No
tengo la certeza si a estas alturas, justo a unas cuantas horas de que dejes el
poder, que no algo de lo mucho de lo que te apropiaste indebidamente, estarás
pensando junto con tu pandilla del Nuevo Sonora, el dar un último
¨pellizco¨ a los cuantos pesos que
quedaron para la educación, salud, seguridad, infraestructura y administración;
de lo que si estoy seguro sin embargo, es del repudio que te llevas de miles de
sonorenses por esa cochina maña que agarraste de apoderarte de lo ajeno y de la
esperanza que tenemos muchos, de que la impunidad termine pronto para verte por
fin junto a los tuyos en prisión.
Lo
que hiciste en estos seis años, lo que permitiste a tu gente de forma indolente
e indecente no es propio solo de
vulgares ladrones ya que fueron muchas cosas más: fueron acciones criminales,
cobardes y de traición no solo para un
gran segmento de la ciudadanía que creyó en ti, sino para todos los
sonorenses…. aún para los malnacidos.
Y
ya en el ocaso de tu mandato, como si faltara la joya a la corona de la
corrupción de tu gobierno al destaparse la cloaca del DIF, con la venta
indiscriminada de infantes, se reveló el verdadero rostro cínico y
deshumanizado de un ejercicio gubernamental sin ética ni principios, que lo
mismo saqueó al erario sin pudor alguno, que mintió descaradamente, o que
pisoteó no solo a los tres poderes, sino también los derechos ciudadanos que,
quien sabe desde cuando también y al amparo de tu poder, prohijó este cruel,
despiadado y turbio negocio que arrebató a humildes e indefensas madres a sus
criaturas, negándoles en todo momento el mínimo de sus derechos y su dignidad.
Te
equivocas Guillermo Padres si piensas por estos días que eres afortunado y la
vida te brindó la oportunidad para hacerte rico; no, no fue así, fueron muchos
sonorenses de bien, quienes confiados en que ejercerías un gobierno honesto y
eficaz y que serías el promotor de un cambio social, quienes con su voto
mayoritario te brindaron esta oportunidad para llegar a ser un estadista
ejemplar y obtener dinero honradamente y que sin embargo desperdiciaste,
cambiando un buen nombre y toda una trayectoria por dinero, pues el poder te
cegó y la ambición te destruyó.
El
día de tu elección hace poco más de seis años, miles de ciudadanos entusiastas
y decididos de todos los rincones del Estado, molestos muchos de la soberbia
del que se iba, cansados del continuismo, pero sobre todo, esperanzados en el
“Nuevo Sonora” que prometiste en campaña, depositaron un voto de fe a nombre
tuyo, con la confianza de que gestionarías bienestar para la población y se
equivocaron. Te la pasaste todo este tiempo y terminaste gestionando bienestar
y beneficios solo para tu familia, amigos y cercanos.
Dicho
en forma llana y directa porque tu mejor que nadie lo sabes, no llegaste a
gobernar sino a robar, pues una vez que tuviste el poder en tus manos,
impediste junto con tu gente, que mucho del dinero destinado a la salud, a la
educación, a la infraestructura y a la seguridad entre otros rubros llegara a
sus legítimos dueños.
El
dinero que estos últimos seis años se robaron tu y tu gente Guillermo, es un
dinero que estaba destinado a hacer la vida de todos los sonorenses un poco
mejor, más cómoda. Es el dinero que miles de trabajadores, profesores,
burócratas, empresarios, comerciantes y profesionistas entre más, aportaron a
la sociedad en el afán de obtener servicios de mayor calidad, a cambio de
mejores aulas y una mejor educación para sus niños; era dinero para pagar
sueldos de médicos y enfermeras, para construir mas hospitales y viviendas,
para crear infraestructura urbana y rural,
para tener un mejor transporte público, policías mejor pagados y más
confiables, para mejorar la calidad académica de las universidades y las
pensiones que a propósito, también se esfumaron y se convirtieron en la
diputación federal de Teresa Lizárraga, quien hoy vergonzosamente usurpa una
curul de regalo por su millonaria lealtad a la delincuencia organizada que tu
encabezaste.
