jueves, 3 de enero de 2013

LA GUERRA SECRETA DE LOS GRINGOS


 
Tráfico de armas. Negocio criminal  

Ismael Bojórquez  
Los gringos son un estuche de monerías… siniestras. Guardianes del mundo, terminan matándose entre ellos mismos, aunque, como acá, llamen a sus propios crímenes “daños colaterales”.

Debe ser muy perverso el fondo de la Operación Rápido y Furioso para que todavía ni los legisladores de los Estados Unidos, ni la sociedad norteamericana, menos nosotros, sepan que hay detrás de todo ese mugrero que destapó el agente John Dodson, de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) en marzo de 2011, luego de que narcotraficantes mexicanos dieron muerte al agente aduanal Brian Terry, en diciembre de 2010.

A casi dos años de que se balconeó la operación, EU sacrificó algunos peones sobre el tablero, pero protegió su caballo de batalla, el procurador Eric Holder, sin exponer a la reina, Janet Napolitano, que como secretaria de Seguridad Nacional debe conocer perfectamente el fondo del asunto. Y menos al rey, el presidente Barack Obama.

Pero siguen saliendo elementos que refuerzan lo que originalmente informó Dodson y que la prensa norteamericana dejó pasar y que podría ayudar mucho a desentrañar el verdadero motivo del tráfico de armas hacia México desde las mismas entrañas del Gobierno de ese país: que los arsenales estaban destinados a fortalecer la capacidad de fuego del cártel de Sinaloa.

El dato más reciente es que un rifle AK-47, que formó parte de la operación, fue utilizado en el enfrentamiento que se registró entre militares y miembros del cártel de Sinaloa, en Mocorito, donde murió la miss María Susana Flores Gámez.

Esto lo dio a conocer el miércoles el senador republicano Charles Grassley, quien está solicitando al Departamento de Justicia mayor información sobre esta y otras armas del operativo.

En el enfrentamiento de Mocorito, no hay que olvidar, murieron al menos dos delincuentes, un hombre inocente que quedó atrapado en medio del fuego y dos militares, uno en la zona de batalla y el otro en un hospital.

Informaron las agencias que el rastreo del AK-47, tipo WASR 10, se realizó porque el arma fue comprada por Uriel Patiño, un sospechoso de Rápido y Furioso quien aparece en la investigación del Senado por haber comprado 700 armas bajo la vigilancia de ATF. De acuerdo con los mismos datos, esa arma recuperada en la balacera de Mocorito fue comprada por Patiño el 16 de marzo del 2010 junto con otros nueve fusiles semiautomáticos, en un mercado de armas conocidos como Gun Show, una especie de tianguis de armas, pertrechos y municiones, a los que la gente acude como si fuera a comprar tomates o ropa usada.

Han sido los senadores republicanos los más esmerados en establecer, por obvias razones, qué pasó realmente con el Operativo Rápido y Furioso y hasta qué nivel llegan las culpas, pero han perdido la brújula, pues ellos mismos en un informe presentado este año llegaron a la conclusión de que fue diseñado para ubicar la red de distribución y la guarida de los principales capos del cártel de Sinaloa.

Pero la justificación y alegato del Gobierno norteamericano ante las presiones republicanas es hasta infantil, porque quienes usan esas armas son los sicarios que componen los ejércitos criminales de los cárteles de la droga, como se demostró con la muerte del agente Terry en la frontera con Arizona a manos de por lo menos tres sinaloenses y con el asesinato del agente de Aduanas y Migración Jaime Zapata, en febrero del 2011, en San Luis Potosí.

No estaba en el interés de los Estados Unidos detener a los principales capos del cártel de Sinaloa, pues ha tenido oportunidad de hacerlo y no ha querido. Y, por el contrario, todo indica que la estrategia de los gringos es apoyar en todo lo que se pueda a esta organización mientras se combate al resto.

No es casual que la mayoría de las armas marcadas durante el operativo y recuperadas a partir de diversos hechos delictivos, han pasado por las manos de los sicarios del cártel de Sinaloa. La más reciente es la que empuñaron pistoleros de Joaquín Guzmán contra elementos del Ejército mexicano en las refriegas de noviembre, en Mocorito.

Es evidente que el Gobierno norteamericano está favoreciendo al cártel de Sinaloa. ¿Por qué? Eso es lo que Holder y Napolitano debieran explicar.

Bola y cadena

Y TAL VEZ LA EXPLICACIÓN no esté desligada del proceso que se le sigue a Vicente Zambada Niebla en Chicago, “extrañamente” postergado una y otra vez.

Sentido contrario

DESPUÉS DE QUE EL CONGRESO estatal le regresó la iniciativa de presupuesto para el 2013 por estar hecha con las patas, el gobierno que encabeza Mario López Valdez debe estar tirando “cuetes” por lo que van a recibir de la administración federal.

Humo negro
Y COMO NO HAY PLAZO QUE no se cumpla, espero matar “un panal de ocho puntas y un venado con mucha miel”, como dijo Vicentito Douriet.

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