La planeación del presupuesto federal
del 2016 se enfrentará a dos retos: el severo recorte en el gasto público, y el
precio del petróleo que afectará a estados y municipios
México se prepara en el 2016
para enfrentar una de las peores crisis en el sector público provocada por la
caída de los ingresos petroleros y la baja en la producción de crudo.
El 2016 no pinta para ser un
buen año.
No lo será para los estados y
municipios que tendrán que sobrevivir con esta nueva realidad: la disminución
drástica de los fondos y bolsas federales previstas en el proyecto de
presupuesto federal que está por enviar la SHCP al Congreso.
Y el año tampoco será bueno
para los miles de burócratas que serán despedidos de sus trabajos por los
recortes de miles de millones de pesos que se avizoran para el 2016.
Las circunstancias económicas
adversas que enfrenta el país, que van desde la caída dramática en los precios
del petróleo hasta el altísimo precio del dólar, traerán para el próximo año
mucho menos recursos para todas las dependencias de gobierno.
Se prevé que para el próximo
año el boquete fiscal supere los 250 mil millones de pesos, lo que representa
un 6 por ciento sobre el Presupuesto de Egresos de este año.
Esto representa, por ejemplo,
104 veces el presupuesto de la Presidencia de la República, más de tres veces
los recursos totales de la Secretaría de Gobernación o dos veces los de la
Secretaría de Desarrollo Social.
Además, las administraciones
estatales y municipales también recibirán menos recursos, por lo que la crisis
en la burocracia tocará no solo al gobierno federal.
En el 2015, el gobierno
federal logró salvar la situación debido a la contratación de coberturas
petroleras que permitieron asegurar un precio alto en buena cantidad de los
barriles de crudo.
Aunque ya se busca contratar
nuevamente coberturas petroleras, para el próximo año el precio será mucho
menor al de este ejercicio.
A pesar de que se ha dicho
que el del 2016 será un Presupuesto de Base Cero (PBC), en el que se evaluarían
resultados antes de asignarle recursos a cada programa, el tiempo no dio para
revisar a profundidad cada uno de los casi mil programas de gobierno.
Será hasta el 2017 cuando el
PBC pueda comenzar a concretarse, si se sigue en la ruta de la modificación del
presupuesto.
Aunque la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha dicho que el recorte presupuestal para el
año 2016 será mínimo comparado con el resto de los recursos que se tendrán
disponibles, lo cierto es que se trata de recursos por miles de millones de pesos
que se traducirán en menos ingresos para la estructura gubernamental.
El próximo 8 de septiembre, a
más tardar, la SHCP debe entregar el Paquete Económico del próximo año.
En él, se incluirá la
propuesta de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos del 2016.
Y aunque ahí no se hablará
salvo de algunas medidas generales de austeridad, cada una de las dependencias
gubernamentales deberá idear un esquema de gasto que permita afrontar la baja
en sus ingresos.
En algunas secretarías ya se
comenzó a trabajar en una nueva reestructura para gastar menos dinero en el
pago de servicios personales.
La crisis en la estructura de
gobierno causará un efecto dominó en otras áreas de la economía: al haber menos
ingresos en una parte de la población, el consumo interno saldrá lastimado y
esto provocará una desaceleración económica.
LA BAJA EN LOS INGRESOS
Este año se conjuntaron en el
país varios factores que podrían poner en una encrucijada a la administración
pública de todos los niveles.
Por un lado, la caída en los
ingresos petroleros será drástica.
En los primeros seis meses de
este año, los ingresos por el petróleo cayeron en un 38.3 por ciento respecto
al mismo periodo del 2014.
Esto se debió, según
explicaciones de la SHCP, a la caída en los precios del petróleo y a la baja en
la producción del crudo mexicano.
Sin embargo, en esa caída
todavía no se ven reflejados la compensación que tendrá el país por el cobro de
las coberturas petroleras contratadas para este año.
En 2014, el gobierno mexicano
compró coberturas por un monto de 773 millones de dólares –unos 10 mil 467
millones de pesos al tipo de cambio de entonces-, que cubrieron 228 millones de
barriles a un precio de 79 dólares.
Para el próximo año, el
gobierno federal busca adquirir coberturas petroleras para garantizar un precio
de entre 49 y 50 dólares por barril.
Aunque sería una garantía –de
lograrlo-, la caída en los ingresos petroleros sería importante.
La SHCP estima que el
desplome en los ingresos petroleros será de alrededor del 23 por ciento para el
próximo año, pues aunque disminuya el precio del barril de crudo, el aumento en
el precio del dólar –moneda en que se tasa su precio- beneficiará al país en
ese rubro.
Para este año, el ingreso
estimado por la venta de crudo se fijó en 1 billón 195 mil 806 millones de
pesos.
Con una reducción como la
planteada por la SHCP, se estima que los ingresos por la venta de crudo
ascenderán a 950 mil 310 millones de pesos.
