martes, 14 de febrero de 2012

TODO TERMINÓ MAL


Desde la banca, Leocadio Cabrera dice que hubo apoyo al Ejército



Luis Fernando Nájera  
Leocadio Cabrera Delgadillo, director de la Policía Municipal de Guasave, puesto en la banca tras salir de prisión bajo reservas de ley por imprecisos cargos de homicidio por omisión, prefiere no hablar ya de lo sucedido y que le marcó el presente y el futuro.


Dice que no dará ya más entrevistas, hasta en tanto no tome su decisión personal de regresar al trabajo, en donde se desempeñó por más de doce años, luego de que dejó su cargo de cabo en el Cuarto Batallón de Infantería.

“Soy una policía de carrera, porque desde los 14 años estoy con ellos. Admiro lo militar. Yo te busco o nos encontramos por ahí, cuando ya tenga una decisión. De momento no quiero hablar, lo dicho ya fue dicho y no hay nada nuevo”.

Cayo para sus amigos y filas, Leo para la familia y más allegados, el ahora exdirector de Policía accede ver al reportero en una esquina de Guasave. Afuera de Waldos. Es puntual y respetuoso. No se exalta. Se nota que no ha descansado del todo y que el tema de su detención y liberación no lo digiere aún. Y prefiere guardárselo para sí.

Su gesto reconcentrado demuestra que ha pasado noches en vela, que ha reflexionado el caso, pero sin tomar una decisión final, excepto que ya no quiere atizar la hoguera. No revela si es por decisión personal, pedimento familiar, indicación de su jefe político, Ramón Barajas López, o una táctica legal para “enfriar” el expediente judicial. En lo que sí es firme es en que ya no quiere reflectores, quiere darle vuelta a la hoja, voltear la página y dejar que el tiempo borre todo lo padecido en poco más de una semana, tras que Guasave viviera largos minutos de horror por las balaceras consecutivas que terminaron en el asesinato de tres soldados, en pleno corazón urbano, apenas el 30 de enero pasado.

Como en esos días aciagos, su familia lo acompaña y no lo deja un momento a solas.

Durante minutos abre sus recuerdos, hurga.

Antes del tiroteo jamás hubo altercado con los soldados. Él había sido uno de ellos por cuatro años. Había pasado de recluta a cabo en su contrato y por eso se subordinaba al uniforme. “Ellos saben que el apoyo era mutuo. Y ese día no fue lo contrario, pero el desenlace fue lamentable”.

No encuentra culpables de su detención y responsabiliza de ello a lo álgido del momento. Todos estaban alterados, por como habían terminado las cosas y simplemente sucedió.

El altercado con el jefe de la Policía de Ahome, Jesús Carrasco Ruiz, no fue la causa, supone.

Carrasco Ruiz había llegado en estado alterado a Guasave. Su arribo a la esquina de 16 de Septiembre y Constitución no era oficial y sí subrepticio. Nadie sabe por qué llegó al lugar desplazándose 60 kilómetros, pues no desplegó ningún operativo. Arribó con rifles al ristre, alegó, discutió, fracturó relaciones policiales y salió con las manos limpias.

Este es hasta ahora el único jefe de Policía en la historia del norte de Sinaloa que sin representación legal y oficial, invade territorio ajeno, llega a una escena de crimen, altera los acontecimientos, obstruye la persecución y arremete contra sus iguales, fabrica culpables y genera una incisión en la coordinación operativa que perdura hasta ahora.

Cabrera Delgadillo dice no tener datos para comentar las fracturas y prefiere cerrar ese episodio. “Como te digo, ya no voy a declarar más”. Lo que sabe es que las filas se han acomodado a los nuevos mandos y toda la Policía se encuentra trabajando, a excepción de los 35 agentes que fueron acusados de delitos por omisión.

“Voy a dejar que pase el tiempo y después veremos si regreso o no”, expone reiteradamente.