La
malograda “Transformación Educativa” en la que se gastó una fortuna
publicitando sus inexistentes logros, sirvió solo para transformar la vida y la
fortuna de quienes intervinieron en ese programa fallido, pero no fue solo
Jorge Luis Ibarra el culpable de todo por sus omisiones y su tibieza ante las
raterías que ocurrían frente a sus ojos, fuiste tu principalmente quien a
sabiendas de que nada se estaba haciendo por mejorar este rubro, cada vez
“cacareabas” más un huevo vacío, sin cría, sin nido y sin posibilidad alguna de
que algún día de tu gobierno pudiera alzar el vuelo.
El
desabasto de medicinas, de insumos y materiales de curación, de equipo médico
quirúrgico especializado en hospitales, clínicas y farmacias del sector salud,
costaron muchas vidas a medida que el deterioro de este sector se fue
generalizando. ¿ cuantos niños, cuantos ancianos, cuantos jóvenes, mujeres y
hombres en edades productivas murieron en este tiempo por falta de una adecuada
atención?.... que su conciencia se los diga a ti y al doctor Bernardo Campillo,
cuando salgan a trotar en sus “pura sangre” de un millón de dólares que bien
pudieran haber sido un equipo de Radiología, un sistema computarizado de
tomografía o varias toneladas de medicamentos.
Podría
enumerar no decenas, cientos de casos que armarían sin duda alguna el
rompecabezas en el que quedó convertido finalmente tu gobierno, pero sería
ocioso ya a estas alturas cuando todos los sonorenses los conocemos de sobra,
pues han sido denunciados hasta el cansancio y hoy en día, se encuentran
debidamente documentados ante las autoridades correspondientes, que a partir de
éste domingo cuando pierdas el fuero, tendrán la palabra y desde luego la
acción.
De
esos gloriosos tiempos cuando te creías imbatible, presidenciable o mínimo como
jefe nacional de tu partido no ha quedado nada, todos te has dado cuenta ya, te
han dado la espalda, ni Madero, ni Anaya, ni Moreno Valle quieren saber de ti;
te has convertido en un apestado político y muy pronto en un hombre sin
partido, si nos atenemos a la advertencia que directamente te hizo hace unos
cuantos días Damián Zepeda.
De
nada te va a servir haber acotado y violado durante tu mandato, leyes, decretos
y normas que te podrían perjudicar judicialmente; el haber elegido a tus
propios jueces, inventar trampas jurídicas que blindaran tus fechorías y
legislar a través de tus incondicionales en el Congreso del Estado, para acabar
con los controles que te impedían robar con mayor impunidad, porque todo eso se
esfumó.
Ahora
cabe solo recordarte que esos fajos que quizá llevas en tu inseparable mochila
colegial, para gastarlos en hoteles y restaurantes lujosos, casinos, cruceros y
viajes por el mundo, pertenecen a los niños, viejos y mujeres de la tribu yaqui
que beben agua contaminada, a los que comen de la basura o a quienes se forjan
en las calles. Esos miserables que se paran en los cruceros a mendigar un peso,
porque sus familias fueron desplazadas y nunca recibieron una oportunidad de tu
corrupto y ambicioso gobierno. Ese es el dinero de los pobres, de los que
votaron por ti, los que te llevaron a un lugar de privilegio con la esperanza
de que les ayudaras a solucionar sus problemas y se los hiciste más grandes.
No
se en estos momentos quien está sufriendo más, si ellos por lo poco o nada que
tienen en el presente, o tu por lo mucho que tienes y que sabes en el futuro
muy cercano lo que te viene.
El
próximo domingo, despojado del poder y del fuero protector, cuando vayas a dormir
Guillermo si es que puedes, en una de tus lujosas casas que difícilmente
podrías pagar si fueras honesto, o donde quiera que te encuentres ese día, mira
dentro de ti y pregúntate: ¿valió la pena todo esto; vale la pena cargar con
muertes y desgracias, de robos e injusticias a cambio de unas sábanas limpias,
de abultadas cuentas bancarias en el extranjero, de ropa cara y autos último
modelo para tus hijos, de las mejores comidas y las mas fastuosas
celebraciones?
Valió
la pena todo esto, te pregunto yo, a cambio de una solitaria celda.
(DOSSIER
POLITICO/ Gerardo Godoy/ 2015-09-11)
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