Denuncian
tráfico de influencias en la Procuraduría de Justicia
El empresario local
jaibero, Arturo Enrique Arratia Salas, denunció que la Procuraduría General de
Justicia del Estado paraliza la investigación contra un estadounidense,
presuntamente cobijado por la influencia de funcionarios del gobierno de Mario
López Valdez.
Y es que el
empresario no ve avance en la denuncia penal 276/2013 interpuesta el uno de
julio del 2013 en la agencia del Ministerio Público del Fuero Común
Especializada en Delitos contra la Actividad Comercial e industrial.
“Ya ha pasado año y
medio y no hay avance. Más bien ni interés de que se investiguen las cosas que
denuncié. Es muy lamentable cómo en Sinaloa no se aplica la justicia. Es
deprimente ver cómo, desde el gobierno, con unos amigos que tengan en el gabinete,
te despedazan el esfuerzo de muchos años de trabajo. Es muy duro observar y no
poder hacer nada cómo tu empresa va quedando en manos ajenas, y que el
gobierno, en lugar de protegerte, te hunda más”.
Arratia Salas no se
deja amilanar por lo que él cree que es un caso más de tráfico de influencias.
Y repite su
historia, que según le han contado, ha sucedido idénticamente con otros
inversionistas locales de descarnado de jaiba. Los acusados son Robert Brian
Stryker, quien alardea ser el Dios de la Jaiba, en Sinaloa y la contadora
Maclovia Robles Rubio, propietarios de Desarrollo Integral de Jaiba de México.
Arratia Salas acusa
que éstos le deben 1.6 millones de pesos que se niegan a liquidarle. El dinero
es producto de la venta de ocho mil libras de carne de jaiba, en hechos
sucedidos desde agosto hasta septiembre de 2011.
En la denuncia que
no avanza, asienta que fue a través de Octavio Antonio Otero Vollrath como
inició su relación comercial con Robert Brian Stryker y Maclovia Robles Rubio,
en mayo del 2010.
Durante varias
temporadas de captura de jaiba, las entregas de carne fresca fueron pagadas sin
retraso, hasta que comenzaron las demoras, precisamente en la planta
procesadora de mariscos ubicada en la calle Corregidora número 2734, en la
colonia Anáhuac, en donde aún opera el envasado de carne de jaiba con fines de
exportación a Estados Unidos de Stryker y Robles.
Arratia Salas afirma
que en agosto del 2011 entregó a Stryker casi cuatro mil libras de carne de
jaiba fresca por un monto cercano al millón de pesos, y en septiembre, fletó
casi tres mil 700 libras más, producto que no se ha liquidado.
El empresario
asegura que ya es mucho tiempo para que la PGJE defina la situación, pero está
más que sorda y muda, se queda paralizada.
“Evidentemente están
protegiendo al acusado, y atrasando al ofendido”. Dice que recurrirá a
instancias federales para buscar que su caso llegue a juicio y no quede en la
miseria del gobierno estatal.
EMPLEADOS ABUSADOS
José Francisco
Ricart Pacheco también ha iniciado diversas averiguaciones en contra de Robert
Brian Stryker y Maclovia Robles Rubio. Se suma a los señalamientos de que en
Sinaloa se protege al gringo por la amistad que éste mantiene con políticos
segundos incrustados en el gabinete de Mario López Valdez.
Por ello, afirma, no
prosperan las denuncias de al menos 10 ex trabajadores, ni las demandas de
proveedores de la empresa Desarrollo Integral de Jaiba de México y añade que
para ver los avances en materia de demandas laborales, será necesario esperar a
que el gobernador Mario López y su gabinete de cuates abandonen el poder
público.
En tanto estos tres
años se consumen, asegura que no dejará de luchar por lo que considera la
estafa más grande de un estadounidense en contra de la planta laboral local.
Asegura que en la
entidad, ni el sistema de afiliación del Seguro Social, ni los auditores de la
institución protegen a los trabajadores, puesto que saben que éstos no cuentan
con ninguna prestación pero nada hacen por sancionar al patrón incumplido.
“Ah, pero que no
agarren al pobre chumilquero sin pagar sus cuotas obrero patronales porque
hasta la casa le quitan”.
(RIODOCE/
LUIS FERNANDO NÁJERA/ OCTUBRE 12, 2014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario