De la madre:
“Tenía cara de que ya sabía que la iba a matar”
De su
hermana: Una voz le ordenó sacar los ojos
Por
qué Anastasia Lechtchenko Masney no estuvo en prisión, es una pregunta que a
muchos tijuanenses inquieta. No solo por la saña del asesinato de su madre y su
hermana, cuyos cuerpos fueron desmembrados y órganos extraídos, sino porque la
joven presuntamente confesó a la autoridad del Estado ser la verdugo de su
familia.
La libertad de la
joven, cuyos padres son de origen ruso, después de haber confesado un crimen
que se percibe armó con premeditación, alevosía y ventaja sobre su madre y su
hermana con capacidades diferentes, y su libre andar por Playas de Tijuana,
contribuye a la percepción ciudadana de la impunidad que trasciende, con este
caso, los límites del crimen organizado y el narcotráfico.
La razón de la
libertad de quien se confesó victimaria de su madre y su hermana, se debe a las
diferencias que persisten en el método para procurar la justicia y administrar
la misma. Inicia con un choque de conceptos en el proceso judicial entre la
labor de la Agencia del Ministerio Público y el Juzgado Quinto Penal, y se
encuadra en un desentendimiento entre la Procuraduría General de Justicia de
Baja California y el Poder Judicial.
Sin embargo,
públicamente, ni el Poder Judicial ni la Procuraduría se han enfrentado. Lo que
sí, se culpan una institución a otra, por la libertad de Anastasia.
DESPUÉS DE LA CONFESIÓN DEL CRIMEN, LA LIBERTAD
Anastasia
Lechtchenko Masney, es de padres rusos que fueron cirqueros, nació en San Luis
Potosí, tiene 19 años, y desde hace tres, sus padres empezaron a tener
problemas para gobernarla, según se quejaron
ante las autoridades de CAPEA en 2013, 2012 y 2015, años en los que
fueron a reportar sus desapariciones.
La madrugada del
jueves 11 de junio de 2015, la Policía Ministerial adscrita a la
Subprocuraduría de la Zona Tijuana, la detuvo en calidad de indiciada.
Unas horas antes,
los cuerpos de su madre, Yuliya Masney
Safonchik y su hermana Valeria, habían sido localizados en la casa materna
ubicada en Avenida Ensenada número
22311, Sección Jardines del Sol en Playas de Tijuana. Las habían asesinado,
destazado y dejado sus restos en bolsas negras en el patio trasero del
inmueble.
La noche del
miércoles 10 de junio, las autoridades llegaron a la casa por dos denuncias:
1.- Vecinos
reportaron olores fétidos que salían de la casa en Jardines del Sol.
2.- Una denuncia
anónima de una mujer, informando que la joven Anastasia le había pedido ayuda
para tirar las bolsas con los cuerpos, porque no tenía carro.
Los agentes de
Homicidios se encontraban revisando la escena del crimen cuando Igor
Lechtchenko (padre y ex esposo de la víctima, separado dos años atrás de la familia)
llegó a la casa porque un vecino le avisó que algo sucedía.
El hombre dijo a los
investigadores que la única persona que también habitaba la casa y no estaba
entre las muertas era Anastasia, y que el martes 9 de junio, cuando fue a la
casa la notó rara, que se puso agresiva, no lo dejó entrar e incluso, lo
amenazó con llamar a la Policía. Por eso mejor se fue.
Entonces la PGJE
emitió una orden de presentación a nombre de la joven como posible inculpada.
La encontraron en una terraza con unas amigas. Desde el primer momento
Anastasia decidió confesar que ella las había matado, del motivo, según dijo,
fue porque le hacían brujería.
Como el asesinato se
había dado de tres a cinco días antes de su presentación, no había flagrancia.
El Ministerio Público justificó que no podía retenerla porque era ilegal la
detención. Por eso después de tomarle la declaración -proceso que según la
autoridad no duró siquiera una hora-, la dejó libre.
ANASTASIA JAMÁS ESTUVO DETENIDA.