Sin embargo, expertos señalan
que esta disminución podría llegar entre el 25 y el 30 por ciento de los
ingresos, y tener una entrada de alrededor de 800 mil millones de pesos, por la
venta de crudo.
Aunque los ingresos
petroleros representan apenas una tercera parte del presupuesto total, el
boquete fiscal por la caída del precio del crudo podría superar los 250 mil
millones de pesos, tomando como base la previsión conservadora de la Secretaría
de Hacienda.
Esto implicaría que
dependencias del gobierno y gobiernos estatales reciban menos dinero el próximo
año.
A esta situación se suma la
apreciación del dólar, que ya superó la barrera de los 17 pesos, al tipo de
cambio actual.
Aunque el gobierno federal ha
minimizado la situación diciendo que no habrá tanta afectación a la economía,
lo cierto es que un boquete de 250 mil millones pondrá en aprietos a toda la
administración pública en su conjunto.
BUROCRACIA SERÁ GOLPEADA
De no poder realizarse un
ejercicio efectivo de Presupuesto Base Cero para el próximo año y ante la baja
en la percepción de recursos económicos, una de las situaciones que podría
experimentarse a partir del 2016 sería el recorte de personal de las dependencias
federales y en los gobiernos estatales y municipales.
En promedio, las dependencias
federales destinan el 80 por ciento de sus presupuestos al gasto corriente.
Héctor Villarreal, director
del Centro de Investigación Económica y Presupuestal (CIEP), consideró que uno
de los puntos que se afectaría serían las contrataciones por honorarios.
“Probablemente empiecen con
las plazas por honorarios. Mucho del trabajo del gobierno, donde hay capacidad
de recortes, tiene que ver con gente que, incluso, no trabaja por honorarios,
sino por proyectos.
“Si se baja el gasto de las
dependencias, en automático baja el gasto en proyectos y sí hay una menor
demanda de mano de obra”, expuso Villarreal en entrevista.
Consideró que quizá este año
el fenómeno no sea tan visible, como sí lo será en el 2017.
Sin embargo, el mayor impacto
en este escenario no estará en la Administración Pública Federal, sino en los
gobiernos estatales y municipales, que deberán revisar su plantilla laboral
como un primer paso de recortar gastos.
“Si uno ve lo que está
ocurriendo en estados como Nuevo León o Sonora, en Veracruz, lo primero que van
a tener que hacer es un recorte en nómina. Y hay otros estados que los van a
tener que seguir.
“Y ahí sí va a ser mucho,
mucho más radicales, porque este tipo de nómina de los estados creció
enormemente durante estos años que caían carretillas de dinero”, acusó
Villarreal.
Para el 2017, destacó, será
urgente que las finanzas públicas de los estados y municipios se pongan en
orden y mejoren su capacidad recaudatoria para evitar caer en el colapso
financiero cuando se desplomen las aportaciones federales.
Presupuesto Base Cero, ¿es
real?
Aunque en los dichos se ha
repetido sobre la importancia del siguiente Presupuesto de Egresos por tener
una Base Cero, en los hechos el gobierno federal tiene poco margen de acción,
pues un presupuesto de estas características no puede hacerse en un solo
ejercicio.
Un análisis del Centro de
Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) revela que el gobierno federal
solo tiene un margen de modificación del Presupuesto de Egreso en 5.2 por
ciento en proyectos a corto plazo. Esto representa apenas una cantidad de 250
mil 686 millones de pesos.
Entre los programas que se
pueden modificar tan pronto como el año que entra, se encuentran algunos que
tienen como propósito mejorar la eficiencia administrativa, de apoyo a la
función pública, de promoción y fomento o de regulación y supervisión,
radicados en varias dependencias.
Según el CIEP, estos
programas pueden ser modificados en la discusión del próximo presupuesto.
En otro rubro se encuentran
programas que podrían ser modificados en el mediano plazo. Ahí están un 21.7
por ciento de los recursos totales del Presupuesto de Egresos. Este porcentaje
representa más de 1 billón 28 mil millones de pesos.
Entre estos programas que
podrían ser modificables en el mediano plazo se encuentran algunos programas
sujetos a reglas de operación –como el Prospera o el Programa de Apoyo a
Adultos Mayores-, subsidios –como el Seguro Popular o el Fondo Metropolitano-,
a desastres naturales y al cumplimiento de obligaciones jurisdiccionales -como
aportaciones a organismos de derechos humanos-.
Finalmente, sobre lo que el
gobierno no tiene margen de maniobra, es en el 73 por ciento de los recursos
que tiene en el Presupuesto de Egresos.
Se trata de 3 billones 459
mil millones de pesos que ya están comprometidos en rubros como el pago de
pensiones y jubilaciones, proyectos de inversión, aportaciones a la seguridad
social, la prestación de servicios públicos, el gasto federalizado o el pago de
la deuda.
Estas cuestiones son
inamovibles y son un gasto que ya tiene comprometidos los recursos públicos en
los años por venir.
(REPORTE INDIGO/ IMELDA GARCÍA/ Lunes 24
de agosto de 2015)
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