lunes, 26 de agosto de 2013

LA RUTA CRÍTICA DE NOROESTE

Periodismo. Los límites del oficio.
Tuve acceso al Libro de Estilo del diario español El Mundo hace poco más de diez años y me sorprendió encontrar en él una propuesta de la casa editorial que contiene cien puntos para gobernar España. No conozco mucho de la prensa en otros países, pero me pareció de este diario, surgido en 1989 y convertido hoy en una de las más importantes referencias periodísticas de Europa, no digamos solo de España, un atrevimiento fascinante.

Se supone que los periodistas nacimos para otra cosa, no para elaborar planes de Gobierno, aunque todos los días estemos diciéndole a los que mandan, en congruencia con la petulancia que suele habitar en las redacciones, cómo hacer las cosas.

Opinamos, es cierto —hay diarios, ahora portales de Internet, que publican más columnas que notas—, y la opinión de la casa, salvo rarísimas excepciones, tiene un lugar central en el menú que se ofrece todos los días a los lectores.

Recordé el caso de El Mundo el jueves, al leer la noticia de que, “en un caso sin precedente en el País (sic), Grupo Editorial Noroeste promoverá un amparo colectivo para suspender la decisión del Gobierno del Estado de requerir 10 huellas dactilares y captura del iris, considerando, incluso, obtener el ADN en un futuro”.

El diario Noroeste, fundado en 1973, había publicado diez días atrás un reportaje donde informa que, invadiendo la privacidad de los ciudadanos, el Gobierno del Estado estaba utilizando el sistema para otorgar licencias de manejo con el fin de hacerse de datos personales como las huellas digitales y el escaneo de iris, además de obtener una carta firmada por el solicitante que otorga al Gobierno el derecho para usar esos datos.

Le siguieron a esto reacciones del propio Gobierno, de abogados, algún alcalde, a favor y en contra. Como siempre, en vez de explicar “sus razones”, el “Gobierno del cambio” terminó enredándose más.

Pero el asunto que nos interesa ahora es la actitud de Noroeste, que, después de realizar su trabajo como medio, convoca a los ciudadanos para que se amparen contra esta medida y pone los instrumentos legales a disposición de quien quiera hacerlo.

¿Es correcto que un medio tome este tipo de actitudes? En principio es discutible. Es poco común y desconozco casos semejantes, al menos de medios más o menos importantes, donde éstos se asuman también como oficinas de gestoría.

En todo caso, lo que destaca aquí, en el hecho mismo, es la falta de ciudadanía, de organismos sociales que hagan el trabajo que ahora se ha propuesto Noroeste. Y la ausencia de liderazgos.

La semana pasada nos decía un empresario que en Sinaloa solo hay un líder y que se llama Juan Millán. “Nos guste o no, yo no digo que es bueno o malo, solo digo que es el único”. Y mencionó a otro, “de menor envergadura”, dijo: Héctor Melesio Cuen Ojeda. Y entonces, si esto es cierto, podemos darnos cuenta el nivel de sociedad que hemos construido.

Noroeste esgrime, en defensa de su nueva faceta, que “se creó para construir ciudadanía y así provocar los cambios en nuestra sociedad”. Eso puede hacerse desde el medio y creo que su aportación en este sentido ha sido muy valiosa. Pero el resto del trabajo, después de la exposición pública de un problema, es de los ciudadanos, si lo hacen o no, ya es cosa de ellos, no de los medios.

Para desgracia de Sinaloa, aquí se denuncian los atropellos del Gobierno y no pasa nada. En Ríodoce nos preguntamos qué más hacer cuando publicamos, con documentos en la mano pero sin que nada ocurriera, la corrupción en el sector Salud, donde en muchos casos las medicinas y el material médico se compra cien veces arriba de su valor.

Cualquier ciudadano puede interponer una denuncia contra quien resulte responsable amparado en un reportaje y con un soporte documental mínimo. Y las autoridades tienen la obligación de integrar una averiguación. Pero nadie lo hace, ni siquiera los organismos cívicos que nacieron con ese fin. Y, lo peor, es que muchas de las veces ni siquiera quieren opinar de temas que consideran “delicados”.

Tal vez en esa apatía esté buena parte de la explicación de Noroeste para convertirse ahora en oficina del pueblo. Si prospera o no su arenga es otra cosa. Y si es o no el papel que debe jugar como medio, no es tan importante como esos vacíos que, ante tantas tropelías del Gobierno, está dejando la sociedad.

Bola y cadena
 
HAY QUE DARLE MÉRITO al que lo tiene y éste es del abogado Jesús Estrada Ferreiro, el único que hasta el viernes había presentado, de forma individual, un recurso de amparo contra el Gobierno por la forma en que se apropia de los datos personales a la hora de que se solicita una licencia.

Sentido contrario
 
LO ANTERIOR, EN DEMÉRITO de diputados y partidos que, una vez más, están ausentes ante a los problemas de los ciudadanos, confirmando que no hay nada más allá de las prerrogativas, los “huesos” y los cargos de elección popular.

Humo negro
 
NO HAY ESPERANZA PARA los desplazados por la violencia en la sierra. Por un lado, el secretario de Desarrollo Social, Ernesto Millán Pietch, dice que el Gobierno creará condiciones para que las familias que fueron expulsadas estén a gusto en la ciudad, pero sin decir qué se hará para que regresen con seguridad a sus pueblos. Pero el alcalde de Concordia, José Eligio Medina, se fue al extremo al proponer que el ejército queme las casas abandonadas por los pobladores, pues son utilizadas por los delincuentes. ¿Tendrán juicio?

(RIODOCE/  Columna Altares y Sótanos de Ismael Bojóquez/

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