“No tenemos la
posibilidad de arraigo (una reforma constitucional quitó facultades a los
Estados en 2008), no se da la detención urgente o urgencia administrativa
(cuando por la circunstancias no se puede acudir a un juez), porque en Tijuana,
si hay Juzgados abiertos, entonces no se da el supuesto. Solicitamos la orden
de aprehensión urgente y nos la negaron, no podíamos retenerla” explicó el
subprocurador contra la Delincuencia Organizada en el Estado, José María
González.
De si existen otros
presuntos responsables o sospechosos adicionales, si la joven Anastasia tiene o
no la fuerza para destazar los cuerpos, o si de ser responsable recibió algún
tipo de ayuda, son factores a los que no se ha llegado. De hecho ni siquiera la
confesión de la muchacha ha sido analizada, y menos calificada como válida.
LA CONFESIÓN
Desde que los
primeros agentes ministeriales la encontraron, Anastasia Lechtchenko Masney
dijo que ella había matado a su madre y hermana.
En entrevista con la
autoridad, comentó que había leído en internet cómo destazar cuerpos, pero en
la declaración formal ya no lo mencionó. Sobre el caso, los peritos no
encontraron ninguna computadora
propiedad de la joven en la casa.
En su declaración
ministerial, la muchacha contó:
Se desapareció por
tres días y regresó a su casa la noche del domingo 7 de junio. Durante su
desaparición había estado con tres hombres distintos a quienes había cobrado
por sexo. Explicó que intentó entregarle 3 mil pesos a su madre “para que la
quisiera”, pero que la mujer se negó a recibirlo, y, según Anastasia, respondió
agrediéndola con muchos calificativos humillantes, como que su vida no valía
nada, que era poca cosa y otras palabras altisonantes.
DE LA MADRE: “TENÍA CARA DE QUE YA SABÍA QUE LA IBA A
MATAR”
La joven explicó que
se fue a caminar y regresó. Encontró a su madre en el sillón, y escuchó una voz
que le dijo que la matara “porque es bruja”. Con ese mensaje, justificó que por
las noches sentía piquetes en el cuerpo por los trabajos de brujería que le
hacía su mamá.
Sin escozor confesó:
Su madre estaba
sentada en un sillón en la sala y “… tenía cara de que ya sabía que la iba a
matar”. Entonces Anastasia se paró atrás de la señora, le puso la soga al
cuello, levantó una rodilla y la recargó contra el respaldo del sillón y empezó
a jalar. Explicó que su madre tardó en morir, porque que de tanto en tanto,
ella aflojaba la soga y se asomaba para verle la cara. Según confesó, la
asfixió durante media hora para lograr su objetivo.
DE SU HERMANA: UNA VOZ LE ORDENÓ SACARLE LOS OJOS
Continuó Anastasia
con su relato:
Después fue a la
recámara de su hermanita Valeria y la asfixió con la misma soga, pero a la
niña sobre la cama. Comentó que la carne
de la menor era más blandita y que mientras la mataba tocó su corazón y todavía
seguía palpitando.
Sobre por qué le
sacó los ojos a su hermana, Anastasia comentó varias cosas. Primero que una voz
se lo ordenó, después, que sin la mamá, la menor ya no tendría quién la
cuidara.
Agregó que su madre
tenía a la niña como muñeca y que ella tenía una muñeca de porcelana que se
parecía mucho a su hermana. Justificó: muerta la madre, la niña podía seguir el
embrujo.
En un dejo macabro,
la joven relató cómo mancilló el cuerpo de su hermana. Primero intentó sacarle
los ojos con una cuchara, pero no pudo. Entonces utilizó un cuchillo. Cuando
logró su objetivo, echó los ojos en un vaso y los tiró por el escusado.
DESPUÉS DE LOS ASESINATOS, SE FUE A CORRER
En la confesión
Anastasia explicó que después de asfixiar a su madre y hermana, se fue a correr
para tranquilizarse. Regresó de su corrida y jaló el cuerpo de la madre al piso
de la cocina. Ahí le cortó la cabeza, después las extremidades y le sacó el
corazón, “porque es la única forma de acabar con las brujas”.
