lunes, 1 de abril de 2013

EJÉRCITO ABANDONA LAS CALLES EN BAJA CALIFORNIA



“Todo ha sido analizado bien y no hay ningún problema”: General Hernández Andreu

Rosario Mosso Castro/ Sergio Haro Cordero/ Ricardo Meza Godoy
Por lo menos seis puestos militares de revisión fueron eliminados del mapa bajacaliforniano, liberando el flujo de droga a los cinco municipios de la entidad, incrementando la incursión de las corporaciones de seguridad locales en la atención de delitos federales, y afectando los niveles de incidencia delictiva. Autoridades bajacalifornianas y empresarios solicitaron a la milicia la reinstalación de retenes, y la Secretaría de la Defensa Nacional evadió responder

Los militares empezaron su retiro furtivo de Baja California.

Sin mayor aviso a la comunidad y sin informar a las autoridades integradas al Consejo Estatal de Seguridad, la Comandancia de la II Zona Militar eliminó una serie de retenes carreteros en la entidad bajacaliforniana y los que conectan con Sonora.

Entrevistados los residentes de las inmediaciones de los retenes eliminados, en las áreas más conurbadas no recuerdan fechas exactas, pero indican que dejaron de ver a los soldados  más o menos en la última semana de enero de 2013.

Sin embargo, como si nada hubiera sucedido, el 27 de febrero, tras una reunión en la Casa de Gobierno, el Comandante de la Segunda Región Militar, Gilberto Hernández Andreu, acordó con el gobernador de Baja California, José Guadalupe Osuna Millán, “reforzar los puntos militares en el estado”, comprometiéndose a modernizar el retén de El Centinela y construir una base militar en Tecate. Pero no hablaron de los puntos de revisión eliminados, ya que el mandatario los desconocía.

Conforme a información recibida por ZETA, a principios del mes de marzo, Osuna Millán recibió el reporte de la Secretaría de Seguridad Pública, informándole que los decomisos de las policías locales estaban incrementando, y que una razón importante era la eliminación de puntos de control militar y el relajamiento de algunos de los existentes.

El 19 de marzo se llevó a cabo la reunión del Grupo Coordinación de Seguridad, y de salida, el General Gilberto Hernández Andreu aseguró ante la prensa de Mexicali desconocer que los retenes de la colonia Miguel Alemán-Mexicali y Popotla-Rosarito se hubieran retirado. Su argumento: “A lo mejor era porque estaban descansando en ese momento, déjenme checar y yo les informo”.

“Todo ha sido analizado bien, y no hay ningún problema”, le dijo a ZETA.

Sin especificar, el Comandante de la II Zona Militar, Gabriel García Rincón, también se ha limitado a decir que la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) es la encargada de definir dónde y cuándo se colocan los puestos militares, que los retenes “no son para toda la vida”, y que el hecho de que no se les vea fijos, no significa que no sean reubicados en otra zona donde puedan ser más efectivos.

Sin embargo, la preocupación ha sido manifiesta por los inversionistas del estado: “Lo que hemos estado viendo dentro de los diferentes sectores productivos, es que algunos están a favor y otros en contra, sin embargo, como sector en general lo que sabemos es que debemos mantener la guardia en alto, y no relajarnos en seguridad para nada”, declaró el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en Baja California, Carlo Bonfante.

“Los retenes son instrumentos que nos han permitido generar las condiciones para poder habitar este estado, cualquier cosa que se altere, se cambie drásticamente y pueda tener un efecto de delincuencia y mayor nivel de crimen, claro que nos preocupa, por eso tenemos que invitar a las autoridades a no bajar para nada la guardia. Estamos colgados de una situación que se llama seguridad, y de una coordinación, y debemos seguir respaldándola”, afirmó el líder empresarial.

MENOS RETENES, MÁS DROGA

En el primer trimestre del año, se han localizado dos bodegas de droga en Tijuana: una con más de nueve toneladas de marihuana en el Cerro de las Abejas, el 8 de enero, y casi seis toneladas en el Cerro Colorado, el 20 de febrero.

