sábado, 30 de noviembre de 2013

FLORECIERON NEGOCIOS DEL ALCALDE DE TIJUANA EN TRES AÑOS

 
En contraste dejará a un Ayuntamiento sumido en deudas
 
TIJUANA.- Valiéndose del puesto que ostentó durante tres años, el alcalde Carlos Bustamante Anchondo se va de la administración con sus negocios florecientes, mismos que anteriormente se encontraban cerrados, irregulares o en condiciones de deterioro. En contraste, deja un Ayuntamiento sumido en deudas, al registrar más de 400 millones de pesos en pasivos y dos mil 507 millones de pesos de deuda pública, pese a que había prometido sanear las finanzas públicas. 
 Pero además, el primer edil se va sin el reconocimiento social, pues contrario a otros alcaldes que en sus últimos días de gobierno reciben decenas de placas y menciones de agradecimiento por parte de grupos empresariales, civiles y políticos, a él nadie le quiso legitimar su gobierno. Ni siquiera el Consejo Coordinador Empresarial, al cual ha pertenecido desde hace muchos años. 

Fue a través de negocios disfrazados de proyectos de gobierno que Bustamante Anchondo obtuvo un beneficio personal. Tal es el caso de la Regeneración de la Zona Centro, pues tanto él como su familia son propietarios de decenas de terrenos que podrán recuperar la plusvalía perdida con el impulso de la inversión gubernamental. 

Si bien el avance no fue el que Bustamante Anchondo esperaba, pues sigue habiendo propietarios que se rehúsan a invertir, se logró crear un fideicomiso que no está sujeto a fiscalización y que como capital semilla tiene en sus manos el terreno de la Ocho, cuyo valor rebasa los 22 millones de pesos. 

En su pasado informe de gobierno, lo ponderó como uno de sus logros, a sabiendas que el Órgano de Fiscalización del Congreso del Estado observó un posible daño patrimonial, debido a que se autorizó la desincorporación del predio pero no la demolición de la ex comandancia de La Ocho, acto que costó varios millones de pesos. 

En ese sentido, la regidora Najla Wehbe Dipp expresó que se causó un grave daño a los bomberos, pues se demolió la estación número uno, que dicho sea de paso era un edificio histórico y patrimonio de la ciudad. 

Además, obligó a que el gobierno municipal rentara un predio para improvisar una estación de bomberos a unas cuadras de ahí. 

Uno de los negocios del alcalde saliente, que floreció de manera evidente en cuestión de unos meses, fue la Plaza Conquistador, que obtuvo con facilidad las licencias de construcción y los permisos de uso de suelo para la apertura de decenas de comercios. 

Entre ellos se encuentra el negocio denominado Resto-Bar, antes Crepería Loulou, propiedad de la pareja del alcalde, Lourdes Inzunza Medina, quien obtuvo un permiso de alcoholes en cuestión de semanas. 

A una cuadra, a las afueras del Grand Hotel, una de las primeras acciones de Carlos Bustamante como presidente municipal fue la de retirar un camellón que se construyó como parte de las obras del PIRE, solo porque no estaba de acuerdo. 

Cabe mencionar que en ambos negocios personales de Bustamante era habitual ver patrullas de la policía municipal, dos o a veces tres, estacionadas de manera permanente. 

Después, el primer edil “inventó” un programa para regularizar carteleras que no estuvieran al corriente en sus pagos. Lo que omitió decirle al cabildo es que se ostenta como propietario de la empresa Publi-Cyr y que solicitó que nueve de ellas entraran al programa. 

Pero no solo obtuvo un subsidio para ahorrarse la mitad de lo que debía, sino que además votó a favor de concesionarse la vía pública por tiempo indefinido, en un acto que se presume inmoral e ilegal. 

De acuerdo a folletos distribuidos durante su campaña, Carlos Bustamante prometió empleo, por lo que prometió un programa de reactivación económica, así como vigilar que se reciban apoyos federales para estimular un crecimiento económico sostenido, lo que no se percibió. 

También había prometido un centro de convenciones, un auditorio deportivo y la realización de eventos culturales de categoría. Tampoco se percibieron. 


Hubo dispendio 

Durante su trienio Carlos Bustamante también se incrementó el presupuesto asignado a presidencia municipal, que pasó de 111 millones de pesos en 2011 a 127 millones de pesos en 2013. 