—¿Brindaron o no apoyo al Ejército?
—Siempre hubo ese apoyo, lo hay aún. Pero las cosas terminaron mal y eso fue el caso. No sabemos porqué, pero los hechos así están.

—¿Qué le dicen sus excompañeros?
—Que se están acomodando, están trabajando, como siempre. Ya conocen a los nuevos mandos y hoy hay un nuevo coordinador operativo. Es militar también, pero se están acomodando.

—¿Cuál es su situación legal?
—Ya lo saben ustedes. Ya se publicó. Nos detuvieron, nos acusaron de homicidio y salimos libres. Es lo que hay ahora.

—La PGR apeló el auto de libertad, ¿ustedes van a combatir los agravios?, ¿tienen aún defensa legal?
—No sabemos lo que vamos a hacer. Primero es descansar, tomar el tiempo necesario y después veremos. Más adelante veré si hago o no una declaración. Nos pondremos en contacto.

Segunda instancia

La misma noche de domingo 5 de febrero en que los diez policías de Guasave recobraron la libertad por falta de elementos para ser procesados, la sede en Sinaloa de la Procuraduría General de la República apeló la resolución que se asentó en el expediente penal 21/2012.

Así, la PGR obliga a que intervenga un magistrado del Tribunal Unitario de Mazatlán en la resolución que dictó el juez Francisco Ramos Silva.

Con la apelación los fiscales de la PGR pretenden, primero, que el pleno del Tribunal revoque el auto de libertad y emita órdenes de aprehensión contra los policías a los que acusó de homicidio y lesiones en la modalidad de comisión por omisión; además de ilícitos cometidos contra funcionarios públicos, abuso de autoridad y ejercicio indebido del servicio público en la averiguación previa SIN/GUAS/021/2012/M-III, o bien, se modifique para algunos delitos.

El auto de libertad, señala una fuente cercana al expediente, no es una sentencia absolutoria ni sinónimo de esta, sino es una determinación legal que revela que los acusadores no reunieron pruebas suficientes para acreditar los delitos imputados. Por ello, la averiguación previa regresa a la fuente de investigación.

Así, el caso Guasave, que inició el día 30 de enero, cuando se registró un enfrentamiento armado entre militares y civiles por varias zonas de la ciudad de Guasave, donde perdieron la vida tres militares, continuará abierto unos meses más.

Caso cerrado

Para el Gobierno municipal la prioridad es recuperar y mejorar la seguridad pública, exclusivamente en lo referente a la prevención del delito y no en la persecución de hechos del fuero común o federal o delincuencia organizada, porque se encuentra en condiciones de inferioridad, señaló el secretario de la Comuna, Miguel Ángel Robles Santillanez.

El caso Guasave de detención de sus jefes de Policía es para la Comuna un asunto concluido, porque los elementos consignados salieron en libertad sin problema alguno, lo que demostró la inocencia de todos.

“Hay la suficiente confianza en ellos, porque todos recién aprobaron los exámenes de control de confianza. Todos van a regresar a las filas en cuanto se terminen sus días de descanso que solicitaron. Es lógico reflexionar sobre los hechos y el futuro, pero en su mayoría van a regresar porque son policías de carrera. Las posibles deserciones no impactarán negativamente la prestación del servicio de seguridad pública”.

Para mejorarlo —comentó—, el alcalde Ramón Barajas López gestiona en México mayores recursos en el Subsemun para la adquisición de equipo: patrullas, armamento, radios; incentivos y capacitación.

Robles Santillanez afirmó que la intervención del jefe de Policía de Ahome, en el enfrentamiento verbal y armado entre este y su director de Seguridad Pública, no es un hecho oficial porque nadie lo ha informado y por ello se considera que no violó la autonomía municipal ni generó un conflicto político ni de diplomacia municipal.

“Los medios consignan que sí estuvo en el lugar e incluso que riñó con nuestro director, incluso tenemos comentarios de testigos, pero no son hechos oficiales. No lo tomamos en cuenta y no consideramos que altere las relaciones políticas”.

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