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Una de las 760 nuevas leyes que entraron en vigor
este 1 de enero en California prohíbe a los departamentos de Policía y alguacil
confiscar los vehículos a los indocumentados que conduzcan sin licencia.
La ley del asambleísta Gil Cedillo dice que si
las autoridades policiales encuentran conductores sin licencia en retenes
sorpresivos en busca de choferes ebrios, no quitarán los autos sino que sólo los
orillarán hasta que se presente un conductor con licencia a llevarse el
carro.
La medida todavía impone una multa a quien
conduzca sin licencia, sea indocumentado o no, pero evita que miles de
conductores indocumentados sean encarcelados, se les confisquen sus vehículos y
al salir del arresto sean entregados a agentes de migración para su
deportación.
La Coalición de Inmigración del Sur de
California, una organización civil que apoyó la iniciativa, señaló que confiscar
vehículos a indocumentados era un doble castigo que únicamente beneficiaba a las
empresas de grúas y remolques.
‘Las compañías de remolques saben cuáles son las
comunidades más vulnerables y por tener ganancias imponen un doble castigo:
Por
un lado California niega a los indocumentados la posibilidad de obtener
licencias (desde 1993) y por el otro los multa, les quita sus vehículos e
incluso los deporta’, explicó la coalición.
Para cada retén las autoridades planean con las
empresas de remolques y tienen a disposición varias grúas que de inmediato se
llevaban los vehículos de indocumentados; el costo de remolque es de unos 250
dólares más entre 55 y 70 dólares por cada día en custodia.
Por lo general a los 30 días de ley vendían los
autos y se quedaban con el dinero por concepto de traslado y custodia.
El colmo, según la coalición, era cuando los
retenes sancionaban a inmigrantes que fueron choferes profesionales en sus
países de origen.
Ahora un grupo en Los Ángeles intenta reunir
cerca de medio millón de firmas de electores empadronados para llevar a la
elección de este año una propuesta que anule la ley que recién entró en
vigor.
Mientras tanto, a menos que un conductor
indocumentado conduzca alcoholizado, las autoridades policiales en los retenes
sólo pueden retenerlo momentáneamente mientras llega un reemplazo a conducir y
multarlo por carecer de licencia.
Si el conductor está alcoholizado, enfrenta las
mismas sanciones que cualquier otro conductor en esas condiciones: Se le recoge
el vehículo, es fichado y tiene que presentarse ante un juez que por lo general
le impone una multa y ordena que tome clases de conducir.
Como sanción separada, las aseguradoras de
conductores y vehículos aumentan notablemente el costo de póliza a los
conductores que merecieron una infracción por conducir bajo efectos
alcohólicos.
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