Entre sus actos de gobierno fallidos destacan la creación de la Secretaría de la Juventud, que le costó al 20 Ayuntamiento alrededor de 12 millones de pesos durante el trienio, que en gran parte se destinaron al pago de cuatro plazas. 

El gobierno de Jorge Astiazarán Orcí decidió desaparecer dicha secretaría, al considerar que el Instituto Municipal de la Juventud es suficiente para atender a ese sector de la población. 

Como presidente de la Comisión de Juventud y Deporte, el regidor Erwin Aréizaga Uribe celebró la decisión, pues en reiteradas ocasiones hizo notar que el cargo se creó como pago a un favor político que recibió el primer edil durante su campaña. 

Por su parte, la regidora Najla Wehbe Dipp señaló que Carlos Bustamante consiguió la aprobación de 500 plazas durante su gobierno, pero no solo se engrosó la nómina, sino que muchos de esos puestos se entregaron a gente que no tenía los méritos suficientes. 

Indicó que un bombero que lleva siete años como voluntario, Rito Portugal Servín de la Mora, fue una de las propuestas que ella hizo para que se diera un puesto con sueldo, pero se ignoró. En cambio, hubo personas que tenían apenas unos cuantos meses laborando en el gobierno municipal y sí se les contrató. 

“No sabemos con qué criterio se les entrega la base a esas personas”, indicó. 

El Órgano de Fiscalización del Congreso del Estado revisará también gastos millonarios, como el pago de 150 millones de pesos a Global Corporation, empresa con la que se firmó el contrato de Gobierno Digital en el XVIII Ayuntamiento, además de los 14.5 millones de pesos que Bustamante Anchondo entregó al equipo Club Xoloitzcuintles de Caliente. 


Las promesas incumplidas 


Durante su campaña electoral en 2010, el empresario convertido en candidato a la alcaldía de Tijuana había declarado: “mi compromiso es con los tijuanenses, y tengan ustedes la seguridad de que yo vengo a servir a Tijuana, no a servirme de ustedes”. 

Esto contrasta con la realidad de sus negocios, dentro y fuera del gobierno municipal. 

En sus discursos, Bustamante expresó que “la gente ya está harta de las mismas mentiras, de los programas de apoyo electoreros, de incremento de impuestos, de falta de empleos y de vivir atemorizados”. 

Sin embargo, fue severamente criticado cuando organizó la entrega masiva de 10 mil paquetes de impermeabilización en el Estadio Caliente, lo que se asemejaba más a un acto de campaña, pues estuvo presente Jorge Hank Rhon, quien en ese momento aspiraba a la candidatura a gobernador. 

En el lugar hubo una verbena popular y después se les avisó a los asistentes que pasaran a sus delegaciones por los paquetes. 

Durante su campaña, en una reunión que sostuvo en mayo del 2010 con integrantes de la Asociación Política de Baja California, se dijo empeñado en exigir que la federación elimine el “Decreto 2008” para la importación de vehículos usados, argumentando pérdidas de entre 12 mil y 15 mil empleos. 

“Es una aberración el daño que se hace a la industria, y un ejemplo de lo que se puede hacer a favor de la generación de empleos”, había declarado, sin embargo durante los tres años de gestión el tema no estuvo en su agenda. 

Otra de las promesas que hizo a los ciudadanos durante sus recorridos por las colonias fue no gastar presupuesto en difundir su imagen, no obstante se creó un canal de televisión, TV Tijuana, en el que se promovió al primer edil y a las acciones de su gobierno. 

“Yo no tengo esos complejos, mejor ese dinero hay que invertirlo en mejoras en las colonias, donde vive la gente”, había asegurado para ganar el voto ciudadano. 

Bustamante Anchondo tampoco cumplió los acuerdos políticos, después de que lograra la adhesión de militantes del Partido Revolucionario Institucional. En campaña les dijo a los perredistas “agradezco mucho este gesto, prometo que no los voy a defraudar”.
Había prometido diálogo y apertura, sin embargo su administración se caracterizó por cerrar las puertas, física y políticamente a decenas de manifestaciones, que al llegar a Palacio Municipal se encontraban con una barrera metálica y con candados en los accesos. 

(EL MEXICANO/ Lorena GARCÍA RAMÍREZ / 30 de Noviembre 2013)

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