El 24 de diciembre culminó con la masacre de nueve
personas en Concordia, Sinaloa, una serie de matanzas que se sucedieron en ese
municipio en los últimos meses de 2012.
“Se está volviendo común que nos ataquen y no pasa
nada”, dice el alcalde del lugar, al mismo tiempo que ofrece su colaboración a
las familias que decidan huir…”
Qué mejor que reproducir, con su autorización, la
crónica que publica esta misma semana la revista sinaloense Ríodoce para
reflejar la tragedia cotidiana que vive esa región del país.
Cayetano Osuna / Ríodoce
CULIACÁN, Sin
(Proceso).- A la saña con la que los sicarios perpetraron los asesinatos en El
Platanar de los Ontiveros, añadieron la ironía, porque a Francisco Javier
Lizárraga Pérez, de 19 años de edad, una de las nueve personas masacradas que
estudiaba criminología y soñaba en convertirse en criminalista y paladín de la
justicia sinaloense, lo decapitaron sin misericordia.
“Gente que no tiene
nada qué ver con actividades ilícitas, gente dedicada a su trabajo; un joven
que estudiaba criminalística, y que vino a pasar Navidad con sus papás, que
estudió secundaria en Mazatlán, que estudió preparatoria en Mazatlán, que se
fue a estudiar la carrera a Culiacán, que prácticamente tenía años que no
estaba en la comunidad, de pronto viene a visitar a su familia y le toca”,
lamentó José Eligio Medina, alcalde del municipio de Concordia.
El Platanar de los
Ontiveros se llama el pueblo ubicado a tres horas de distancia de la cabecera
municipal, en lo recóndito de la sierra del municipio de Concordia, donde un
grupo delictivo conformado al menos por 30 hombres armados con AK-47 y
camuflados con ropa militar masacró a nueve personas, enlutando la Noche Buena
y amargando la Navidad de 52 familias que habitan en la indefensión.
“Fueron Los Zetas”,
especularon quienes después de los entierros se dieron a la tarea de poner
nombre a los autores materiales de la matanza.
La teoría estaba
apoyada en el escenario de la narcoguerra que protagonizan los diversos grupos
delictivos, tanto en la zona serrana como en la urbana, para disputarse el
territorio sembrando el terror en los habitantes indefensos.
“Se debió a una
disputa entre las células del cártel de Sinaloa y el cártel de los
Beltrán-Zetas”, dijo la Procuraduría General de Justicia de Sinaloa (PGJE).
El jueves 27 de
diciembre el procurador Marco Antonio Higuera Gómez dijo al diario Noroeste que
los asesinos de las nueve personas del Platanar de los Ontiveros son del mismo
grupo delictivo que emboscó en la carretera nueva de la Puerta de San Marcos a
los agentes de la Policía Estatal Preventiva.
Ante la violencia
creciente en la sierra sinaloense, donde los grupos delictivos han sentado sus
reales, nadie escapa a los atentados criminales.
El martes 13 de
noviembre de 2012, en la carretera que conduce hacia la Puerta de San Marcos,
perteneciente a la sindicatura de La Noria, del municipio de Mazatlán, un grupo
de sicarios emboscó a agentes de la Policía Estatal Preventiva, dejando muertos
a los policías Iván Daniel García Chávez y Urbano Contreras Valenzuela, y cinco
heridos, uno de ellos de gravedad.
Antes, el 2 de
noviembre, a un kilómetro de distancia en esa misma zona, el ganadero Jesús
Ramón Osuna Osuna, de 35 años, originario de San Marcos, fue encontrado
asesinado y carbonizado dentro de su camioneta ganadera.
El 21 de octubre de
2012, en las cercanías de la comunidad Las Iguanas, Concordia, ocho personas,
entre ellas dos menores de edad, fueron masacradas con fusiles AK-47, y después
quemadas en la camioneta Ford en la que regresaban de una fiesta de 15 años
celebrada en El Palmito, Concordia.
Dos de los atentados
los ha atribuido la PGJE a una célula del grupo delictivo denominado Los
Mazatlecos, integrada por alrededor de 20 sicarios oriundos de Sinaloa, Durango
y Nayarit, que opera en la zona serrana del sur de Sinaloa.
“Declaraciones impropias”
A estas alturas del
inimaginable dolor, los rezos y la indignación de los dolientes, el nombre de
los perpetradores de la masacre es lo de menos. Lo que salta a la vista es la
pasmosa impunidad que habita en el Sinaloa del “no pasa nada”, como el mismo
José Eligio Medina Ríos, presidente municipal de Concordia, lo reconoce, pues
con el ataque impune del 24 de diciembre ya son seis pueblos que se
convirtieron en “víctimas colaterales” de los criminales.
