Ciudad
de México.- El factor esencial en la fuga del 'Chapo' tuvo que ver con la
corrupción de varios países centroamericanos. Ahora es muy difícil volver a
capturar al narcotraficante mexicano, entre varias razones, por el poder que
tiene en estos países.
José
Ortega, presidente Consejo ciudadano para la Seguridad Pública de Honduras,
afirma que "es un criminal muy peligroso que ha llenado de violencia a
México". De igual forma, Guzmán daría hincapié a la violencia que
atravieza hoy día honduras.
En
los últimos años Honduras se convirtió en uno de los bastiones de poder de
Joaquín “El Chapo” Guzmán, considerado jerarca del crimen transnacional, quien
tejió una red delictiva en la región a partir de alianzas con cárteles locales,
revelan autoridades de alto nivel en materia de seguridad de ese país y la DEA.
Tras
su primera fuga de un penal de máxima seguridad en 2001, Honduras detectó al
capo en haciendas de sus socios. La presencia de Guzmán Loera en ese país fue
para consolidar su liderazgo y “ordenar” a sus asociados para evitar choques
que pudieran interferir con la red de droga y el lavado de dinero.
José
Antonio Sánchez, portavoz de las Fuerzas Armadas de Honduras, no niega que lo
buscaron, “pero nunca lo encontramos”. Dice que ahora “Centroamérica ya no es
tierra fértil para ‘El Chapo’, porque los que eran sus principales socios están
en la cárcel o extraditados a Estados Unidos”.
El
Chapo arregló las diferencias entre sus socios de la región para mantener las
operaciones del cártel en transporte, contrabando y almacenamiento de drogas,
así como lavado de dinero y control de territorios, en calma y funcionando
adecuadamente.
La
estación de la DEA en Honduras indica que “si (el Chapo) alguna vez se movió
hasta Centroamérica fue para un negocio, no para fiestas; es para tomar
decisiones corporativas”.
Tan
solo en el 2012, El Chapo envió a un representante a una reunión con David
Leonel Rivera Maradiaga, uno de los líderes del cártel de Los Cachiros, así
como un grupo de dirigentes políticos en una hacienda de Colón, a quienes
entregó dinero para sus campañas electorales.
El
propósito era poner orden en el país y facilitar sus negocios.
El
Chapo, junto con el Cártel de Sinaloa, también hacían un pago de 2 mil 400
dólares a los cárteles hondureños por cada kilo que llega al país por avión y
por mar, procedentes de Colombia y Venezuela, y con destino a México y Estados
Unidos a través de Guatemala.
A
partir del 2001, después de que se fugara por primera vez de la prisión, el
capo mexicano estableció redes en Guatemala para facilitar el traslado de sus
productos, mientras en Honduras sus lazos más importantes fueron con el Cártel
de los Lorenzana.
La
estancia de El Chapo en prisión no ha acabado con su influencia y sus redes de
narcotráfico en aquel país, dada su importancia a nivel geográfico por sus rutas
aéreas, marítimas y terrestres.
Sí,
la leyenda de El Chapo es grande en Honduras por sus supuestos bacanales,
juergas y mansiones, pero la realidad es que la necesidad por crecer su red
criminal es lo que lo ha mantenido con interés en la zona.
(ZOCALO/
AGENCIAS/ 13/09/2015 - 02:07 PM)
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