Metió los restos en
bolsas negras de basura. El proceso de desmembramiento del cuerpo de su madre
le llevó aproximadamente cuatro horas Hizo lo mismo con el cadáver de su
hermanita, pero con ella tardó tres
horas. Después limpió la cocina.
Refirió que para las
ocho de la mañana del lunes 8 de junio ya había terminado.
CUATRO ENTREVISTAS SOBRE EL CRIMEN, MISMA VERSIÓN
Anastasia fue
entrevistada por personal de la Subprocuraduría de Zona, después por la Unidad
de Homicidios, más tarde por el Agente del Ministerio Público y finalmente
habló con ella un representante del Consulado Ruso.
Al final de las
entrevistas, antes de ser puesta en libertad, aun en oficinas de la PGJE, les
contestó molesta: “Ya les he dicho mil veces cómo fue”.
Del consumo de
droga, Anastasia salió negativa en la prueba que le hicieron el 11 de junio,
cuando dio su confesión. En la entrevista aseguró que nunca había comprado
droga, pero sí había consumido marihuana, cristal y éxtasis, aunque aseguró que
el día de los hechos “estaba limpia”.
Le preguntaron si
había sufrido algún tipo de agresión de parte de su padre y argumentó que no.
Después de ofrecer su versión de los hechos, continuó en libertad.
PGJE: JUEZ PIDIÓ MÁS PRUEBAS
“Solicitamos la
orden de aprehensión urgente, que es lo que se hace cuando existe el temor
fundado que se pueda evadir de la acción de la justicia”, detalló el
subprocurador de Delincuencia Organizada, José María González Martínez.
El caso por sorteo
llegó al Juzgado Quinto, la juez de entrada les dice que no hay urgencia. “… y
en realidad, no me urge, y si me urge, por eso la tuvimos ubicable las primeras
horas para saber dónde estaba, ya más tiempo no puedo sin una orden”, justificó
González.
En la Procuraduría
esperaron que la juez les otorgara la orden de aprehensión ordinaria. Sabiendo
que la juzgadora saldría de vacaciones el 22 de junio, contaban con que se las
liberaría a más tardar el 19 de junio, pero no. El día 15 les dijo que tampoco
tendrían la orden de aprehensión ordinaria. “Y señala que no se agotaron varios
dictámenes”, sostiene el subprocurador. Cuando en el fuero común eliminaron el
arraigo, los reformistas facilitaron los requisitos para las órdenes de
aprehensión urgentes.
“Que se acredite el
cuerpo del delito, la materialidad del hecho, que estuvieron vivas y fueron
privadas de la vida, lo cual se acreditó con la fe ministerial, fotos
periciales y el dictamen de necropsia donde científicamente te dicen murieron
hace tanto y por sofocamiento. El cuerpo del delito, los cadáveres, las armas.
Y datos de la probable responsabilidad de la persona, ahí presentamos la
confesión”. Aseguró González que eso es lo que se requiere para liberar la
orden de aprehensión.
“Los dictámenes que
nos pide tardan de cuatro a diez días, obviamente tratamos de sacarlos rápido,
pero no tienen relevancia para la orden de aprehensión. Que faltan dictámenes
químicos, que si la sangre es de ellas, y vamos a pensar, no es de ellas: no se
cae el asunto. Toxicológico de las muertas, que si sale que consumieron droga,
eso tampoco justifica nada, ni varía en el fondo; huellas dactilares del lugar,
que si aparecen las de otra persona, eso tampoco la exime; tipo de sangre del
cuchillo; químico y material genético de la soga.
“Eso sirve para
sentencia u otra etapa procesal, no para la orden de aprehensión, pero somos
respetuoso porque tenemos que serlo”.
Cuando ZETA le
refirió al subprocurador que según la documentación, fue el Ministerio Público
de la PGJE el que pidió los dictámenes periciales y no la juez, y que al
presentar la averiguación previa, no explicó por qué no se incluyeron los
resultados en el expediente, González
Martínez se defendió.
Expuso que los
dictámenes periciales se piden en todos los casos, pero los jueces saben que se
tardan y sirven para otra parte del proceso, no para la orden de aprehensión.