“Se está volviendo
común que nos ataquen y no pasa nada… Yo tengo confianza en que se va a
actuar”, dijo el alcalde a Ríodoce.
El asesinato de las
nueve personas, según el alcalde, ocurrió como a las 19:00 horas, pero él
recibió la noticia a las 19:30, cuando acababa de llegar a casa de sus padres,
oriundos de Concordia, a desearles una feliz Navidad.
“Estas son fechas
muy emblemáticas, reflexiona; cuando suceden cosas como éstas como que te
duele, como que nos afecta a todos, y por lo pronto al municipio de Concordia
nos amargó la Navidad.”
El alcalde José
Eligio Medina Ríos fue entrevistado después de terminar de atender a los
familiares de las nueve personas asesinadas, quienes entre otros apoyos
económicos y materiales, para sobrevivir a la zozobra, pidieron operativos
policiacos y militares que garanticen la integridad física.
–En cuanto al tema
de la seguridad pública, ¿qué piensa hacer usted para enfrentar a los
delincuentes que tienen asolada a la zona serrrana?
–La presencia del
Ejército, es la única organización que puede entrar a esas rutas y que es
competencia, pues, de ellos. La municipal para allá es difícil, por las
limitaciones que tenemos en todos los sentidos, somos preventivos y estamos
limitados en cuanto a la capacidad de movilización. El número de elementos que
tenemos no es suficiente.
–¿Tenía razón su
exdirector de Policía cuando dijo que no entraban a la sierra porque era muy
peligroso, declaración que molestó al gobernador Mario López Valdez, quien le
reviró que si tenía vergüenza mejor renunciara?
–Son declaraciones
impropias…
–¿Son “declaraciones
impropias” del gobernador?
–De “todo mundo”. El
tema de la seguridad es un tema mucho muy serio, se requiere de la aportación
de todos, en el sentido de facilitar las cosas, no de discrepar ni de
pelearnos, sino de sumarnos en una coordinación. Porque finalmente nosotros
como municipio afectado requerimos el apoyo de las corporaciones policiales de
otro nivel y especialmente del Ejército, que está haciendo muy bien su tarea en
el municipio, pero que finalmente, bueno, tenemos ese problema en esa ruta.
“Foco de violencia”
“El resto del
municipio lo tenemos tranquilo –continúa el alcalde–, no tenemos incidentes,
aquí en la misma cabecera municipal, pero en esa parte tenemos un foco de
violencia, en comunidades que son del municipio de Mazatlán y del estado de
Durango y que incursionan hacia acá.”
–¿Vienen de otro
lado a masacrar y aterrorizar a la gente?
–Sí, la noche del 24
de diciembre entró un grupo de 30 personas fuertemente armadas…
–¿Llegaron en
camionetas o a pie?
–Llegaron caminando.
No pueden (llegar en camionetas). El único camino para llegar acá es de Copala
a Pánuco. Es la única vía de acceso con vehículo. Ellos llegaron del otro lado
y caminando.
–¿Es verdad que el
Ejército ya estaba en esa zona desde antes de que ocurriera la masacre?
–Se garantiza la
presencia del Ejército desde el mismo día del atentado, la presencia del
Ejército ya estaba ahí desde antes, pero se movió a una distancia de media hora
a atender un asunto de combate de enervantes, a destruir unos plantíos (de
mariguana), se movió media hora de distancia y en esa movida que se dio ocurrió
todo.
–El procurador de
Justicia atribuyó el multihomicidio al narcomenudeo, ¿qué opina usted?
–No, no, no es
conveniente polemizar eso. Para mí es mucho más importante atender a las
familias que ponerme a revisar declaraciones de los demás. Es más importante
para mí atender a una familia que ponerme a revisar qué dijo Juan o Pedro. La
realidad de los que vivimos en Concordia la conocemos nosotros, la sentimos
nosotros y nosotros tenemos que buscar cómo trascender, cómo resolver. Aquí
requerimos del apoyo de todos los niveles de gobierno, del apoyo de todas las
corporaciones policiales, del apoyo de todos los medios de comunicación, porque
a veces estos últimos se convierten en promotores de los delincuentes, magnificando
sus acciones.
El 15 de diciembre,
Eligio Medina Ríos rindió su segundo informe de gobierno, cuyas divisas son
“visión y decisión”, pero nunca vislumbró la masacre que se maquinaba en esa
zona ubicada en el “foco” de violencia.
La “visión”
En la página número
13 del periódico de 24 páginas donde publicó su segundo informe, en el rubro de
Seguridad Pública y Tránsito Municipal el alcalde presumió “operativos” que la
matanza evidenció como simple publicidad.
“Cada año en nuestro
municipio se festejan un sinfín de fiestas tradicionales (como Nochebuena,
Navidad y Fin de Año), las cuales se realizan en cada poblado del municipio de
Concordia, razón por la cual los elementos de la corporación de Seguridad Pública
y Tránsito Municipal trabajan arduamente, realizando operativos para proteger
la integridad de las personas, y mantener el orden y la paz social.”
