MÉXICO,
D.F. (apro).- En la historia de las luchas sociales del país hay
familias enteras que han sido perseguidas y asesinadas por distintos
grupos y autoridades. Otras familias también han tenido un final fatal
producto de la violencia que se vive desde hace una década. Ahí está la
familia de los Cerezo, que ha sido amenazada por años, lo mismo que los
familiares de Lucio Cabañas o de Rosendo Radilla. También están las
familias de Julián Le Barón que alzó la voz para defenderse del crimen
organizado y la de Olga Reyes que tiene seis hermanos, primos y una
cuñada asesinada por el narcotráfico en Chihuahua.
El pasado
sábado 19 en la tarde en la comunidad de Mexcaltepec, municipio de
Atoyac de Álvarez, Guerrero, fue asesinada a balazos por dos individuos
la dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur OCSS,
Rocío Mesino, cuya familia ha sido perseguida por supuestos vínculos con
la guerrilla del EPR.
Rocío Mesino fue regidora en el municipio
de Atoyac (2009- 2012). Su padre Hilario es fundador de la Organización
Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) en 1994 junto con Benigno Guzmán.
Cuando apareció el EPR en 1996 en el vado de Aguas Blancas (donde un año
antes fueron asesinados 17 campesinos), el Estado mexicano de inmediato
relacionó a la organización campesina con la guerrillera y dio paso a
la persecución de sus integrantes.
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Hilario Mesino Acosta y Benigno Guzmán fueron detenidos en la ciudad de México acusados de pertenecer a la guerrilla. Los dos salieron en libertad pero sus familias fueron perseguidas desde entonces por la policía, el ejército y grupos armados.
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Hilario Mesino Acosta y Benigno Guzmán fueron detenidos en la ciudad de México acusados de pertenecer a la guerrilla. Los dos salieron en libertad pero sus familias fueron perseguidas desde entonces por la policía, el ejército y grupos armados.
Miguel Ángel Mesino Mesino, hijo de Hilario,
también fue perseguido y asesinado. En 1994 el Ejército lo detuvo en el
pueblo El Escorpión de donde es originario y fue torturado. Por eso
salió libre y se fue de su pueblo a trabajar a Zihuatanejo por un
tiempo. El 19 de enero de 2003 el hermano de Rocio fue nuevamente
detenido acusado de homicidio en el mercado de artesanías de Acapulco,
pero fue absuelto el 18 de noviembre de ese mismo año. Dos años después,
el 18 de septiembre de 2005 fue asesinado.
Rocio Mesino, quien se
quedó a la cabeza de la OCSS luego de que su padre fuera amenazado de
muerte, recibió también en diversas ocasiones intimidaciones y
acusaciones de participar en la lucha armada. Ella siempre estuvo activa
en la defensa de los derechos de los campesinos de la sierra sur de
Guerrero, participó en varios bloqueos en la carretera federal
Acapulco-Zihuatanejo y en la toma de ayuntamientos de la costa grande,
siempre de manera pacífica a fin de exigir al gobierno el cumplimiento
de las demandas que presentaba la organización formada desde sus inicios
en 1994 por campesinos pobres de los municipios de Coyuca de Benítez,
Atoyac de Álvarez, La Unión, Coahuayutla, José Azueta, Petatlán y Benito
Juárez.
El sábado pasado junto con su hermana Norma se encontraba
supervisando la construcción de un puente provisional en la comunidad
de Mexcaltepec cuando fue asesinada a mansalva por un hombre quien
disparó en su contra varias veces y luego huyó a bordo de una moto que
conducía otra persona. Al parecer hubo un operativo de policías y
militares, pero todo fue en vano.
Desde el gobierno de Felipe
Calderón y ahora con Enrique Peña Nieto las agresiones, amenazas y
ejecuciones a defensores de derechos humanos, periodistas y líderes
sociales se han incrementado gravemente. Previo al Examen Periódico
Universal realizado en Ginebra sobre la situación de los derechos
humanos en México, la Comisión Nacional de Derechos Humanos ofreció un
informe en el que hay 2 mil 352 expedientes y 7 mil 253 casos de
tortura, muchos de ellos de autoridades lo que refleja una crisis en
derechos humanos y en el sistema penitenciario donde el 60 por ciento de
las cárceles tienen autogobierno por parte de grupos delincuenciales.
El
Comité de Derechos Humanos de la ONU también presentó un informe en el
que pone acento en la falta de investigación y de castigo a los
responsables de la violación de derechos humanos en México,
principalmente en los casos de tortura, desaparición forzada y privación
de la vida. La impunidad es la reina de la injusticia.
El
asesinato de Rocio Mesino es parte de esta historia negra de violencia
institucional y del crimen organizado, de agresiones a la prensa, a
defensores de derechos humanos y líderes de movimientos sociales, de la
severa crisis de los derechos humanos y la de la actuación impune de
autoridades que son los principales responsables de esta situación.
Por
más leyes que se propongan y se aprueben serán sólo iniciativas inocuas
sino se investiga y se castiga a los responsables, y de eso el gobierno
de Peña Nieto no parece ser diferente al de Felipe Calderón, sino al
contrario, tiene la fama de gustarle la represión y la criminalización
de la movilización social.
Twitter: @GilOlmos
/23 de octubre de 2013)
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