El ex gobernante fue el principal crítico del partido del “Sol
Azteca”, y acérrimo enemigo de los Agúndez, Narciso y José Antonio, lo que en
parte influyó en la caída del PRD y la llegada del Partido Acción Nacional.
La renuncia de Cota Montaño al PRD -donde militó desde 1999- fue
para jugarle la contra a su partido, y evitar a toda costa, solía decir, la
continuidad del mismo, a tal grado que tuvo que aliarse hasta con la líder del
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo,
postulándose como candidato a presidente municipal de Los Cabos por el Partido
Nueva Alianza (PANAL).
Evento transcendental el de su renuncia al PRD, el ex gobernador
despotricó una y otra vez en contra del partido, en tanto sus seguidores lo
ovacionaban y, en aquella ocasión, dijo que buscaría “una alianza con todas las
fuerzas políticas opositoras al ‘Sol Azteca’ para buscar que el gobierno cabeño
fuera renovado”, ya que estaba seguro que iría a competencia con José Antonio
Agúndez Montaño, hermano del entonces gobernador del estado.
Ahora, a la vuelta de casi dos años, Leonel Cota Montaño parece
haber cambiado drásticamente de opinión en torno al PRD.
Con Narciso Agúndez
Montaño indiciado y algunos de sus ex colaboradores perseguidos y otros más
encarcelados, y su hermana Rosa Delia como líder estatal, el ex gobernador
iniciará una etapa más del multipartidismo que lo ha caracterizado a lo de su
carrera política, que inició en 1985 en el Partido Revolucionario Institucional,
donde se mantuvo como militante hasta 1998.
Un año después retomó su carrera en
el Partido de la Revolución Democrática, finalizándola en 2010, cuando perdió
ante el agundismo pernicioso; desde esa fecha hasta el 22 de marzo, había
participado en el PANAL, donde realmente nunca estuvo, salvo sus intereses en la
política.
Hoy retornó al PRD, y a su regreso, encontró irritación en
directivos y militantes, como el propio José Antonio Agúndez Montaño, quienes
han manifestado su molestia e inconformidad, según reconoció Jesús Zambrano,
líder nacional del PRD, el sábado 24 de marzo.
En el evento de toma de protesta de los candidatos a diputados
federales y senadores del PRD, asentó que la postulación de Cota ha generado
muchas reacciones en el estado de Baja California Sur:
“No debo ocultar el hecho
de que en caso concreto de Baja California Sur, sí hay molestia de los
compañeros de la dirección del partido, pero vamos a hablar con ellos, tenemos
que trabajar, porque aquí está en juego no solamente el asunto de una
candidatura determinada, específica en el caso concreto de la persona de Leonel
Cota; tenemos que trabajar para aportar muchos votos para el triunfo de Andrés
Manuel López Obrador”.
Inclusive, el perredista llamó a los militantes del estado para
que “aprovechen la campaña y reorganizar, consolidar la presencia del partido en
la entidad”.
En esta nueva aventura y en su afán de retornar al poder, Leonel
Cota Montaño será acompañado por dos senadores que ahora quieren ser diputados
federales: Luis Coppola Jofroy y Francisco Javier Obregón Espinoza, un panista y
un petista que completarán la mezcla política de personajes que brincan de un
cargo a otro y de un partido a otro.
En el terreno de la política, cuando se habla de
chapulines, es de personajes sui generis que se cambian de un
partido a otro, o de un puesto a otro, sin la más mínima pizca de vergüenza.
La mayoría no terminan de cerrar un ciclo o hasta compromisos
previos adquiridos, cuando ya andan detrás del hueso buscando donde
acomodarse, porque evidentemente no están dispuestos a dejar su estado de
confort o privilegios que da el vivir del erario público.
De funcionarios pasan a regidores; de regidores a diputados
locales; de diputados locales a alcaldes; de alcaldes a diputados federales; de
diputados federales a senadores y viceversa. De alcaldes a gobernadores y de
gobernadores a alcaldes. Total, cualquier combinación es viable, siempre y
cuando salten y se perpetúen en el poder.
La mayoría de los partidos políticos, sin excepción, están llenos
de estos personajes, muchos de los cuales se ostentan como líderes y cuadros
clave capaces de definir una elección, aunque a final de cuentas, tengan que
usar trampas, o de plano, llegar por la vía plurinominal.
En el estado de Baja California Sur, uno de los pioneros de esta
vieja practica política, es precisamente el ex gobernador Leonel Cota Montaño.
Moralmente responsable de haber dejado como sucesor a Narciso AgHoy, y después
de haber fracasado en el PANAL, el ex gobernador, regreso al PRD y en la
increiblemente PRI, se justifica: dipuúndez, hoy tendrá dos compañeros
saltimbanqui, los cuales fueron registrados formalmente el 22 de marzo, casi al
término del vencimiento del registro de candidaturas en el Instituto Federal
Electoral (IFE).
La única perredista químicamente pura que irá como candidata en
segunda fórmula al Senado, es la ex diputada local Siria Verdugo Davis.
A decir de algunos militantes, el Movimiento Progresista
prácticamente utilizó las candidaturas como monedas de cambio y lanzó a
personajes muy parecidos a Cota, que, como buenos chapulines, aún no
terminan sus encargos y ya aceptaron ser candidatos a diputados federales por el
Primero y Segundo Distrito electoral.
Es decir, tres de las cuatro candidaturas quedaron en manos de
saltimbanquis; el resto de la clase política perredista, petista y de
Convergencia, fueron relegados, como Antonio Avilés Rocha y Miguel Albañez, dos
reconocidos integrantes del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA).
Los dos senadores están por terminan su periodo, y, por si las
dudas, ya se postularon y están lista para la nueva odisea política, sólo que
ahora desde el Movimiento Progresista.
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