jueves, 3 de enero de 2013

"SÍ HE SENTIDO LA MUERTE CERCA": RAÚL VERA


Leticia Espinoza
Saltillo, Coah.- El Obispo de Saltillo, Raúl Vera, reveló los atentados y amenazas de que ha sido víctima durante sus 25 años de labor pastoral, en los que en más de una ocasión, confiesa, ha temido por su vida.

“Bueno, sí ha habido momentos muy puntales donde veo por mi vida, momentos donde hay un riesgo”, dice al relatar que recién llegado a Saltillo vio cómo un grupo de sujetos intentó entrar a su casa mientras lo creían dormido.

Vera López, nominado al Nobel de la Paz, relata también el atentado que sufrió en San Cristóbal de las Casas junto al obispo Samuel Ruiz, cuando Chiapas era territorio de paramilitares.

“Nos atacaron a mí y a don Samuel; veníamos en camionetas de redilas llenas de catequistas, a las dos camionetas les dispararon e hirieron a tres personas”, cuenta.

Tras hacer un recuento de sus 25 años de labor pastoral como obispo, fray Raúl Vera López revela que también ha sentido miedo, una sensación que se vive al estar muy cerca de la muerte, ya que en tres ocasiones han atentado contra su vida.

-¿Ha sentido miedo en estos 25 años?

“Bueno, sí ha habido momentos muy puntales donde sí veo por mi vida, momentos donde hay un riesgo, como cuando llegue aquí (a la Diócesis de Saltillo), había gente dentro de mi casa, nunca bajaron de los techos, pero desde los techos estaban haciendo un plano de mi casa”, comenta sin reservas.

El temor

“Y yo vi pasar una luz, desde un techo bajo pudieron meter la luz de un reflector grande en mi cuarto, estaba dormido y vi pasar por la pared el reflector y dije, ‘éstos están dentro de la casa, ¿qué buscarán?’. Después me enteré, al día siguiente, porque en la parte de atrás estaba la señora del servicio y ella escuchó que estaban haciendo un plano, que decían ‘eso es una puerta, eso es una ventana… ahora desde acá adelante’. ¿Cómo le hicieron? No lo supe”, relata.

“Ahí sí, estando solo y viendo que ya estaban dentro de mi casa y que traían grandes reflectores, pensé, ‘aquí pueden entrar a hacer una barbaridad’, sí lo pensé… sí como no, en ese momento sentí temor de la muerte, como no”, dice el Obispo defensor de los derechos humanos.

El obispo dominico ganador del Rafto y nominado al Nobel de la Paz, quien ha hecho visible la tragedia humanitaria del México acosado por la violencia, confiesa que el atentado en Saltillo no era el primero contra su vida, antes había vivido dos más en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, junto a don Samuel Ruiz, cuando Chiapas era territorio de paramilitares.

Ataque

“Un día nos atacaron a mí y a don Samuel; veníamos con una camioneta pick up nosotros y una camioneta de redilas llena de catequistas; a las dos camionetas les dispararon e hirieron a tres personas, no fue de gravedad, a una de ellas en la cintura, en el flanco izquierdo de su cintura… A otro lo salvó la bisagra de acero de la redila, ahí se desbarató la bala y las esquirlas, pero así, alrededor del corazón; sí la bala no es detenida, al cuate lo matan, yo lo vi, el otro fue herido en la mano”, cuenta exaltado, pero en seguida recupera la calma.

Dice que en los días siguientes don Samuel Ruiz se tuvo que retirar porque habían atacado a su hermana y él se tuvo que quedar solo en aquella visita al norte de San Cristóbal, un territorio lleno de paramilitares, en ese momento también sintió miedo.

“O cuando me iban a quemar los paramilitares la camioneta con cuatro personas sobre la camioneta, también. Dios Nuestro Señor sacó un hombre que les hizo a un lado y nos dejó pasar, era de ellos, pero nos dejó pasar. No manejaba yo, manejaba un sacerdote, en esos casos creo que sí se siente la muerte de cerca, e impresiona”, revela monseñor Vera López, quien confiesa que en esos momentos de vulnerabilidad en verdad ha sentido la presencia de Dios en su vida.

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