Que en las averiguaciones previas con las que se solicitan ordenes de
aprehensiones urgentes, no tienen que
justificar la razón por la que no se incluyen los resultados de los dictámenes
periciales que son tardados, porque los resultados de esos dictámenes los van
anexando al expediente, los adjuntan como van saliendo.
Ejemplificó con
asuntos en los que les han liberado órdenes de aprehensión con menos evidencias
de las presentadas en el caso de Anastasia, como el de los asesinos de Benjamín
Quiroz Gutiérrez, hermano de Melvin
Gutiérrez, lugarteniente del Cártel Arellano Félix, a quien mataron el 23 de
mayo; no hubo indicios hasta el 5 de junio, cuando un grupo de diez criminales
fue detenido en posesión de armas en Rosarito, y dos de ellos, Orión Espinoza y
Moisés Castro, confesaron ser los responsables del asesinato.
PROCURADURÍA ENTREGÓ AVERIGUACIÓN PREVIA INCOMPLETA:
JUZGADORA
“Yo no pedí las
pruebas periciales… yo no la liberé… no evado mi responsabilidad, cumplo con mi
obligación”, enfatizó la Juez Quinto de lo Penal de Baja California, Ana Isabel
Flores Plascencia, respecto a la libertad de la joven de 19 años, presentada y
dejada en libertad el miércoles 10 de junio, el mismo día que confesó haber
asesinado y descuartizado a su madre Yuliya Masney Safonchik y su hermana
Valeria.
Flores Plasencia
explicó que ella no otorgó la orden de aprehensión porque el Ministerio Público
le presentó una averiguación previa incompleta. Detalló que en el documento, el
Ministerio Público ordenó 11 dictámenes que no se practicaron, y no incluyeron la justificación de por qué no
se incorporaban las mencionadas pruebas.
Entonces, al
considerar que no se había concluido la averiguación previa, ella no podía cumplir con
su parte. “Por respeto a la inculpada y a la víctima indirecta que es el
padre”.
Comentó que ni
siquiera llegó al punto de revisar la confesión de Anastasia. Ya que tenga
todas las pruebas “que pidió el Ministerio Público”, entonces ella valorará en
qué condiciones se hizo la declaración de la joven, y si hay elementos para
considerarla responsable.
Recordó la juez que
de acuerdo al Artículo 219 del Código de Procedimientos Penales de Baja
California, la confesión sin otros elementos que la respalden, no es prueba
única. Reiteró que ella como juez debe decidir con base en el material que
recibe, y en este caso, no tenía los elementos suficientes, porque según lo
expuesto por el Ministerio Público, faltaban dictámenes ministeriales que él
había ordenado.
“CRIMEN DENOTA CORAJE, UN SENTIMIENTO DE FRUSTRACIÓN
GRANDE”
Sí de acuerdo al
criterio legal que se está aplicando al caso, no es posible asegurar la
culpabilidad de Anastasia, resulta imposible también realizar un diagnóstico criminológico sin
contacto con ella. Pero la maestra en criminología, Martha Leticia Cruz
Ramírez, ofrece un panorama general del caso.
El objetivo al
estudiar un asesino es descubrir el epicentro, la clave que lo lleva a
desahogar una fantasía de muerte. Explica que en este caso podría ser su madre
y hermana. Con la forma en que lo hizo, puede presumirse una personalidad
psicópata, mas no asegurarse porque no hay de por medio un estudio profesional.
Pero el crimen denota coraje, un sentimiento de frustración grande, “¿a qué se
debe? La pregunta está en el aire”.
El consumo de drogas
no va solo, siempre habrá otra motivación para ejecutar el plan, aunque la
especialista dice que quizás existe una falta de atención o afecto que orilló al victimario al uso de estupefacientes.
“Hay drogadictos que
roban, que se lastiman, hay drogadictos que andan caminando solos. Yo creo que
la afectación cerebral sería dependiendo en qué área”, comenta.
Según la maestra,
actitudes de la mexicana de 19 años pueden tener significados importantes, por
ejemplo, el hecho de cortar un cuerpo como confesó que lo hizo, es un signo de
desesperación. “Si ella presume que le quitó el corazón para matar el problema,
pues estamos hablando de sentimientos, si le quitó los ojos, podríamos estar
hablando de algo que no quería ver, o a lo mejor la niña la estaba viendo matar
a la mamá”.
