La tortillería está en la mira de las autoridades desde la muerte de uno de los empleados
The New York Times
Nueva York, Estados
Unidos .- El propietario de una tortillería en Brooklyn, donde murió un
trabajador tras caer dentro de una mezcladora, fue arrestado por pagar salarios
ínfimos a sus empleados, falsificar documentos del negocio y violar las leyes de
indemnización y de seguro de desempleo para los trabajadores, informaron las
autoridades.
El dueño, Erasmo Ponce, conocido como el 'rey de la
tortilla', enfrenta cargos por 26 delitos mayores y 23 delitos menores, de
acuerdo con una denuncia presentada en el Tribunal Penal de Brooklyn por la
Procuraduría estatal. Ponce se entregó a las autoridades el martes y fue puesto
en libertad bajo fianza, indicó su abogado.
El hombre se rehusó a
hacer comentarios sobre los cargos, pero su abogado Manuel Portela dijo no creer
que el caso amerite un juicio penal.
"Hemos tratado de solucionar este
caso en un nivel administrativo", comentó Portela, y agregó que su cliente desea
solucionarlo y seguir operando de una forma justa y equitativa.
La
compañía de Ponce, Tortillería Chinantla, ha operado bajo la lupa de autoridades
estatales y federales desde la muerte de su empleado, Juan Baten, el 24 de enero
de 2011.
Varios días después, funcionarios estatales clausuraron la
fábrica tras descubrir que la compañía había estado operando durante casi un año
sin un seguro de indemnización para los empleados.
Con el tiempo, el
estado permitió la reapertura de la tortillería, pero en julio de 2011, el
Gobierno federal citó a la compañía por violaciones a las normas de seguridad en
el lugar de trabajo, lo que conlleva multas de más de 62 mil dólares.
La más grave, considerada "voluntaria", señalaba que la compañía no instaló una
barrera en la mezcladora para evitar que los empleados tuvieran contacto con su
rápida maquinaria.
Ted Fitzgerald, vocero para la Administración
Federal de Seguridad y Salud Ocupacional, que realizó la investigación, dijo el
miércoles que las tortillería aún estaba disputando las multas.
La muerte
de Baten y las investigaciones resultantes han empañado la reputación de Ponce,
cuya historia había sido la de la clásica trayectoria del migrante trabajador
que alcanza el éxito.
Era pobre cuando dejó México para irse a Estados
Unidos en 1989, y después de algunos años de realizar trabajos manuales y
ahorrar, abrió una pequeña tortillería.
En menos de una década, la
empresa se convirtió en un negocio nacional, con ingresos anuales de varios
millones de dólares.
Ponce se convirtió en uno de los miembros más
acaudalados e influyentes de la creciente comunidad mexicana de Nueva York, y
pulió su reputación al donar dinero a diversas causas políticas y sociales en el
área de Nueva York así como en México.
Aunque se rehusó a hacer
comentarios sobre los nuevos cargos que se le imputan, Ponce habló con
entusiasmo sobre una ceremonia que realizará el sábado para bautizar un nuevo
mural en la fachada de su fábrica. El mural muestra a unos trabajadores en un
maizal.
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