Uno de los
trabajadores armado con un machete, lanzaba amenazas de muerte para
intimidarnos.
“Si para morir nacimos... si tu me borras lo que
tienes ahí, te soltamos de volada”. Eran las amenazas de empleados del
Ayuntamiento de Nacajuca. Un silbido bastó para alertar a la treintena de
albañiles y al cuidador del rancho, que se guarecía tras el portón principal de
la residencia armado con una escopeta y a la espera de instrucciones, mientras
entre gritos y empujones intentaban despojar al fotógrafo de su herramienta de
trabajo.
Ubicado a escasos
cinco metros de la entrada principal, el reportero gráfico intentaba imprimir
algunas placas de la lujosa mansión, cuando se escuchó el estruendo de la
escopeta de aquel capataz que cuidaba el rancho.
En el intento de
huida fuimos cercados por siete personas que se identificaron como trabajadores
del ayuntamiento de Nacajuca, cerrando el paso con una camioneta y un volteo.
-Aquí estamos
cuidando esta madre, porque es la chamba también de nosotros. Este rancho que
tiene ese cabrón (Landero) tiene años, están inventando mamadas- refirió uno de
los empleados, iniciando el forcejeo.
-¡Estás grabando,
entrega el celular!
Qué importa que me
conozcas, si para morir nacimos... si tu me borras lo que tienes ahí, te
soltamos de volada-, fustigaba.
Otro de los
trabajadores armado con un machete, lanzaba amenazas de muerte para
intimidarnos:
-Aquí no puede venir
nadie de tu periódico, aquí te puedes caer y te va a llevar la ver..., y quién
crees que me va a reclamar. Aquí se los va a llevar la ver…-, recitaba
altanero.
Tras el aviso a la
Redacción del diario, fuimos dejados en libertad, no sin antes ser obligados a
entregar una de las tarjetas de la cámara del diario.
(TABASCO HOY
/ Víctor Esquivel/ 06 DE FEBRERO 2014)
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