Para la
especialista, la forma en que Anastasia se deshizo de los restos, meterlos a
bolsas de basura, “tiene una simbolización como perfilando un ‘no sirves, te
echo a la basura’, entonces, estamos hablando de que denigra a su mamá y a su
hermanita”.
Sin embargo, la
característica central del caso que hace pensar a Cruz Ramírez en un
comportamiento psicópata, son sus declaraciones.
“La conducta de ‘no
siento nada’ tiene que ver con su historia personal, que nunca sintió, tuvo que
aprender a ser fuerte, tuvo que aprender a vivir sin esa emoción. Entonces, si
en su mente estaba resuelto el problema (con el crimen), tampoco manifestó
alegría.
“El psicópata es
serio pero sociable y amable, con un buen control de sus emociones,
difícilmente cabrá en él un sentimiento de culpa, es muy organizado y
exageradamente rutinario. Es pura premeditación, no actuará por impulso y,
cuando ejecuta un crimen, lo hace sabiendo que todo está listo.
“Ya estaba en su
mente, porque ya estaba estudiando cómo cortar las partes, nos está hablando de
una tremenda soledad en la que estaba involucrada la muchacha, de que le
ganaron sus pensamientos”, dice Cruz.
Desde el punto de
vista de la entrevistada, Anastasia difícilmente cometería otro crimen al haber
desahogado su coraje, y si llega a tomar conciencia o a sentir poquita culpa,
la experiencia le dice que un camino que toma una psicópata es el suicidio.
CONTINÚA OLA DE SANGRE
Al cierre de
edición, el jueves 18 de junio, en la
semana que concluye, habían sido asesinados en Tijuana 13 hombres, dos mujeres,
un adolescente y un bebé de dos años.
Ayer jueves mataron
a Luis Miguel González, quien estaba en
posesión de un documento que acreditaba
su presunta residencia en Bell Gardens, California; y por la tarde, dentro de
un restaurante en la plaza comercial La Pajarita en Santa Fe, asesinaron a Ernesto Salazar Valdez. Al cadáver le
encontraron una pistola fajada en la cintura y dinero.
Los antecedentes de
Salazar indican que había sido detenido en diciembre de 2014 por la Policía
Estatal Preventiva de Sinaloa, a bordo de una camioneta robada, en posesión de
un arma y varias municiones.
En un lapso de siete
días, solo el lunes 15 de junio no se reportaron asesinatos.
El conteo inició el
jueves 11, cuando asesinaron a dos hombres. Alfredo Robert Benson murió en el
Hospital General, lo golpearon, lo
picaron y lo balearon; también acribillaron a María Estela Álvarez afuera de su
casa en el fraccionamiento El Florido.
El primer cuerpo
decapitado de la semana lo encontraron antes de las ocho de la mañana del
viernes 12 de junio, en la colonia Francisco Matamoros de la delegación La
Presa, a un costado de una calle de terracería. La cabeza estaba en una caja de
cartón, y el resto del cuerpo, en un
tambo de plástico azul a un lado, sobre la caja una cartulina con la leyenda: “Ahí Teba Puto Marlon. Lic. Griego Grande
Silvestre Y todas las lacras mugrosos del AKILES así los voy a dejar a TODOS
atte CTNG”, que significa Cártel Tijuana Nueva Generación. Los restos fueron abandonados por sujetos a
bordo de un carro marca Nissan.
Lo extraño para las
autoridades, es que, de acuerdo al mapa criminal, “El Griego”, operador
criminal de “El Aquiles”, delinque en la delegación Sánchez Taboada, y “El
Silvestre” en Cerro Colorado, no en la zona donde encontraron el cuerpo.
El mismo día
encontraron el cadáver putrefacto de un hombre en la canalización del Río
Tijuana.
Ya el sábado 13, el
Centro de Mando recibió la notificación de dos hombres asesinados. A Heriberto
Montes lo mataron a balazos en su casa
en la colonia Rinconada Otay. Y a David
Cruz Peñuelas en las afueras de un Oxxo
en Urbi Villas del Prado; hay video pero no se puede identificar a los
atacantes.
