viernes, 18 de octubre de 2013

"SÓLO DISPARÉ UNA SOLA VEZ ", DECLARA "EL TENCUA"

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* '"Solo tenía una bala", dijo
* Y de ahí se fue a esconder en el monte para que lo atraparan

 
FEDERICO GARCÍA
Durante meses, José Martínez Pulido (a) El Tencua permaneció escondido en el monte, pero al enterarse que El Güero quería matar a su mamá regresó a casa para protegerla y allí fue detenido por los agentes de la AVI, acusado por el homicidio de Carlos Meza Lira.

Con el aplomo de un criminal que llevaba meses viviendo en el monte, a salto de mata, El Tencua explicó a la policía por qué hablaba así y de paso justificó su apodo, recordó que nació con un problema de labio leporino y paladar hendido, aunque siendo un chamaco lo operaron en Jalapa.

“Por eso hablo despacio y tengo una cicatriz debajo de la naríz, hacia el lado derecho del labio”, dijo a los agentes, para luego contar la historia de lo que ocurrió el sábado 20 de abril en la cantina El Amigo.

Recordó que, ese día, andaba tomado y se encontraba en la barra bebiendo cerveza y fumando un cigarrillo, le dieron ganas de bailar y lo hizo con una mesera, dejando el cigarro en la barra.

Dice que cuando la pieza terminó y enfiló hacia la barra, vio a un hombre que agarró su cigarro y eso le molestó, no lo conocía de nombre, pero ya lo había visto en el pueblo.

El Tencua asegura que discutieron y el hombre se le fue encima a golpes, “nos separaron y de inmediato me salí de la cantina, el hombre me siguió” y cuando estaban casi en la puerta llegó Ignacio Fonseca Villaverde (a) El Güero, quien traía colgando del cuello imágenes de la Santísima Muerte.

El Güero llegó diciendo que la muerte lo protegía y que era poderosa, en eso el hombre que le había quitado su cigarro le tiró un golpe, “lo jalé del pecho y vi que traía una pistola en una bolsa, se la quité y como de nuevo intentó golpearme hice a pegarle con el cañón del arma y se disparó”, dijo El Tencua.

“Le pegué un tiro en la cabeza, creo que por la parte de atrás, solo disparé una vez porque solo tenía una bala”, recordó el criminal, quien detalló que al escuchar la detonación todos los clientes de la cantina salieron huyendo, “no quedó ni uno, hasta el güero salió corriendo”, precisó.

Una vez cometido el homicidio, El Tencua también escapó corriendo con la pistola en la mano, rumbo al monte, pero metros adelante tiró el arma en la entrada al poblado La Candelaria, municipio de Cotaxtla, por miedo.

  Aseguró que se pasó dos días en el monte sin comer, para evitar se visto por la policía, pero con el correr de los días el hambre arreciaba y “salía del monte, iba a la casa a robarle la comida a mi mamá y otra vez me regresaba al monte, así me la pasé mucho tiempo”, contó.

  Hasta que un día me enteré que el güero quería matar a mi mamá, por la muerte de Carlos Meza Lira, “entonces me molesté, ya que el problema no era de él y decidí salir del monte, regresando a mi casa para proteger a mi madre, ahí me detuvo la policía un día que me encontró acostado”, expresó Martínez Pulido.

  “No se por qué el güero se mete en ésta bronca en la que él nada tuvo que ver, yo maté al difuntito pero fue porque me defendí, solo le di un disparo porque la pistola no tenía más balas”, confesó.

  A José Martínez Pulido lo ha curtido el destino y templado la necesidad, anduvo metido en secuestros y estuvo preso durante 13 años en el Penal Ignacio Allende, del puerto de Veracruz, por haber lesionado a balazos a Andrés Rivera.

  Ahora le esperan cuando menos 30 años en prisión por el homicidio de Carlos Meza Lira y otros tantos por el secuestro del doctor Salvador Ortiz.
 

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