martes, 3 de enero de 2012

LA MUERTE DE NICANOR



“Parece que ante la mafia del STJE soy un inepto”, dijo el abogado finado


Cayetano Osuna 
La noticia del fallecimiento de Nicanor Bautista Ramírez, abogado penalista de 51 años de edad, ocurrido el lunes 26 de diciembre, aproximadamente a las 14:30 horas en Morelia, Michoacán, no solo arrancó un descanse en paz y una señal de la santa cruz besada por los labios de algunos colegas suyos e integrantes de Contrasilencio, A.C. en Mazatlán, sino comentarios sinceros sobre la valentía del hoy finado por haber denunciado penalmente a los presuntos jueces corruptos Javier Sámano Bazúa y Juan Camacho Mérida, a quienes acusó de “delincuentes con placas de jueces” (Ríodoce 465).


La semana antepasada, entrevistado por este semanario, en su lecho de dolor, donde agonizaba postrado por el diabetes, Bautista Ramírez confesó cómo la red de corrupción y el cinismo de algunos jueces que destilan pus por todos lados del Supremo Tribunal de Justicia del Estado (STJE), lo hicieron parecer como un abogado penalista inepto, a pesar de sus más de 24 años de experiencia como litigante en tribunales de diversos estados del país.

“Yo estuve litigando en México, en Michoacán, en Querétaro, en Baja California y en Tabasco, pero cuando estuve en Sinaloa, me di cuenta que es el estado más corrupto en términos de la aplicación de la justicia por el Supremo Tribunal de Justicia del Estado”, sostuvo.

—¿Cómo empezó usted su carrera de abogado penalista? —preguntó Ríodoce el viernes 16 de diciembre, antes de que el domingo 18 su familia lo trasladara en una ambulancia a Morelia, Michoacán, donde finalmente falleció.


—Yo empecé desde hacer el aseo, conozco un tribunal desde empezar a hacer el aseo. Inicié en el tribunal unitario, en el duodécimo primer circuito en la ciudad de Morelia, Michoacán, mi tierra. De ahí yo pasé a muchos puestos, que fueron: oficial judicial “C”, oficial de partes, notificador, actuario, secretario, proyectista, agente del Ministerio Público, agente investigador especial, jefe de agentes del MP.

—Algunos colegas suyos dicen: qué bueno que cambiaron a los jueces Sámano Bazúa y Camacho Mérida, pero como usted dice, solo fomentaron la corrupción.


—Es una tristeza que piensen eso y no en que se les aplique la ley. Pero, ¿quiénes llegaron a sustituirlos? De seguro son otros corruptos…

—Hasta ahora les echan flores y dicen que son un dechado…
—Así le echaban flores, cuando llegó Lolita. Y llegó una ocasión que estaban violando nuestros derechos flagrantemente, el licenciado Montes y la licenciada Gina en la agencia de robos, en la averiguación 116/2010, se le mandó hablar y la señora no bajó ni hizo nada para evitar la violación. Yo no sé de qué hablan de que era un buen elemento. Si era una corrupta de primera. Estaba coludida con todos ellos. Era parte de la mafia.

—¿Usted vio a la finada actuar ilegalmente y contra toda ética?


—Contra toda ética. Incluso, Cliserio (la rica contraparte de uno de los juicios del ingeniero Raúl Peña Fárber) puso como defensor al licenciado Osuna y ese pinche licenciadito llegó sin tener derecho a hacer uso de la palabra, se le permitió el uso de la palabra, a mí que tenía derecho me lo negaron. Y yo le dije a los presentes estás palabras: “Con la complicidad de la autoridad, cualquier pendejo es bueno”. Porque una funcionaria judicial de nombre Gina, me decía: ‘es que (el licenciado Osuna) es muy buen abogado’”.

—El “licenciado Osuna es muy buen abogado”, por la corrupción…


—Por la corrupción que escurre por todos lados. Y esto te lo voy a decir yo, es un pensamiento mío qué dice: “Bendita corrupción que destilas por todos lados, me permites violar las leyes sin tener que ser sancionado”. Eso impera allí en el STJE, haz de cuenta que está chorreando por todos lados.

—Por la “bendita corrupción” de los tribunales, ¿cuántos años tiene atorado con el juicio que lleva de Peña Fárber?
—Estamos batallando desde el 2003.

—¿Y desde entonces no ha avanzado ni un ápice?


—Avanzamos y nos atoran, avanzamos y nos atoran… tenemos que estar metiendo amparos y recursos a cada rato.

—Aparentemente es una persona poderosa la que está dando línea para que no se resuelva el proceso de Peña Fárber, ¿quién está detrás de todo eso?


—(Juan) Millán (Lizárraga) al parecer. Porque Millán, cuando era gobernador del estado fue el que mandó tumbar toda la casa del rancho El Palmarejo, en Concordia, propiedad del ingeniero Raúl Peña Fárber.

—Con base en sus más de 24 años de abogado penalista, ¿cuál es su análisis jurídico sobre ese caso concreto?


—Que es mentira que se aplica el derecho en Sinaloa. En Sinaloa lo que impera es la corrupción, la impunidad, la desvergüenza de todos los funcionarios, de todos y cuando hablo de todos, es todos: Poder Judicial, Poder Ejecutivo, Poder Legislativo. Todo es una mafia.

—¿Qué es lo que hay qué hacer (en el proceso de Peña Fárber) para que se apliquen las leyes?
—Aplicar la ley del 45… los balazos.

—¿Dentro del marco de derecho no hay nada qué hacer?


—Jurídicamente no hay nada que hacer en Sinaloa.

—En una palabra, los ciudadanos estamos en manos de la delincuencia.


—Así es. Esa es la verdadera delincuencia organizada. Los que supuestamente son los encargados de aplicar la ley.

—¿En sus más de 24 años de abogado, nunca había tenido un caso como el de Peña Fárber?


—Nunca. Nunca en mi carrera de abogado yo me había enfrentado a un caso tan problemático tan complicado en todos los años que tengo de abogado.

—Hasta que llegó a Sinaloa y se topó con los jueces Javier Sámano Bazúa, Juan Camacho Mérida, la “mafia” y compañía…


—Todo es una mafia. El estado de Sinaloa es el estado más corrupto de toda la república.

—Y con toda esa experiencia en Sinaloa, ¿no pudo con el caso de Peña Fárber?


—Parece que soy un inepto. Si yo fuera un inexperto, diría: “A lo mejor me faltan conocimientos”. Pero tengo muchos años, trabajé muchos años en esto como para que me digan que no sé. Ante la mafia del STJE soy un inepto.

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