lunes, 24 de agosto de 2015

LA HERENCIA DE GUILLERMO PADRÉS EN GUAYMAS


El 7 de junio acabó el mito de Guillermo Padrés como eficaz operador electoral.

Gobernador famoso por apoyar procesos electorales en otros entidades federativas para apuntalar a los candidatos panistas a través del envío de operadores como los porteños Paco Bueno y Gregorio Cota Almodóvar, pillados en su momento por rumbos Querétaro e Hidalgo respectivamente.

Así, en Baja California brindó apoyo a Kiko Vega de la coalición PAN-PRD y en Baja California Sur, Yucatán, Nayarit y otros estados dejó huella del paso de sus mapaches.

“El respeto al estado ajeno es la paz”, tuiteó el gobernador de Querétaro Pepe Calzada, uno de los afectados de su injerencia.

Ahora, en la recta final de su mandato deberá hacer el corte de caja con la historia.

¿FAROL DE LA CALLE, OSCURIDAD DE SU CASA?

En Sonora, Padrés mordió el polvo y el próximo 13 de septiembre entregará el poder a su archienemigo jurado, el PRI.

Y en tanto trata de responder las 7 mil preguntas con que el equipo de transición claudillero lo tundió, la embestida en su contra desde múltiples frentes lo tienen contra la pared. Héctor Larios, su primer secretario de gobierno apenas atinó a pedir tibiamente se respetara su derecho de audiencia ante el alud de acusaciones.

Aquel Memo jovial y de amplia sonrisa de principios de sexenio desapareció.

Durante casi seis años ejerció un poder absoluto en la entidad, tanto en el gobierno como en el PAN y hasta presidenciable le tuvo en cierto momento. Con aciertos, fallos, excesos y no exenta de escándalos, su administración termina envuelta en la polémica.

Hermosillo, la beneficiaria de su magno proyecto hídrico le dio la espalda y votó por el PRI.

DEL AMOR AL ODIO

Ese estilo personal de gobernar de Padrés en Guaymas dejó sus efectos.

César Lizárraga Hernández, alcalde durante la primera mitad de su sexenio ejerció su mandato con toda su complacencia, lo que no lo privó de negociaciones bajo la mesa con su antecesor Antonio Astiazarán

Los señalamientos que pesan sobre su administración son hartos conocidos: licitaciones a modo para beneficiar a la constructora de Jesús “Negro” Saldaña; asignación de la obra pública a constructoras fantasmas; proveedores inexistentes; metida de mano al Subsemun por recomendación de Sergio Alexandres; obras de mala calidad; venta de áreas verdes; etc., etc.

Y tan bien le fue que Lizárraga, quien perdió la elección de 2012 cuando buscó la diputación local, como el ex secretario Alonso Arriola encontraron cobijo en la administración estatal al término de sus gestiones.

Con Otto Claussen, el tratamiento fue distinto. Para con el priísta hubo cobro de afrentas como aquella que dejó al estado sin presupuesto en 2011 cuando era legislador. También se dieron enfrentamientos y en uno de ellos perdió la tierra temporalmente su particular Eduardo Gaxiola, al involucrársele en la embichada de Omar Núñez Caravantes.

Si de alguna manera se pudiera calificar la relación Otto-Padrés es de ríspida, sin que ello signifique impedimento para llegar a acuerdos.

Todavía se recuerda cuando Roberto Romero López, entonces segundo a bordo del Nuevo Sonora, habló con regidores panistas Luis Felipe “Grillo” Valenzuela y Javier Peralta, renuentes a aprobar el otorgamiento al ayuntamiento de un crédito de 315 millones de pesos por el banco de Don Maseco Banorte, les espetó encabronado palabras más, palabras menos: “Ya tenemos un arreglo. Ustedes no se mandan solos, esa es una posición del partido. Tienen que apoyar el crédito. Si no están e acuerdo renuncien al partido”.

En Hermosillo el crédito rebasó los mil millones de pesos y será la herencia con la que el Maloro, habrá de lidiar.

Los recientes roces entre la CEA y el Alemán, así como el amparo promovido por “El Colorado” Francisco Vidaurrázaga Soto y “El Güero Johnson” Héctor Guizar, contra una posible detención son polvos de esos lodos.

Los abusos de ambos jefes policíacos en contra de activistas panistas están más que documentados en la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

CON EL VIENTO EN CONTRA

Con un estado quebrado política y financieramente y en medio de un guerra al interior del PAN por hacerse del liderazgo nacional luego de la peor derrota en 25 años, con señalamientos de colaboracionismo pactista del grupo maderista al que pertenecía y con su estrella apagándose, se juega su futuro.

En el recuento de los daños, la herencia padrecista resulta incómoda hasta para Javier Gándara, quien en una sana distancia busca asumir el control de Acción Nacional en el estado y enfoca sus baterías en los municipios en donde obtuvo victorias.

En el reparto de espacios para Gándara fue la alcaldía guaymense con Lorenzo de Cima y para Roberto Romero la diputación local con Manuel Villegas. Por eso en los Patio`s León Gándara dejó claro que Lorenzo no debe olvidarse de los panistas en la conformación de su gobierno, pues el objetivo es cuidar la marca.

Parte de ese legado son la pléyade de funcionarios estatales que buscan emigrar a los ayuntamientos.

En el puerto se mencionan a Francisco Manzanares quien de la delegación regional de la SEC, cargo que ejerció sin tener experiencia en el ramo busca la Dirección de Desarrollo Social; Carlos Cortez, quien de jefe de inspectores en la Dirección de Alcoholes con Paco Bueno, pasó a operar la patrulla inteligente de Seguridad Pública y luego por la Contraloría Municipal y la dirección del Cobach de Empalme; Luis Alberto Gástélum, quien salió por piernas de Regulación Sanitaria y se le oye como Director de Asuntos de Gobierno en la Secretaría del Ayuntamiento, lo cual esuna vacilada, pero se rumora, pues.

Al sub agente fiscal Jesús Baray, nada le tocará. El Chuy no trató muy bien al “Pillo” Ponce y éste amenazó con bloquearlo.

Yo me encargo de que no llegue, sentenció.

Francisco el “Pío” Ponce, no necesita cargo, el ya amarró tres años con su esposa en la  Sindicatura, quien de esa materia no sabe nada. Evidentemente la manejará a su antojo.

Del otro lado, a Héctor “El Maizenas” Hernández, actual contralor ottista, en pago de los favores brindados se le ubica en la dirección de alcoholes en lugar de Oliver Flores Bareño.

Pero en realidad la herencia más lamentable que deja en el puerto es el choque con la tribu yaqui por la construcción del acueducto Independencia, pues 6 de sus 8 pueblos tradicionales se ubican dentro del municipio y que provocó la polarización entre Hermosillo y Cajeme.

Por todo eso, las nuevas autoridades deberán de tomar nota de lo que se deja y asumir las consecuencias, cuando lo único en claro es que los guaymenses son rehenes de los intereses políticos y económicos de los grupos de poder y sus personeros.


(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ COLUMNA “LA VIÑA DEL SEÑOR” /06 Agosto 2015, 16:43)

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