jueves, 3 de enero de 2013

ALCALDES: DE PICNIC EN LA LETRINA




Alejandro Sicairos    
“Sé corrupto, qué importa, pero al menos hazle como el gato que entierra sus porquerías”, es lo que dicen —“sin querer queriendo”—los alcaldes de los 18 municipios que salen en defensa del gobernador Mario López Valdez en la coyuntura de sospecha que afecta al mandatario por las evidentes irregularidades en el ejercicio de la megadeuda por 2 mil 600 millones de pesos que en agosto de 2011 contrató, al fin y al cabo que los sinaloenses pagan. Alguna situación muy poderosa hubo de mediar para que los ediles metieran las manos a un fuego que tarde o temprano los quemará.

De hecho los presidentes municipales vienen a sumarse a una estrategia que pretende hacer de Sinaloa un edén para la transa. Aquí cualquiera puede robar los recursos públicos y son las dependencias de Gobierno las primeras en encubrir al ladrón, al lanzarse a la yugular del que fiscaliza, investiga o denuncia. Una vez institucionalizada la corrupción, le hacía falta a Malova el aval de los alcaldes para allanarle el camino a los grandes fraudeadores.

El mismo planteamiento ambiguo y temeroso que los gobernantes municipales utilizan en el posicionamiento publicado el jueves 27 de diciembre delata cierto titubeo para expresar su respaldo a López Valdez. ¿Qué quisieron decir? Lo que plantean es un revoltijo de cosas obvias tales como: “los gobiernos municipales son la primera instancia de atención a la ciudadanía”, “que las obras que se han venido realizando a partir del crédito de 2 mil 600 millones de pesos que contrajo el Gobierno Estatal son de vital importancia para las justas demandas y expectativas de los sinaloenses” y que “queremos colaborar con la transparencia que debe haber en la aplicación por parte de cualquier autoridad de los recursos públicos”.

Precisiones necesarias: 1. Se les paga para que sirvan a la sociedad. 2. Las obras deben realizarlas, para eso es el dinero, pero sobre todo hacerlas en forma honesta. 3. La transparencia no es una colaboración; es una obligación que la ley les exige. 4. Es su problema si quieren mostrarse como cómplices de malos manejos que sí existen, son verificables y constituyen conducta delictiva.

¿Qué se esconde detrás de ese enredoso discurso? A primera percepción pareciera que los presidentes municipales están defendiendo una tajada de los tratos ilícitos que se han hecho a raíz del supercrédito. O quizás alguna amenaza intervino sobre ellos para que se sumergieran en una gigantesca cloaca de la cual el Consejo Ciudadano para la Vigilancia y Transparencia en Sinaloa apenas ha exhibido pequeñas salpicaduras. Una tercera hipótesis, la menos probable, es que los alcaldes no firmaron el pronunciamiento y que este se haya fraguado en las lúgubres oficinas del tercer piso de Palacio de Gobierno.

En lo que sí hay que tomarles la palabra es en la invitación plasmada en el mismo posicionamiento para que la ciudadanía del estado, “si así lo desean”, comprueben el avance en los trabajos que se realizan en cada uno de los 18 municipios de la entidad. Van algunas pistas: las carreteras se rehabilitaron en tramos menores a los establecidos en la licitación pero las constructoras cobraron como si las hubieran reparado de manera completa. Descaradamente se descalificó a empresas que ofrecieron hacer más baratas las obras, para beneficiar a las que aparecieron hasta en el lugar 20 por sus propuestas más caras. La calidad de los materiales está muy por abajo, en algunos casos, a la especificada en las convocatorias. Dependencias estatales como Administración y Finanzas, Obras Públicas y Unidad de Transparencia se han negado a clarificar cómo utilizaron alrededor de 228 millones que les fueron asignados con recursos del megapréstamo.

Qué lamentable que los alcaldes se decidieran a aceptar un día de campo dentro del albañal en vez de efectuar un tour de auditoría por las obras que se realizan o hicieron en sus municipios. En vez de ponerse al lado del Consejo Ciudadano que Malova creó para que vigilara el ejercicio de los 2 mil 600 millones de pesos, acabaron cerrando filas con un gobierno que en dos años ha abierto tantas cloacas que hoy no sabe cómo taparlas todas a la vez.

Re-verso

Queda claro, su excelencia,
que a tan valientes heraldos,
les dio buenos aguinaldos,
por avalar la transparencia.

Dieciocho chimoltrufias

Si nos atenemos al comportamiento solapador de los 18 alcaldes, de un momento a otro hay que esperar que se pronuncien públicamente en apoyo al secretario de Salud, Ernesto Echeverría Aispuro, declarando que esa entidad pública es la más transparente y decente de la administración malovista. Por lo pronto, la observancia social no debe quitarles la lupa de encima a estos acomedidos presidentes municipales, porque luego así como hoy dicen una cosa, mañana salen con otra.

Eternamente Meché

Mujer de una sola pieza, Mercedes Murillo de Esquer lo dice todo en una reflexión respecto al desgobierno en Sinaloa que hace que los grupos criminales se inflen: “El problema número uno es cuando empiezas a cantar victoria y bajas la guardia, cuando empiezas a atacar a los medios de comunicación porque no quieres oír la verdad”.

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