Las cifras en decomisos son altas: Una tonelada de marihuana en el Pedregal de Santa Julia (8 de febrero); 37.9 kilos de cocaína en la colonia Villa Floresta de Rosarito (16 de febrero); 1.960 toneladas de marihuana en Ejido Villa Zapata de Mexicali (14 de marzo); dos toneladas de marihuana en Real de San Francisco en Tijuana (22 de marzo); y 84 kilos de la droga sintética conocida como “ice” en Villa del Campo en Tijuana.

Del 1 enero al 26 de  marzo, solo en Tijuana la Policía Municipal ha decomisado 11 toneladas 549 kilos de marihuana, 84 kilos de “ice” y 189 armas de fuego.

Por su parte, en el mismo periodo, la Policía Estatal Preventiva ha asegurado 15.13 toneladas de marihuana y 44.6 kilos de cocaína.

Adicionalmente, las estadísticas de las autoridades de San Diego, California, refieren que el promedio de decomisos en la franja fronteriza y el condado es de alrededor de 8.2 toneladas al mes.

Cuestionado sobre el registro de un incremento en el tráfico y decomiso de droga, el secretario de Seguridad Pública Municipal en Tijuana, Alberto Capella, comentó: “En relación a los períodos que me han tocado a mí, este primer trimestre sí traen un incremento importante en cuanto a los decomisos de droga por parte de la Policía Municipal. Prácticamente todos los días hacemos aseguramientos, unos pequeños, otros en toneladas”.

– ¿Tiene eso que ver con el retiro de retenes militares? 

“No quisiera atribuirlo a circunstancia en particular, lo que sé, es que en la medida que más filtros y barreras se tengan dentro y fuera de la entidad, en las rutas que se usan para traficar droga, definitivamente nos ayuda bastante a inhibir o disuadir estas actividades; y estamos conscientes que cuando hay otros tipos de barreras, se buscan otras fronteras.

“El hecho de que haya droga en Tijuana es un problema que nos preocupa bastante, porque genera una capacidad económica para organizaciones criminales que pueden reorganizarse y refinanciarse para generar actividades que nos puedan recordar el lamentable pasado”, reconoció el funcionario.

En el mismo tema, el representante del CCE en Tijuana, Manuel Hernández Niebla, indicó que desde la primera reunión con autoridades militares, los empresarios manifestaron su preocupación: “Nos mostraron estadísticas de los primeros meses, donde éramos el estado que ocupaba los primeros lugares en descubrimiento y desmantelamiento de túneles, y pistas de aterrizaje, y los últimos lugares en droga decomisada. Con respeto les argumentamos que no había correlación ni proporción en esos números, porque era lógico que toda esa infraestructura era para mover la droga, y las cifras debían estar más equilibradas”.

Para revisar inquietudes y analizar avances, el sector empresarial solicitó una nueva audiencia con los Generales. Los militares aún no confirman, pero esperan poder concretar en el mes de abril: “Sabemos que el General Gabriel García Rincón conoce la problemática, no sabemos qué ordenes están recibiendo, queremos ver qué planes están trabajando, insistimos en darles el beneficio de la duda, solo queremos entender la agenda”.

La Secretaría de Seguridad Pública del Estado solicitó apoyo del resto de los integrantes del Consejo de Seguridad, y en la reunión de coordinación celebrada el 26 de marzo, expuso ante autoridades militares la inquietud por la correlación entre el incremento de los decomisos con el retiro de retenes.

Pero nuevamente fueron ignorados con una respuesta fue vaga e institucional: “Se van a atender esos temas en general”.

Sin embargo, Capella Ibarra conservó el optimismo: “Estoy seguro que es un tema -el regreso de retenes- que se puede discutir en todo momento, en la Secretaría de la Defensa lo van a escuchar y analizar”.

LOS QUE DESAPARECIERON


Desde Ensenada hasta Guerrero Negro, de siete retenes que se podían encontrar a lo largo de los 613 kilómetros de la Carretera Federal Número 1 o Transpeninsular, solo quedan tres.