El domingo 14 de
junio, según confesaron los detenidos Juan Rodríguez (antecedentes por homicidio
en Estados Unidos) y Miguel Barrera, ese día mataron a Wendy Giovanni Martínez e hirieron a otras
tres personas porque la mujer les había robado un teléfono celular.
En lunes no se
reportaron asesinatos, pero al día siguiente hubo seis homicidios.
A las 12:20 am del
martes 16 de junio, en la Zona Norte, dentro de la cajuela de un auto, se
localizó a un hombre asesinado, en cuyo estómago había pegado, con un
picahielos, el siguiente mensaje:
“Se les advirtió a
toda la gente que tuviera contacto con los lacras de Aquiles y rana los íbamos a silenciar esto va para todos”.
También Justiniano Millán murió en el Hospital General después de ser baleado,
pero antes de fallecer identificó a su agresor como “Azael”.
Luego fue reportado
el asesinato del menor de 2 años, Jonathan
Zamorano, lo mató el padrastro, al golpearlo, lo estrelló primero contra
la pared, y en un segundo golpe, el niño cayó de nuca contra el piso. Después
de varias horas de “dormido” se dieron cuenta que se le dificultaba respirar y
lo llevaron al hospital, donde murió.
Ceca de las 11:00 am
del martes, se reportó un doble homicidio en Cañada Verde, con arma de fuego
acribillaron a Ángel López y Julián Canales. Los albañiles se disponían a comer
dentro de la casa que estaban construyendo cuando llegaron dos sujetos, los
mataron y huyeron en una camioneta Expedition blanca.
A las 5:50 pm del
mismo martes, la Policía encontró un segundo cuerpo masculino decapitado,
dentro de una camioneta verde estacionada a la orilla del Bulevar Rosas Magallón,
a la altura del Cañón Herrán en Pedregal de Santa Julia. El letrero que
acompañaba el cadáver decía: “Esto les va a pasar a todas las lacras del
Aquiles y La Rana”.
Después, a las diez de la noche del martes,
elementos de la Policía Municipal abatieron al menor Julio Acosta, de 16 años.
El reporte oficial indica que los oficiales llegaron en respuesta a una
denuncia del padre del adolescente, porque lo amenazó con un arma, y cuando lo
encontraron, hizo lo mismo con los uniformados.
Y cerca de la medianoche,
Alberto García murió en el Hospital General, tras recibir varios impactos de
bala.
El miércoles 17 de
junio, mataron a un hombre a balazos en El Florido.
“ES LA MEJOR MAMÁ DEL MUNDO”: ANASTASIA
Hace un año
Anastasia describió a su madre como guapísima, siempre pendiente de ella y de
su hermana Valeria; la mejor mamá del mundo… un encanto.
Lo hizo a través de
un video de poco más de un minuto en la red social ask.com, en la que los
usuarios responden preguntas anónimas; en este caso se le pidió una opinión
sobre su madre. Dijo:
“Guapísima, me deja
hacer mi desmadre y entiende porque sabe que soy responsable. Siempre está al
pendiente, siempre está ahí, para mí, para mi hermana. No importa qué tan raro
se haya puesto todo, siempre va a apoyar mis decisiones aunque ella no piense
igual que yo. Pero siempre va a estar ahí apoyándome. Es la mejor mamá del
mundo. Ella no sabe que estoy hablando así de ella, de hecho nunca le digo. Es
un encanto… envídiame”.
Su página de usuario
está adornada con dibujos de personas con comportamientos suicidas, por
ejemplo, una mujer con la soga al cuello, otra ingiriendo pastillas, una más
con un revólver en la sien y un hombre con un cuchillo sobre la muñeca. Alguna
vez alguien le preguntó el porqué de la imagen, y respondió: “Porque no estoy
cuerda”.
En esa misma
plataforma dijo que su padre le da miedo porque está “pelón y tatuado”, y con
un “no sé, puede ser, tal vez antes, tal vez después”, respondió cuando le
preguntaron si consume marihuana.
