Se desató la jauría priísta.
Ya olieron la sangre y a la vieja usanza del aparato político la implacable
cargada parece cerrar filas en torno a la demanda de engullir a la pieza
herida.
Los gringos, diputados,
senadores, Alfonso Elías, presidente estatal del PRI, el yerno de Manlio Fabio
Beltrones, el senador Verde Pablo Escudero y hasta Manuel Ibarra Salgado,
pastor tricolor guaymense, salieron a pedir la cabeza del aún jefe de lo que
queda del Nuevo Sonora.
Claudia Pavlovich, no se
quedó atrás y a través de sus representantes de la comisión entrega-recepción
le recetó un numeroso cuestionario sobre el estado de su administración.
Y si la cadena se rompe por
el eslabón más débil la estrategia desplegada evidencia que la caída en
desgracia de Padrés, puede servir como factor para doblegar al PAN o de moneda
de cambio.
Todo parece indicar que ante
la necesidad del sistema priísta y su “líder nato” por reividicarse
públicamente luego de la fuga del capo Joaquín Guzmán Loera de Almoloya, la
prisión diseñada por el criminólogo Juan Pablo de Tavira, le urgen mostrar
piezas que lo congratulen socialmente.
Con Fox, muchos se quedaron
esperando la caída de peces gordos, como lo prometió el guanajuatense.
La humillante aceptación del
equipo de “cazadores de Pablo Escobar” en Colombia por presión norteamericana
para recapturar al Chapo, quien tiene precio por su cabeza, como reconocimiento
del colapso del sistema de seguridad y la ofensiva policíaco-mediática-militar
en contra de la CNTE en Oaxaca, es muestra de la nueva vocación del gobierno
federal.
Dentro de ese escenario puede
verse el linchamiento por todos los costados en contra de Padrés.
Con razón o sin ella, lo
cierto es que el futuro del aún mandatario estatal está en juego. ¿Le deparará
la cárcel como a Andrés Garnier, ex gobernador de Tabasco y Luis Armando
Reynoso Femat de Aguascalientes, la defenestración como Fausto Vallejo de
Michoacán o Ángel Aguirre de Guerrero, el destierro como Marcelo Ebrard, la
persecución por la justicia estadounidense como a Tomás Yarrington de
Tamaulipas y Rodrigo Medina de Coahuila?
EL PAN BUSCA REINVENTARSE
Mientras se desata la caza
del Memo, Javier Gándara Magaña, el desfavorecido candidato por el voto popular
el pasado 7 de junio, salió al rescate del PAN de Sonora, sumado al proyecto de
Ricardo Anaya a la presidencia de dicho instituto político luego de la debacle,
va en pos de imponer su liderazgo y por eso recorre los municipios en donde
ganó Acción Nacional.
Obviamente en sus
pretensiones cuenta con el aval de Gustavo Madero y su círculo, en el que
Padrés, resulta impresentable.
La idea es proteger a la
marca y dar calor a la militancia que se la jugó por su proyecto.
Por eso en las reuniones con
los alcaldes electos es ponerlos a tono con su propósito de impedir el
desgajamiento del partido y el surgimiento de muchos PAN bajo control de los
alcaldes entrantes o que una vez que tomen las riendas en sus municipios se
deslinden, como aconteció con César Lizárraga Hernández, quien gobernó sin el
partido y sirvió a sus propios intereses y a los de sus cuates.
Durante su reciente visita
por el puerto el Temo Terán, expresó que en Nogales los panistas tendrán
prioridad.
Es sabido que en otras
ocasiones la dirigencia estatal ha metido mano en la elección de funcionarios
estatales como cuando en 2000 fue Gustavo de Unanue quien colocó a Francisco
“El Muñeco” Sánchez López, como secretario del ayuntamiento por encima de la
voluntad de Bernardino Cruz López, quien tenía su gallo para el puesto.
De “El PAN de la gente” poco
quedó y Gándara en sintonía con Ricardo Anaya, en el discurso ofrecen volver al
partido humanista y del bien común, aunque Javier Corral, el otro tirador, se
queje de que se convirtió a esa institución en rehén de grupos y tribus, como
los calderonistas, los chepinos, los maderistas, los corderistas, los
jalicienses, etc.
LA CONSTRUCCIÓN DE UN LIDERAZGO
Lo cierto es que Gándara,
ante la evidente falta de gobernador y por ende de jefe político a partir del
13 de septiembre se metió de lleno en la elección del sustituto de Juan
Valencia Durazo y empuja al cargo a Enrique Terrazas, su síndico cuando fungió
como alcalde de Hermosillo y hombre de todas sus confianzas.
Gildardo Real, se dice se va
al nacional como enlace de Gándara y para hacer equipo con Damián Zepeda,
segundo de a bordo de Anaya.
En ese afán de recuperar y
unir, el inevitable distanciamiento con la actual administración estatal
empieza a notarse.
Personas cercanas al ex
candidato azul sostienen que éste nada quiere saber de lo que huela a Roberto
Romero López y eso podría pegarle al diputado electo Manuel Villegas Rodríguez,
identificado con el ex secretario de gobierno. A Alejandro López Caballero,
afirman le tienen su guardadito por su papel en la derrota en la capital.
Y en tanto el priísmo y sus
aliados buscan colgarse de trofeo la figura del cananense y Javier Gándara,
retomó la iniciativa y pretende posicionarse del PAN, la membresía y los
simpatizantes contemplan como convidados de piedra la rebatinga en los pocos
espacios que lograron conservar.
Del desenlace final de ambas
aventuras solo el tiempo dirá…
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ COLUMNA “LA
VIÑA DEL SEÑOR”/ 30 Julio 2015, 16:47)
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