Fueron retirados el puesto militar a la altura del Cañón Buenavista, otro cerca de San Vicente, uno cerca de Punta Colonet y el de Cataviña. Acorde a reportes ciudadanos, en este último, esporádicamente pasan por ahí grupos de militares, duermen en las instalaciones abandonadas y se retiran. Pero las revisiones ya no se hacen: “El sitio está abandonado”.

Estas remociones son parte de un proceso de transición en las estrategias del nuevo Gobierno Federal, según dio a entender a ZETA el lunes 25 de marzo, el secretario de Seguridad Pública del Estado, Daniel de la Rosa Anaya, tras su visita con empresarios de Ensenada.

Transición que preocupa a distintos sectores, incluido el empresarial del puerto, quienes en una postura similar a sus homólogos de los CCE de Tijuana y Mexicali, pidieron a De la Rosa atender el asunto de los retenes y regresar los filtros de seguridad en carreteras, ya que les brinda una percepción de mayor seguridad, según comentó el dirigente del CCEE, Wenceslao Martínez Santos.

En el municipio de Rosarito, las autoridades municipales también han declarado públicamente haber solicitado al Ejército la reposición del puesto de revisión eliminado en Popotla.

A consideración de Francisco Castro Trenti, director de Seguridad Pública en el quinto municipio, el retén militar que estaba instalado “es un punto de revisión muy importante, la asistencia militar es muy importante en esa zona, que sabemos, es un punto de conflicto por su cercanía con la zona costera. Le hemos pedido a la zona militar su colaboración para la reinstalación y están en ese proceso, nos habrán de informar cuándo lo podrán reinstalar”.

De igual manera, Castro informó que no fueron tomados en cuenta para retirar el retén, ya que se trata de una decisión “absolutamente independiente” de la SEDENA.

Mientras en Mexicali la petición fue reinstalar el puesto militar que se localizaba en la carretera de San Luis Río Colorado a Mexicali, apenas cruzando el puente, del lado bajacaliforniano, en los últimos quince años, la primera y obligada parada era en el retén militar del poblado Miguel Alemán; punto de revisión que desapareció el 15 de enero, ahora solo quedan las rústicas y vacías instalaciones, resguardadas por unos cuantos militares a bordo de dos vehículos tipo Hummer camuflados.

“Me parece muy extraño, no hubo información cuando lo cerraron, ni el motivo del cierre”, mencionó el empresario cachanilla Ángel Sáizar, ex líder del Consejo Coordinador Empresarial, en cuyo periodo al frente del organismo, se caracterizó por su insistencia en la agilización de las revisiones en retenes instalados en toda la región.

“Claro que no fuimos tomados en cuenta”, sostuvo  por su parte el alcalde mexicalense Francisco Pérez Tejada, quien también ha sido insistente -desde su época de dirigente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación- para la agilización en las revisiones en los retenes, recordando cómo en el caso del Centinela hubo meses en que autos -sobre todo tracto camiones- debían esperar horas para ser revisados.

“Siempre ha sido controversial ese tema, pero creo que la revisión siempre tiene que estar, la presencia de los militares es importante”, afirmó el alcalde cachanilla, quien considera necesaria la presencia de militares en la región, aunque no se tengan datos concretos en cuanto a la efectividad de esa estrategia.

SEGURIDAD: EL RECLAMO

“A Baja California le ha tomado varios años nivelar las condiciones de seguridad, donde ya se puede respirar un ambiente diferente. Tenemos una distinción con otros estados que enfrentan problemática mucho mayor”, expuso el presidente estatal del CCE, Carlo Bonfante.

“Sé que habrá personas de la rama turística que argumenten el efecto de que lleguen los visitantes y vean guardias (en los retenes), pero a gran parte de la población también les da la seguridad de que los filtros en las ciudades están siendo vigilados, y es más difícil la penetración de gente con armas y otra mercancías ilícitas, que si no hubiera retenes”.