Anastasia no
acostumbró socializar con la comunidad durante los seis años que vivió en la
casa de Playas de Tijuana, se le veía salir, entrar y seguido discutir con su
madre. Era rebelde, cuentan vecinos y personas cercanas a la familia, y por lo
menos no era evidente que apoyara en el cuidado de su hermana.
Lo rebelde, el
adjetivo que hasta su padre le cuelga, lo adoptó cuando entró a estudiar la
preparatoria, explica Igor Lechtchenko. Si se trata de describirle antes de esa
edad –los 15 años-, Igor no tiene otra palabra que no sea “princesa”.
“Todos los problemas
iniciaron cuando ella salió de la secundaria y entró a la prepa, ahí empezó a
ser más grosera, adoptaba unos comportamientos no apropiados para mí. Siempre
peleábamos por su comportamiento. Y yo pensé que estaba utilizando algún tipo
de droga y por eso la dejé en un centro de rehabilitación, del cual salió el
primero de junio de este año”.
Antes de ser
internada en el centro de rehabilitación, Anastasia estuvo en Culiacán,
Sinaloa, adonde se fue sin avisar, para terminar trabajando en un circo
propiedad de un empresario con el que
Igor tiene amistad.
Mercedes, quien fue
amiga de su madre, Yuliya, recuerda que se le vía preocupada por su hija, pero
al mismo tiempo sin la capacidad económica para salir a buscarla. No tenía
dinero ni para diagnosticar la enfermedad de Valeria, que muy poco aprendía en
la escuela, no hablaba y tenía muy poco control de sus movimientos. Otro
impedimento para ir en busca de Anastasia.
“Decía, ‘si a las
tres o cuatro de la mañana me dicen que la vieron, yo dejo a Valeria dormida y
me voy como pueda, porque yo no tengo mucho para el pasaje, no tengo quién me
lleve, pero yo a esa hora dejo a mi niña sola’”.
Como matrimonio, el
de Igor y Yuliya sobrevivió 20 años, contados después de otros más en los que
trabajaron en varios circos. Con la trayectoria a Igor le alcanzó para ser
docente en la Escuela de Artes de la UABC, y a Yuliya, por la necesidad de
cuidar a Valeria, solo para sobresalir en los festivales escolares del Centro
de Atención Múltiple (CAM) Benito Juárez, escuela especializadas para niños con
alguna discapacidad.
El CAM está apenas a
una cuadra de la casa donde Anastasia -de acuerdo a su confesión- decidió
arrancar la vida a su madre y a su hermana. El recorrido al plantel era
prácticamente el único paseo que madre e hija daban, era tan rutinario que
vecinos y la comunidad escolar lo refieren constantemente: “salían bien
arregladitas de aquí a la una y regresaban como a las cinco”, dice Arturo, un
hombre que repara y vende aparatos electrónicos al lado del domicilio marcado
con el número 2311 de la Avenida Ensenada.
Yuliya era elegante,
culta e inteligente, dudan que fuese maestra de piano porque en la escuela hay
uno y nunca se sentó a tocarlo. Lo que sí, es que se identificaba como una
artista y se notaba por sus gestos y poses. Procuraba siempre participar en las
actividades escolares, académicas, culturales o de recreación.
Vecinos, amigos y
docentes dicen que la noticia les cayó de sorpresa, Igor levanta los brazos y
deja caer su cabeza a un lado: “Imagínese a mí”.
EL LUNES DESPEDIDA DE VALERIA Y YULIYA
Después de haber
cremado los cuerpos de Valeria y Yuliya, las personas cercanas a la familia
ofrecerán una ceremonia religiosa en una iglesia católica de Playas de Tijuana,
a la que acudirá Igor Lechtchenko el lunes 22 de junio. Igor ha mencionado que
se mantiene en comunicación con la familia de Yuliya en Rusia para decidir el
destino de las cenizas. Sobre Anastasia ahora no quiere hablar, sin embargo,
posiblemente después del lunes la busque para internarla en psiquiátrico.
(SEMANARIO
ZETA/ GENERALEZ/Rosario Mosso Castro /Saúl Alejandro Ramírez / 22 de Junio del 2015 a las 12:00:06)
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