programas abocados a los jóvenes, va a persistir y va a ir
en aumento.
“No es de extrañar que
tengamos docenas de jóvenes asesinados entre ellos mismos, que se están matando
justo por la cuestión de la violencia”.
La tasa de homicidios de
varones jóvenes de 15 a 29 años en Centroamérica –con México - y Sudamérica,
cuadruplica la del mundo en ese grupo de edad; y en 2012, según la UNODC, de
todos los asesinados en el planeta, el 15 por ciento fueron jóvenes así de América.
En 2013 el Gobierno federal
creó el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la
Delincuencia (Pronapred), con una de sus líneas centrales en la atención de los
jóvenes de las colonias con problemáticas sociales y delictivas.
Hasta hoy ha dotado de 387
millones 99 mil 450 pesos (MDP) al Gobierno estatal y los Ayuntamientos del
AMG, sin embargo, adolece de una falla vital: las autoridades no cuentan con
personal especializado para su aplicación.
“El grave problema aquí es
que no están capacitados, la gente que aplica las políticas públicas en materia
de prevención, si la revisas, checas su curriculum y observas bien quiénes
trabajan, hacen su esfuerzo pero no saben ni de qué se trata. No voltean a ver
a la academia”.
“Podrá haber dinero, podrá
haber la voluntad federal, ahí está y está el dinero, el problema es que cuando
aterriza en los municipios agarras al de Seguridad, y si revisas el curriculum
de todos los municipios, observarás que muy pocos cubren un perfil”, dice Cervantes.
El Pronapred ha tenido
distintas deficiencias en Jalisco: en 2013 las autoridades devolvieron a la
Federación un millón 892 mil 897 pesos por no ajustarse a las reglas del
subsidio, y el presupuesto de 2014 por 130.3 millones de pesos (MDP), se reportaba
en noviembre con un ejercicio del 0.5 por ciento.
DINERO SIN USO
Las fallas también están a
nivel nacional. En 2013 solo dos entidades aprovecharon la totalidad del fondo
del Pronapred: Durango y Guerrero.
Las otras 30 retornaron 143
millones 895 mil 97 pesos que dejaron de invertir en prevención, reporta la
Secretaría de Gobernación.
Cinco estados regresaron más
de 10 MDP: Veracruz, 27.4 MDP; DF, 22.7 MDP; Michoacán, 16.5 MDP; San Luis
Potosí, 12.6 MDP y Coahuila, 10 MDP.
En tanto el fondo se
desaprovecha, en todo México “algunos análisis estiman que hay por lo menos 30
mil menores que cooperan activamente con la delincuencia organizada en
actividades, que van desde la extorsión y el tráfico de personas hasta la
piratería y el narcotráfico”, dice el PNUD.
La carencia de personal apto
en el Pronapred de la que habla Cervantes la detectó también México Evalúa en
2014, junto a errores metodológicos en sus diagnósticos y acciones.
El PNUD aúna: “La ejecución
exitosa de estrategias preventivas descansa en la profesionalización del
personal a cargo de las intervenciones”, como la atención de adicciones y de
jóvenes que han delinquido, pero “ese personal escasea en la región”.
Mientras el gobernador
Aristóteles Sandoval reconoce que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)
recluta a jóvenes hasta para sus bloqueos, el PNUD expone una arista oscura.
“Expuestos a la influencia de
las pandillas y las organizaciones criminales, el reclutamiento de menores es,
en los hechos, forzado, pues no tienen la capacidad de decidir y medir las
consecuencias de sus acciones.
“A menudo los niños
consideran a los integrantes de las facciones criminales como un modelo a
seguir: representan la figura de poder que suple el vacío de autoridad”,
detalla el reporte.
(REPORTE INDIGO/ LUIS HERRERA/ Viernes
12 de junio de 2015)
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