Washington
– Desde que se fugó Joaquín el Chapo Guzmán
Loera del Penal del Altiplano, todas las agencias de inteligencia Estados
Unidos encabezadas por la DEA han utilizado la tecnología de rastreo y de
interceptación de comunicaciones más avanzada que tienen a la mano para ubicar
al líder del Cártel de Sinaloa, a quien hace
Dos
semanas detectaron en un rancho en la sierra de Durango. “Recibimos información
de inteligencia por medio de la interceptación de varias llamadas telefónicas
(satelitales y de celulares) que nos indicó que el Chapo podría estar escondido
en un rancho en la sierra de Durango, en los límites con Sinaloa. La
información se la dimos al gobierno de México”, explica Proceso un agente de
una de las agencias de inteligencia estadunidenses.
“La
información que conseguimos por medio de la tecnología la cotejamos con otra
información que habían conseguido en México nuestras agencias por medio de
otros métodos (informantes). Y cuando determinamos que podría ser el Chapo
quien se ocultaba en el rancho; se la dimos a las autoridades mexicanas”,
matiza el agente de los Estados Unidos, quien aceptó hablar del asunto bajo la
estricta condición de no revelar su identidad ni el nombre de la agencia
federal para la cual trabaja en México.
“Al
parecer la Marina mexicana llegó tarde al punto donde habíamos conseguido
presuntamente ubicarlo. Hubo un retraso de varias horas desde que dimos la
información hasta el momento del operativo… el lugar donde se encuentra el
rancho está en un punto muy difícil de acceder, esa fue la explicación que nos
dieron”, subraya el agente estadunidense.
De
acuerdo al resumen que ofrecieron a Proceso sobre las tareas de recaptura que
han realizado las agencia de inteligencia de Estados Unidos en México, a menos
de 24 Cierran la Marina y EU el cerco contra Joaquín Guzmán Loera en el
Triángulo Dorado Herido y acorralado Andrés Villarreal Tocaron al Chapo. El
grupo elite de la Marina que le sigue los pasos estuvo tan cerca, que Joaquín
Guzmán emprendió “una huida precipitada”, según la confirmación del Sistema
Nacional de Seguridad. El escape “le causó lesiones en una pierna y en el
rostro”, dice el escueto comunicado que precisa que no se trata de heridas de un enfrentamiento directo.
Que
el Chapo seguía huyendo, pero herido, y que la Marina está cerrando el cerco en
la Sierra Madre —principalmente en Durango— , se supo primero en Estados
Unidos, de quien México recibe apoyo de inteligencia de manera permanente y
colaboran en la reaprehensión del capo Sinaloense.
La
información se fue precipitando desde el martes 6 de octubre, cuando fuerzas de
elite de la Marina y helicópteros atacaron de manera simultánea ocho caseríos
de la zona limítrofe entre los municipios de
Tamazula, Durango y Cosalá, Sinaloa.
Dos
centenares de pobladores salieron huyendo, evitando los caminos para no toparse
con la Marina que por tierra fue ocupando toda la zona.
La
operación para la tercera aprehensión del Chapo se fue armando desde hace
semanas. Un error en las comunicaciones del círculo cercano a Guzmán Loera, dio
pistas sobre su ubicación al surtir los suministros.
El
compacto equipo elite de la Marina se movilizó al escabroso del Triángulo
Dorado, pero no concretó la captura.
Hace
más de dos meses, fue la DEA quien confirmó la presencia de Joaquín Guzmán en
su propia tierra. Chuck Rosenberg, Jefe Interino de la DEA, aseguraba que lo
más probable era que el Chapo estuviera en Sinaloa, “donde estaría a salvo”. Y
no se equivocó, la información indica que desde la fuga del 11 de julio pasado
del Altiplano, el Chapo llegó a Sinaloa y después se refugió en las montañas de
la Sierra Madre.
Joaquín
Guzmán Loera sigue siendo el más buscado, pero ahora va por la Sierra Madre
tocado, de nuevo a salto de mata.
La
fuga del Chapo unió en las tareas de espionaje a las agencias de inteligencia
de Estados Unidos con presencia en México.
