lunes, 26 de agosto de 2013

LOS ESCÁNDALOS DE SEGURIDAD PÚBLICA DE GUAYMAS

Agueda Barojas Ontiveros

La dirección de Seguridad Pública de Guaymas sigue siendo un campo de batalla, un botín y una especie de caja chica para algunos funcionarios del honorable Ayuntamiento de Guaymas.

Siempre ha sido así y por lo visto siempre lo será.

Ahí imperan los compromisos, los golpes bajos, los enfrentamientos y las complicidades.

Mientras eso ocurre, la idea de  Otto Claussen Iberri, es enviar el mensaje de que Guaymas es el municipio más seguro del Estado.

Otro mensaje equivocado que ha enviado a los policías de Guaymas es que no hagan caso de las críticas.

Con razón cada vez son más los escándalos en los que se meten.

Si la idea es mandar el mensaje de que la corporación policiaca funciona y funcionada bien, los hechos le reestriegan en la cara que no es así.

A Otto Claussen le ha fallado su secretario particular, Eduardo Gaxiola Márquez, quien por encargo de él, controla esa dirección.

Quién sabe a qué lo mandó controlar, porque la disciplina está muy relajada.

Quién sabe qué clase de control le encargo en esa dirección porque los escándalos policiacos están a la orden del día.

Solo este fin de semana dos policias municipales fueron detenidos y no por cosas menores.

Uno de ellos realizó disparos con arma de fuego, lo peor de todo es que lo hizo con el arma de cargo.

Es decir, salió franco y nadie supervisó que dejara el arma en la corporación.

El otro cayó esta mañana en la casa de una familia que organiza fiestas clandestinas y embrutece a la juventud de Guaymas cada fin de semana.

Es hora que la policía municipal no puede con ella. Hoy que estaban decidimos a actuar, la organizadora le echó en cara al director de Seguridad Pública que su hija se la lleva ahí.

Pero por si eso fuera poco, en estos momentos el fuego amigo en la corporación esta dirigido hacía el Juzgado Calificador.

Siempre han mantenido un conflicto de intereses. Unos detienen y los otros califican y en inter alguien pierde y alguien gana.

Los detenidos son como mercancía, tanto tienes tanto vales.

Por eso, cuando no hay empatía hay amenaza.

El nuevo escándalo tiene que ver con la detención de un presunto ladrón, a quien se le ocurrió robarle nada más y nada menos que a un amigo del gobernador del Estado, Guillermo Padrés Elías.

El robo se registró el sábado 17 de agosto en la Marina Seca de San Carlos.

Del yate de Mario Humberto Aguirre, con residencia en la capital del Estado, los ladrones robaron equipo para pesca.

Además de ser carisimo, para el dueño del barco tenían un valor sentimental.

El lunes 19 de agosto la policía municipal detuvo a Raymundo Eleazar Lizárraga Camacho, quien se encontraba vendiendo los artículos robados.

El presunto autor del robo fue detenido junto con dos personas más que le habían dado raite en su carro con las cosas robadas.

El policía que los detuvo fue Martín Ceceña, esposo de la Juez Calificador, Ivonne Andrade que fue traída también de Hermosillo, pero en la administración de Antonio Astiazarán Gutiérrez.

El arguende se hizo grande cuando metieron su cuchara los jefes de jefes y su manager, Eduardo Gaxiola, quienes pegaron el grito en el cielo porque la Juez Calificador dejó libres a los dos acompañantes del detenido.

El detenido confesó el robo y aseguró que sus acompañantes nada tenían que ver en el robo, pero el otro bando sospecha que si, por ello ya interviene la Policía Estatal Investigadora.

La Juez apegada a derecho, dicen, los libera ya que no hubo flagrancia y porque el detenido aceptó haber sido él quien cometió el robo.

El arguende se armó porque el policía que entregó a los detenidos es esposo de la Juez.

Martín Ceceña molestó por el acoso que inició en contra de su esposa el comandante de la PEI,  le reclamó vía telefónica y la cosa empeoró.

Sobre ambos recae la sospecha de que hubo algún buen arreglo con los liberados, pero eso lo habrá de determinar la investigación, si es que realmente la hay.

Lo único cierto es que esto no hubiera ocurrido si la acción o la sospecha recayera en uno de los del otro bando.

Cuántas historias que contar, cuántas atenciones no han dado y cuánto dinero no ha circulado por situaciones como la que hoy les escandaliza a los moralistas de la dirección de Seguridad Pública.

La guerra contra el Juzgado Calificador está declarada desde hace rato. Quien este libre de pecado que tire la primera piedra.



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