El representante de los empresarios recordó que como sector, ellos solicitaron específicamente dar continuidad al trabajo de la administración anterior (General Alfonso Duarte Mújica). El General Gilberto Hernández les aseguró que no se iba a relajar la seguridad.

“Si no se mantiene en los niveles que tenemos, se nos puede descomponer muy fácil la situación del ambiente, desarrollo económico, atracción de inversiones, turismo y todo lo demás, eso no tiene vuelta de hoja. Pedimos y pediremos que sigan trabajando el mismo modelo, y si no lo conseguimos, vamos a insistir”, advirtió el líder de los empresarios en la entidad.

A pregunta expresa y en coincidencia con el sector empresarial y las versiones públicas de la Procuraduría del Estado, Alberto Capella reconoció el flujo de droga como la principal causa de los esquemas de violencia en Tijuana y en el estado, de por lo menos el 80 por ciento de los homicidios violentos y de un altísimo porcentaje de los robos.

Incluso, aunque el licenciado Capella no lo admite, ZETA pudo conocer que sus directores operativos le han manifestado que la droga está llegando en grandes cantidades en camino libre a Tijuana, por lo que existe la necesidad de instalar retenes en los accesos. De no hacerlo el Ejército, la Policía Municipal deberá llevarlo a cabo, antes de que el problema detone.

“Si lo que se va a hacer es modernizar los otros retenes, pues perfecto”, citó el empresario mexicalense Ángel Sáizar, quien cuestiona si ese retiro implica implementar otras medidas, como el uso de inteligencia o de mecanismos para sellar las cajas de tracto camiones, geoposicionadores satelitales, o revisiones en el proceso de carga de los camiones, por citar algunos.

CONTRA LOS PUESTOS MILITARES

A la fecha, los sectores que han manifestado oposición a los retenes, son los incorporados a la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) y los turisteros. Los primeros argumentando la pérdida de tiempo y dinero; los segundos, la afectación de la imagen, pérdida de tiempo y malos tratos.

CANACAR ha puesto como ejemplo el retén de control militar Cucapah, ubicado en el Kilómetro 176.5, entre San Luis Río Colorado, Sonora, y Mexicali, Baja California, donde estiman que las filas hacen perder al sector transportista por lo menos un promedio de 2.1 millones de pesos diarios.

Precisamente ese retén, registra uno de los más altos índices de decomiso en la zona. El más destacado recientemente, fue el aseguramiento de 572.610  kilogramos de cocaína y 4.7 de heroína, el 2 de febrero. La droga iba escondida en un cargamento de tomates.

“Sí nos tendrían que informar si realmente vale la pena de que estén ahí, en el sentido de cuantos decomisos han tenido en el año, qué tan efectivos son. Son temas que tendríamos que revisarlo”, declaró al respecto el alcalde de Mexicali, Francisco Pérez Tejada.

En ese punto es pertinente agregar que recientemente, el gobierno de Estados Unidos envió un comunicado a las agencias de comercio exterior en Baja California, notificándoles del incremento en el uso de camiones de carga para cruzar droga por las garitas fronterizas. Recomiendan establecer mecanismos de revisión y análisis concienzudos de los antecedentes, así como del funcionamiento de las empresas, de sus clientes, socios, contratistas y subcontratistas.

Para concluir, el empresario Ángel Sáizar consideró que dentro del análisis debe retomarse el modernizar la operación de los retenes y dignificar el trato a los soldados que padecen condiciones climáticas de verano, el frío invierno, vientos y lluvias en instalaciones inadecuadas.

Por su parte, el actual líder del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, Jonathan Díaz, sintetizó desde una postura de mundo ideal: “Cuando vemos que en el tema de seguridad se va avanzando, una buena señal es que se retiren los retenes”, y agregó que esa eliminación debería ser resultado de una demanda ciudadana, para después advertir:

“Hay que ser realistas, sabemos que la droga fluye mucho, y sabemos de los grupos armados, por lo que los retenes se han transformado en un mal necesario”.

(SEMANARIO ZETA/ ZETA Investigaciones/ abril 1, 2013)

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