viernes, 16 de agosto de 2013

BAJA CALIFORNIA, LO INCONCEBIBLE (II)



Jorge Cruz / Dossier Político
Controversial y polémico; son los adjetivos más conservadores que se podrían utilizar para definir el mandato que tuvo Xicoténcatl Leyva Mortera, Gobernador del Estado entre 1983 y 1989; las acusaciones de enriquecimiento ilícito, malversación de fondos, uso indebido del servicio público y despotismo, eran el pan de cada día.

 El oriundo de Veracruz, también cargo sobre sus hombros la irresponsabilidad de haber promovido el crecimiento acelerado sin planeación en la entidad, propiciando que las ciudades fronterizas, principalmente Tijuana, solo crecieran, más no se desarrollaran, lo que provocó la aparición de manchas urbanas olvidadas  o “ciudades perdidas”, desatendidas por parte del municipio, generando con ello que los índices delictivos en todas sus modalidades, se dispararan simplemente, de manera incontrolable.

De ninguna manera lo anterior era algo desconocido por el gobierno central, todo llegaba a oídos del entonces Presidente de la República Miguel De La Madrid Hurtado, por medio de Jorge De La Vega Domínguez, Presidente Nacional del PRI, quien recibía la información con lujo de  detalle de parte de su delegado en la entidad José Ortiz Arana, sin embargo, el Presidente De La Madrid nunca vio la necesidad, ni siquiera de llamarle la atención, debido a que Leyva Mortera había sido “colocado” como Gobernador a través del apoyo del ex Presidente Miguel Áleman, derivado del parentesco político que estos mantenían; pero tenía que caer la gota que derramara el vaso, y ese hecho fue el indiscutible triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas en el Estado, en las elecciones presidenciales de 1988, ante un hecho tan contundente como este, a Leyva Mortera no le quedo de otra que reconocerlo de manera pública.

Después del proceso electoral federal, y con su poder en franco ascenso, el equipo de transición del Presidente electo Carlos Salinas de Gortari, encabezado por el eterno policía, Fernando Gutiérrez Barrios, logró convencer al Presidente De La Madrid de exigirle a Leyva Mortera solicitar licencia para dejar el cargo, y lo único que pudo negociar el aun Presidente, fue otorgarle una salida “decorosa”, y que el abandono del cargo fuera justificado bajo el argumento de “problemas de salud” por parte del Comité Directivo Estatal del PRI, encabezado por Eduardo Martínez Palomera.

Finalmente, el veracruzano pide licencia al Congreso Local el 5 de enero de 1989, quedando como Gobernador Sustituto Óscar Bailón Chacón, a quien le tocaría enfrentar lo inimaginable, quien estaba destinado a lidiar con lo insólito, y aquel que tendría la dura tarea de tratar de entender y explicar lo inédito; la derrota del PRI.

La desastrosa y dolorosa derrota de Margarita Ortega Villa, candidata del Partido Revolucionario Institucional por más de once puntos frente a su rival Ernesto Ruffo Appel Chacón, candidato del Partido Acción Nacional, marcó un hito en la vida política, pública y social del país entero; en lo político porque por primera ocasión, el más viejo critico del sistema, la piedra en el zapato del aparato burocrático, el Partido Acción Nacional, lograba su primer gran triunfo oficial; una Gubernatura, y si eso paso en Baja California, ahora podría suceder en cualquier estado y eso, bajo la ideología de la Revolución resultaba simplemente inconcebible.

En lo público, porque la actitud de incredulidad, las miradas perdidas, el nerviosismo que no se pudo disimular y hasta el pánico, se apoderaron tanto de los seguidores como de los miembros del equipo de campaña de la candidata, que esperaban en el exterior de la sede Estatal del PRI, en Mexicali, la noticia de triunfo arrollador para arrancar los festejos y la verbena popular; en su lugar, se activó la cadena de llamadas telefónicas para cancelar cientos de planas contratadas en todos los periódicos de la entidad, incluso en Sonora y California, donde se felicitaba a la candidata por su contundente triunfo; los medios de comunicación se retiraron silenciosamente para dirigirse a la sede del PAN, en busca de la noticia. La humillación no fue en privado, no se pudo contener, paso a ser del dominio público.

En lo social, porque la ciudadanía dejó de lado el temor de otorgarle su apoyo a un partido político diferente al oficial, atrás quedo el “más vale malo por conocido, que bueno por conocer”; sin lugar a dudas, el coraje que a muchos electores llevo a votar de manera diferente a otras ocasiones, fue el hartazgo en el que la administración que estaba por concluir, sumergió a la población sin reparo ni miramientos, indolente al sentir plural y ajena a las necesidades aun más básicas del ciudadano;  total, pasará lo que pasará, el candidato del PRI ganaría, era la premisa bajo la cual el partido, el gobierno y la estructura se conducían, misma que yacía inconsciente o no, en la psicología colectiva.

El hecho de que un partido político distinto al Revolucionario Institucional lograra el triunfo en una elección a Gobernador o, en su defecto, a la primer derrota del PRI en una elección a Gobernador, es entendida y explicada por los estudiosos de la Ciencia Política como “la profundización o avance de la fractura en el sistema político mexicano”.

El sistema político mexicano se fracturó por primera vez en 1936, cuando el entonces Presidente Lázaro Cárdenas Del Río, expulsa del país al llamado “Jefe Máximo de la Revolución”, el General Plutarco Elías Calles, quien concibió el sistema político aun vigente mediante la fundación del Partido Nacional Revolucionario, en 1929, bajo la idea de una “pirámide invertida”, donde el Titular del Ejecutivo es el centro y origen de todo; la mencionada estructura se mantendría equilibrada sobre su propio eje, mediante el empuje en cada uno de sus lados por parte de las fuerzas vectoriales de la política, que en ese momento eran los grupos revolucionarios, liderados por los caudillos que exigían el pago por sus servicios prestados a la “causa revolucionaria”, dicha compensación, se traducía en la asignación de posiciones de privilegio y estamentos de poder, solamente autorizados por quien se encontrara en el pináculo de la pirámide, es decir, el Presidente de la República.

Una vez asimilado “el suceso”, por parte de todos los actores, las suspicacias y meras especulaciones pasaron a ser moneda de uso corriente en todo el país; y comenzaron a aparecer “teorías” que trataban de explicar por qué sucedió los inconcebible, ¿Qué había ocurrido?, ¿Qué fuerza tan poderosa había intervenido para que la hegemonía de un partido que había gobernado el estado por décadas se derrumbara a pedazos de un día a otro?, ¿sería la conjunción de los astros (al menos de la política) el día de la elección?. Básicamente son tres las hipótesis que  se posicionaron social y políticamente hablando, y cada sector hizo suya la que más se apegaba a los lineamientos de dicho grupo.

Continuara….
(DOSSIER POLITICO/ Jorge Cruz / 2013-08-15)

No hay comentarios:

Publicar un comentario