miércoles, 28 de mayo de 2014

EL PRECIO DE SER "HAPPY"

PHARRELL WILLIAMS DEFIENDE A IRANÍES QUE FUERON ARRESTADOS POR PUBLICAR UN VIDEO BAILANDO SU TEMA “HAPPY”, respeta las ideas religiosas, pero cree que todo el mundo debería poder celebrar su felicidad

Pharrell Williams dice que todo el mundo debería poder celebrar su felicidad, incluidos los jóvenes iraníes que fueron arrestados por publicar un video en Internet en el que aparecían bailando al ritmo de su éxito “Happy” .El cantante respeta las ideas religiosas, pero cree que todo el mundo debería poder celebrar su felicidad. 
 Algunos en Irán consideraron que el video promueve la propagación de la cultura occidental. La ley iraní prohíbe que las mujeres bailen en público o se dejen ver con las cabezas descubiertas. Williams dijo que siente “el mayor respeto por las ideas religiosas de la gente” y que no sabe mucho de las leyes iraníes. 

Sin embargo, agregó que “el presente es un regalo, y si uno quiere simplemente celebrar su felicidad, debe poder hacerlo”. “Sólo están bailando”, añadió durante la inauguración de una exhibición en París el lunes. Admiradores alrededor del mundo han publicado videos similares de “Happy” en los que aparece gente bailando por las calles. 

Pharrell Williams subestimó la ansiedad contemporánea por formar parte de una comunidad virtual. Desde su publicación en 2013, “Happy” se convirtió en fenómeno viral. Lo alentó el astuto Pharrell, que patrocinó lo que llamó “el primer video de 24 horas del mundo”, con 360 recreaciones del clip original. Muchos segmentos fueron rodados por profesionales, con steadicam y en Alta Definición. 

Por todo el planeta surgieron versiones donde los protagonistas proclamaban su felicidad. Hay una página web que, a estas horas, reúne 1.830 “Happy” más o menos caseros. 

Habría quedado como otro banal récord del mundo digital, de no apuntarse una productora de Teherán. Su “Happy” resulta enternecedor, por la sensación de que los protagonistas querían vestirse como hipsters occidentales y les falló el vestuario; las chicas parecen haberse quedado en el look de Madonna de los años ochenta. 

Lo que a nosotros nos resultaba inocente, a ojos de las autoridades iraníes era “vulgaridad” y “daño a la castidad pública”. ¡Jóvenes tocándose mientras bailan en una terraza! ¡Mujeres que no llevan hiyab!. A las pocas horas de darse la alarma, la policía había detenido al menos a media docena de los participantes. 

Ninguna hazaña detectivesca, que conste: el video Happy We are from Tehran incluía créditos. La TV gubernamental emitió un reportaje particularmente repugnante donde los arrestados –ellas, ahora con los obligatorios pañuelos de cabeza- aseguraban que fueron engañados, que creían participar en un casting. El jefe de policía extraía la moraleja: “nuestros queridos jóvenes deberían intentar evitar a ese tipo de gente. Actores, cantantes y ese tipo de problemas. Intenten evitarlos”. 

Inmediatamente, Twitter ardía con la consigna #freehappyiranians. Fue el presidente de la República Islámica, el moderado Hasan Rohaní, quién resolvió el conflicto. Publicó un tuit: “la felicidad es un derecho de nuestro pueblo. No deberíamos ser demasiado duros con comportamientos causados por la alegría”. Los protagonistas apresados eran liberados tras pagar una fianza pero el director del video continúa entre rejas.

(EL MEXICANO/ AP/ 28 DE MAY0 2014)
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario