Carlos Loret/El universal
No
hay operación electoral ni dinero que alcancen para revertir el costo
político que va a pagar el gobierno de Enrique Peña Nieto por lo hecho
hasta ahora.
La
estrategia fue apostar todo el capital político del Presidente en el
primer año de gobierno, lanzar todas las iniciativas de reforma de
golpe, a diferencia de otros sexenios cuando los mandatarios intentaron
—casi siempre sin éxito— lanzar sus reformas al Congreso
esporádicamente.
Al
seguir esta estrategia, el gobierno federal ha dejado heridas por todos
lados, se ha ido quedando con cada vez menos aliados y ha entregado a
sus opositores jugosos temas para la explotación electoral futura.
Es previsible que el PRI tenga un duro revés en las elecciones federales de 2015 porque:
1.
La economía va mal y no tiene visos de recuperar fuerza. El crecimiento
económico de este año quedará en la frontera de la recesión y en 2014 y
2015 las expectativas son de apenas una leve mejoría.
2.
La reforma fiscal golpea a sectores políticamente muy influyentes: los
empresarios y la clase media. Los primeros son muchas veces fuente de
apoyo a las campañas de todos los niveles y los segundos construyen la
opinión pública que incide en la narrativa de las contiendas
electorales.
3.
El calendario no le ayuda: la reforma fiscal se aplicará a partir de
2014; sus efectos se sentirán a la hora de hacer la declaración de
impuestos… en abril de 2015... tres meses antes de las elecciones para
renovar la Cámara de Diputados federal y nueve gubernaturas.
4.
A cambio de sus votos en el Congreso, el gobierno ha sido generoso con
PAN y PRD: sus gobernadores van a contar con más presupuesto, del que
podrán echar mano para alentar a sus partidos (nomás el GDF perredista
se llevó un “fondo de capitalidad” por 500 millones de dólares para
repartir a discreción).
5.
El PAN se ha posicionado como fuerte opositor a los atropellos
fiscales. Quiere regresar a sus fundacionales como defensor del
empresariado y las clases medias ilustradas urbanas. Además, su
apasionado rechazo al IVA en la frontera le permitirá llegar con
discurso para mantener la supremacía en Baja California y Sonora (donde
actualmente es gobierno), pelear Nuevo León y Chihuahua (donde ya ha
gobernado), y buscar crecer en Coahuila y Tamaulipas.
6.
La “bondad” de las reformas cuya aprobación podría beneficiar al
PRI-gobierno está lejos de palparse: la educativa sólo existe en el
papel, la de telecomunicaciones no tiene ley secundaria, la fiscal no le
dará un caudal de dinero sino apenas para pasar el 2014 y la
energética, de aprobarse, tardará dos o tres años en arrojar algún
efecto inicial.
7.
Los veintiún gobernadores priístas, que han sido eficaces operadores
electorales, están vapuleados: el gobierno federal les ha reducido peso,
poder y margen de maniobra, y han tenido que acatar la “línea” de Los
Pinos en temas impopulares en sus estados.
Así, el PRI se enfila a una mala noche de julio de 2015.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA /Carlos Loret/El universal/ Martes, 29 de Octubre de 2013 15:31)
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