lunes, 12 de octubre de 2015

¿QUÉ LE PASA, ANDRÉS MANUEL?


Hay quienes, lo que hacen con el pico, lo tiran con la cola. Andrés Manuel López Obrador es uno de ellos. Llevaba una administración impecable en el Distrito Federal hasta que el 3 de marzo de 2004 apareció René Bejarano con sus maletas de dinero y esas ligas que le dieron la vuelta al mundo a través del programa El Mañanero, que conduce Víctor Trujillo. Su Tesorero en esa misma gestión, Gustavo Ponce Meléndez, pasó casi tres años en la cárcel luego de una demanda en su contra por un presunto desvío millonario. El angelito fue videograbado en Las Vegas, Nevada, apostando con lo que no era suyo y el material fue difundido también en marzo de 2014.

Andrés Manuel, entonces, se perfilaba como un sólido aspirante de izquierda a la presidencia de la República, pero estos escándalos lo desinflaron.

Es un político de contrastes, sin duda. En 2000 barrió con las barbas de Diego Fernández de Cevallos en un debate televisivo durante las elecciones por el gobierno del Distrito Federal. Pero en los dos debates por la presidencia en los que López Obrador ha participado, en 2006 y 2012, el tabasqueño ha salido vapuleado. En uno frente a Felipe Calderón y en el otro contra Enrique Peña Nieto. Sin argumentaciones sólidas, basó sus participaciones en consignas panfletarias.

El Peje se autodenomina un luchador por la democracia, pero lo seducen las conductas autoritarias. Si algún miedo despierta López Obrador es su propensión a imponer sus criterios y actos por encima de todo aquel y aquella que discrepe con él. Desde la elección de 2006, cuando estuvo más cerca de ganar la presidencia, se concluyó, por sus propios colaboradores, que no ganó la elección porque no quiso o no supo escuchar a sus colaboradores.

Él y solo él en el centro de su proyecto, ahora a través de Morena, se ha convertido en uno de los aspirantes a la presidencia en 2018 mejor posicionado, el mejor, pero no deja de alimentar contradicciones a su paso por el país. Solo por hablar de lo que nos consta, su visita a Mazatlán y Culiacán el domingo 4, podemos afirmar que fue desastrosa. Se acababa de elegir al nuevo dirigente estatal de su partido, Jaime Palacios Barreda, y el Peje lo acusó de boicotear el acto que se desarrollaría en Culiacán, solo porque un grupo de morenistas se oponen a que el abogado Jesús Estrada Ferreiro esté siendo promovido por el propio dueño de Morena como próximo candidato a gobernador por el partido. Las acusaciones contra Palacios de ser millanista y malovista terminaron en un desaguisado también con los reporteros, pues, enojado, López Obrador suspendió una conferencia de prensa ya programada.

No estamos hablando de cualquier dirigente. Andrés Manuel ha sido dos veces candidato presidencial después de haber sido, con relativo éxito, jefe de gobierno del Distrito Federal, iniciando, con su gestión (no con la de Cuauhtémoc Cárdenas, que dejó mucho qué desear), una nueva era para la capital en términos de Gobierno. Por ello, actitudes como las asumidas en Sinaloa la semana pasada lo empequeñecen. Político de altura, no sabe o no quiere delegar ni los pleitos en la cocina de su casa. No actúa como el dirigente del partido que fundó, sino como su propietario.

No fue el único pleito que agarró. En Mazatlán arremetió contra las candidaturas independientes porque, dijo, no son una opción para el país. Dijo que los candidatos no están cuestionando el problema de la corrupción. Y que los independientes son serviles al partidismo. Y que si no cuestionan la política económica que ha permitido el saqueo de los bienes del pueblo… “pues no son nada”.

Se refrió al Bronco de Nuevo león, pero también a Manuel Clouthier. Uno es gobernador de su estado y el otro diputado federal. Lo curioso es que Andrés Manuel le había ofrecido al sinaloense la candidatura al gobierno estatal por Morena en 2016 y éste le dijo, unos días antes de su visita a Sinaloa, que no. Tal vez por eso la diatriba.

Por lo demás, López Obrador se olvidó de que hace tres años mandó al diablo a las instituciones. Y que los partidos son eso mismo, pilares del sistema que nos gobierna. Morena entre ellos.

BOLA Y CADENA

EL PLEITO EN CULIACÁN DE LOS MORENISTAS es contra un hombre que fue subprocurador de justicia en uno de los sexenios más negros que ha tenido Sinaloa, el de Antonio Toledo Corro. Y si a alguien de Morena se le puede acusar de malovista es precisamente a Jesús Estrada Ferreiro, cuya oposición a la construcción del nuevo estadio se acabó cuando Gerardo Vargas Landeros lo invitó a ser el orador principal al acto masónico organizado por el gobierno estatal el 21 de marzo de 2014, en la conmemoración del 208 aniversario del natalicio de Benito Juárez. Ahí se le acabó el filo al señor.

SENTIDO CONTRARIO

SIGUE LA MARINA ACUMULANDO RECLAMOS. Ahora le tocó a la gente de Cosalá sufrir el acoso de una institución a la que se le ha dado permiso de arrasar impunemente pueblos bajo el pretexto de buscar un hombre o de simular que lo buscan. Incluyendo a los gringos que siempre andan con la Armada de México en sus operaciones de “inteligencia”.

HUMO NEGRO

AARÓN IRÍZAR DIJO ESTA BOCA ES MÍA. El viernes pasado anunció formalmente su intención de competir por la próxima gubernatura. Es el segundo aspirante del PRI mejor posicionado después de Jesús Vizcarra. En un ambiente de tanta competencia, si Vizcarra no viene, se supone que el PRI no debiera pensarla mucho para ofrecerle la candidatura. Pero la política no es tan simple. Y muchas patadas habrán de darse por arriba y debajo de la mesa.


(RIODOCE/ COLUMNA “ALTARES Y SÓTANOS” DE ISMAEL BOJÓRQUEZ/ 11 octubre, 2015)

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