miércoles, 19 de junio de 2013

PANDILLAS EN EU: LOS CÁRTELES "EVOLUCIONA"

Sin Embargo
México, DF.- ¿Es conveniente que el problema del Distrito Federal no sea de cárteles, sino de pandillas, como ha intentado establecer el Gobierno capitalino tras la desaparición de una docena de personas en un bar, una ejecución afuera de otro y la masacre en un gimnasio? Quizá no.

Decididamente no, si se atiende al fenómeno de pandillas en Estados Unidos, país que ha estudiado con amplitud esta forma de organización criminal y en donde han evolucionado hasta convertirse en el principal engranaje de distribución de drogas al menudeo en todas las ciudades. Existen al respecto varias conclusiones. Una de las principales es que las pandillas mantienen poderosos nexos comerciales con los capos, principalmente mexicanos.

Otra es que las “gangs” han evolucionado y sus actividades no se reducen al asesinato de antagonistas raciales dentro de las prisiones. Hoy, las pandillas tratan mujeres, esclavizan migrantes, extorsionan, secuestran, defraudan a gran escala, lavan dinero…

¿En qué se parecen la Ciudad de México y Chicago?

En que ambas son las únicas dos ciudades del mundo con presencia de los principales siete cárteles mexicanos.

Un diagnóstico confidencial elaborado en 2010 por el Centro de Inteligencia Nacional contra las Drogas –National Drug Intelligence Center (NDIC)–, del que SinEmbargo posee copia, evalúa, “con gran confianza”, que las organizaciones mexicanas operan al menos en mil 286 ciudades en las nueve regiones divisorias de EU para efectos de la Fuerza de Tarea y Aplicación Contra las Drogas del Crimen Organizado, otra multiagencia de seguridad de ese país.

El documento muestra mediante cuadros y mapas las zonas de influencia de las principales agrupaciones del crimen organizado en México. Las empresas criminales mexicanas operan, sin excepción, en todo Estados Unidos. Y permite concluir, en comparación con otro informe, éste elaborado por el Servicio de Investigación del Congreso estadounidense, que sólo en Chicago y la región centro de México, incluida la gran Ciudad de México –Distrito Federal y zona conurbada del Estado de México–, todos los cárteles, por sí mismos, tienen presencia.

Tras la reciente desaparición de 12 personas de un antro de la Zona Rosa, la ejecución de cuatro hombres en el barrio de Tepito y el asesinato de otro más en otro bar de la Condesa.

LAZO ENTRE CÁRTELES

El Centro Nacional de Inteligencia sobre las Pandillas (NGIC, por sus siglas en inglés) fusiona información de varias agencias locales, estatales y federales estadounidenses y de otros países, incluidos México y Canadá. Participan en dotación de datos su análisis y uso de los mismos el Departamento de Defensa; la DEA; el FBI; el Buró de Alcohol, Tabaco y Armas, y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, entre varias otras. El enfoque considera, principalmente, aspectos de crecimiento, migración y actividad criminal de las bandas.

El estudio sobre el lazo entre cárteles y “clicas” muestra la consolidación de las bandas de origen latino –peno no sólo éstas, las somalíes y chinas también repuntan– y cómo los cárteles mexicanos avanzan a la conquista delictiva de Estados Unidos a través suyo. Y cómo las agrupaciones existentes hoy están a años luz del modelo popularizado –y luego imitado en México– por la película “Los Guerreros” (1979, Walter Hill). Los jóvenes cavernícolas tatuados y dedicados a golpearse con brutalidad, pero sorprendidos cuando alguien dispara un arma de fuego son ahora hombres de negocios tatuados participan en delitos de cuello blanco desde su diseño, trafican lanzacohetes entre fronteras, utilizan tecnología de punta y son propietarias de la mayor parte del negocio de las drogas a granel en el país más adicto del mundo, el suyo, del que han salido con sus identidades de barrio y crimen hasta Australia.

Pero nadie aclara qué elementos de identidad poseen, desde cuándo existen, cuántos miembros las componen. En la Ciudad de México no existe un estudio detallado, extenso ni actualizado sobre las pandillas.

Según el NDIC, en algunas regiones de Estados Unidos la relación de crímenes y violencia y las pandillas supera el 48 por ciento. En algunos estados este lazo representa al menos el 90% de la actividad ilícita. Es el caso de porciones en Arizona, California, Colorado, Massachusetts, Oklahoma y Texas.

Y también Illinois, cuya capital, Chicago, es, como el DF, tierra de todos los cárteles y de varias pandillas.

Las bandas callejeras, según el mismo reporte, están involucradas en asaltos, extorsión, homicidio, tiroteos, robo a casa habitación, trata con fines sexuales, tráfico humano, secuestro y, por supuesto, tráfico de armas y drogas. Pero también realizan actividades que no dependen de la capacidad de desplegar violencia. Las pandillas también realizan complejos fraudes fiscales a través de la red o lavan dinero.

EL CORAZÓN DE LAS DROGAS

Si los cárteles mexicanos son el corazón que bombea las drogas a todo Estados Unidos, las pandillas son las arterias por las que circulan cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas, las principales sustancias de adicción de ese organismo. Las “gangs” no sólo son el mejor aparato de distribución mano en mano de las sustancias, sino también facilitan su almacenaje, prestan servicios de seguridad y almacenaje y participan cada vez más en tareas de transporte.

Los convenios son más difusos allá que aquí. Las lealtades funcionan de otra manera a uno y otro lado de la frontera, quizá por la imposibilidad de ajustar cuentas en Estados Unidos como se ajustan en México.

La colaboración entre bandas y cárteles mexicanos ha alterado la dinámica del mercado de las drogas. Las pandillas norteamericanas, que tradicionalmente fungían como el último escalafón en la cadena de distribución de narcóticos, negocian ahora directamente con las grandes organizaciones eliminando intermediarios. Es, para unos y otros, una empresa más eficiente y lucrativa: 1.4 millones de dealers y compradores de armas activos o potenciales.

(ZOCALO/ Sin Embargo/ 19/06/2013 - 04:03 AM)

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