–Alcalde, usted
entregó su segundo informe de gobierno el 15 de diciembre, ¿qué pasó, no se
imaginó lo que estaba por venir?
–En lo absoluto, no
me imaginaba que podíamos ser víctimas de un ataque como éste. Estoy enterado
de los ataques que se han dado en esa parte (zona serrana), que se han dado de
la presa Picachos hacia arriba, el ataque a los policías (la emboscada del 13
de noviembre) que se dio ahí, el ataque que se dio a otras personas del
municipio de Mazatlán, de los eventos delictivos que se han dado en esa ruta
que han focalizado muy bien esa área que ahí están los malandrines. Ellos (los
asesinos) tuvieron que trasladarse para llegar a ese pueblo (El Platanar), con
nosotros, aproximadamente de tres a cuatro horas, caminando, para llegar hasta
acá.
–¿Usted cree que los
malandrines se brincaron de un pueblo de allá de la zona de San Marcos?
–Sí, son grupos que
están al otro lado del río. En el municipio de Mazatlán o en Durango. A
nosotros nos divide el río Presidio, divide Mazatlán y Concordia hasta la
sierra, hay pueblos hasta el otro lado del río, y hay pueblos a este lado. En
la margen de este lado, en el municipio de Concordia, han atacado cinco
pueblos, este es el número seis.
Desplazados
–¿Ustedes tienen
albergues suficientes para atender la emergencia de los dolientes que tuvieron
que abandonar su comunidad? –se le pregunta a Medina Ríos.
–Nosotros estamos
preparados en las instalaciones del DIF, estamos preparados para si una familia
se sale y no tiene dónde meterse, ahí la podamos hospedar y poner a su servicio
el comedor del DIF que tenemos, el comedor para los de la tercera edad, todos los
días. Siempre hay un grupo de la tercera edad que va y desayuna y come ahí; ahí
estaríamos en condiciones de poder atender a las familias en situación de
emergencia.
–Y en caso de que
decidan salirse las 52 familias que habitan El Platanar, ¿tienen capacidad para
atenderlos?
–Sí. Ahorita son los
dolientes los que atendimos. El tema fue con la comisaria y con el presidente
del ejido, para que si se van a salir (del pueblo) no lo hagan en estampida, lo
hagan en forma organizada, saberlo nosotros, que me digan: estamos listos para
salirnos tres familias, cinco familias, y que puedan organizar sus
pertenencias, lo más indispensable. Se trata de que podamos ir en un auxilio
con un poquito más efectivo, a que nos digan: “Nos vamos a salir todos”. Y no
tenemos capacidad para sacarlos a todos el mismo día al mismo tiempo. Está muy
lejos (el pueblo), está muy fea el área y no tenemos vehículos suficientes como
para sacarlos el mismo día.
–Usted aconseja que
no haya “estampida”, pero el miedo no induce a la retirada “organizada”…
–Se trata de que con
la presencia del Ejército, allá, ellos tengan la tranquilidad de que no
necesitan salirse hoy ni mañana. Que lo revisen con sus familias, porque
finalmente allá tienen todo lo que necesitan. Allá tienen sus pertenencias: sus
vacas, puercos, gallinas y siembras. Muchos de ellos no han levantado sus
cosechas de maíz, otros más tienen sus siembras de frijol, otros más tienen
sembrada jamaica, entonces están en la temporada en que están cuidando un
cultivo y están en la necesidad de recoger el otro.
–Se le va a poner
más difícil la vida a los desplazados por la violencia en vista de que tienen
sus raíces en El Platanar.
–Sí. La gente de
allá siembra lo que se come. Ellos no ocupan ir a la tienda a comprar maseca,
huevo, leche, queso ni frijol. Eso lo producen ellos allá. No ocupan tomate,
chile ni verduras, porque ellos lo siembran también. ¿Qué ocupan? Todo lo
enlatado, lo elaborado, que les llega vía el programa, la tienda de Conasupo,
que hay una tienda allá y que va un camión y que surte todos los detalles que
requieren y que allí lo consumen, pero todo lo indispensable ellos lo producen
allá y toda la gente tiene una vaca y la ordeña. Al momento de salirse para
acá, ellos dicen: “¿qué vamos a hacer? Aquí para ir a comer tenemos que comprar
las tortillas, tenemos que comprar la leche, el frijol y el maíz”. Y así es,
porque pueden salir con 5, 10 mil pesos en la bolsa, pero cuánto les va a durar
eso. La vida en el campo es mucho muy diferente a la de la ciudad. Y con éste
ya son seis los pueblos atacados por los delincuentes.