“Todas
nuestras agencias de inteligencia pusieron a trabajar a sus activos
(informantes) para recapturar a Guzmán. La información obtenida se ha
intercambiado y cotejado con la que obtiene por su parte el gobierno de México.
La cooperación es muy buena, pero
estamos conscientes de que es una tarea muy complicada”, señala el agente estadunidense durante la entrevista
telefónica.
Con
el permiso para espiar en México que les dio el ex presidente Felipe Calderón,
bajo el marco de la Iniciativa Mérida, las agencias de inteligencia de Estados
Unidos tienen trabajando a sus operadores las 24 horas del día y los 365 días
el año, en la Oficina Binacional de Inteligencia, desde donde el pasado mes de
julio dedican parte de su tiempo a ubicar al Chapo Guzmán.
“Aunque
estamos recibiendo mucho apoyo y muy importante de parte del Centro de
Inteligencia de El Paso (EPIC, por sus siglas en ingles) y de otros sistemas
(de espionaje) que tenemos cerca de la
frontera con México, el intercambio de
Información
bajo la Iniciativa Mérida está
comenzando a dar resultados notables”, sostiene el agente estadunidense.
Como
encargada de la lucha internacional
contra el narcotráfico,
y en este caso específico, de la de México, el
agente de inteligencia admite que toda la estrategia de inteligencia
estadunidense para recapturar al Chapo;
está a cargo y coordinada por la
Administración Federal Antidrogas (DEA).
Ubicada
en el número 265 de Avenida Paseo de la Reforma, a unos 250 metros de la
embajada de Estados Unidos; la
Oficina Binacional de
Inteligencia (OBI) cuenta con
operadores de todas las agencias federales del espionaje de los Estados
Unidos:
la Agencia de Inteligencia Militar
(DIA), la Oficina
Nacional de Reconocimiento (NRO) y la Agencia Nacional
de Seguridad (NSA), del Pentágono. El
Departamento de Justicia cuenta con tres
agencias, el Buró Federal de Investigaciones (FBI), la DEA y el Buró de
Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
Con
dos servicios está el Departamento de Seguridad Interior: Inteligencia de Guardia Costera (CGI)
y la Oficina
de Cumplimiento Aduanal y
Migratorio (ICE);mientras que el Departamento del Tesoro tiene agentes de la Oficina de Inteligencia
sobre Terrorismo y Asuntos Financieros
(TFI).
A
estas agencias de inteligencia se tiene que agregar a las más activa y notable
de todas: la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
“El
intercambio de información que tenemos con el gobierno mexicano se hace a
través de la Secretaría de Gobernación.
Pero
también con el Ejército y la Marina de manera independiente”, anota el agente
de inteligencia de Estados Unidos.
“Hasta
ahora la coordinación y el intercambio de información de inteligencia con el
gobierno de México está funcionando. Pero creemos que para recapturar al Chapo se
necesita más celeridad a la hora de operar en el terreno donde se le ubique”,
agrega el agente, quien se negó a dar más detalles sobre el operativo en el
rancho en la Sierra de Durango, y sobre los posibles motivos que hayan
retrasado el operativo de la Marina.
“El
Cártel de Sinaloa domina el territorio de la Sierra Madre, lo sabemos, siempre
hemos estado conscientes de eso. Pero nadie es perfecto y se pueden cometer
errores. Creemos que un error nos puede llevar al éxito de su captura o su
eliminación”, remata.
Las
agencias de inteligencia de Estados Unidos que tienen presencia en México,
cuentan con un ejército de varios cientos de informantes. Los informantes de
Estados Unidos son narcotraficantes, policías federales, estatales y
municipales, empresarios, funcionarios gubernamentales a todos los niveles y
elementos y mandos de la Marina y el Ejército.
Además,
la OBI tienen dos oficinas “satélites” en el territorio mexicano: una en Ciudad
Juárez y otra en Tijuana, donde los agentes estadunidenses comandan “fuerzas de
tarea” contra el narcotráfico, con el apoyo de personal mexicano.
(RIODOCE/
Jesús Esquivel/Proceso / 18 octubre, 2015)
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