lunes, 26 de agosto de 2013

CRÓNICAS DE VIDA Y MUERTE; MASACRE EN EL RANCHO

Tamaulipas.- La canícula estaba en toda plenitud y el calor era sofocante. Fuente: elmanana.com

Aquél humilde tractorista que daba un aspecto mayor a pesar de tener 40 años de edad, decidió darse un descanso a mitad de la jornada.

Con ese pensamiento, Ismael se fue a su casa ya saboreando en su mente la rica y suculenta comida que su esposa, de hecho, tendría que haberle preparado.

Era raro que este hombre recio, acostumbrado a los trabajos más pesados, fuera cual fuera las condiciones climatológicas, parara de trabajar.

Contrario a la costumbre, ese día 6 de agosto del año 2004, Ismael Perales Jaramillo no esperó la noche para irse a su casa, ya que como se dijo antes, el sol era calcinante y el calorón que hacía lo hizo cambiar de parecer, por lo que pensando que ya le faltaba poco para terminar las labores en la parcela, aunado a que el patrón ese día no estaba en el rancho, decidió retirarse a las 15:00 horas para alimentarse, aunque con la firme idea de regresar de nueva cuenta para continuar y terminar de preparar la tierra para la siembra de tardío.

El rancho, aún se localiza en la brecha 109 con 22 norte, concretamente entre 121 y brecha 122, por supuesto perteneciente a este pujante municipio de Río Bravo, tierra de muchas y muchas historias como ésta que se narra.

Ismael Perales Jaramillo, originario de esta ciudad, apenas tenía tres meses de haber sido contratado como capataz en el rancho del ya finado agricultor Mario Ramírez Longoria y, solamente en apariencia, era un hombre honrado que trabajaba muy duro para que a su esposa Alma Delia Tirado Hinojosa y al resto de la familia que dependían de él, no les faltara nada.


SE JUNTA CON ALMA DELIA

En el tiempo que estuvieron juntos él y Alma Delia, procrearon una niña hija de 3 años de edad y se juntó con ella a pesar de que Alma Delia Tirado Espinosa ya tenía dos hijos, un hombrecito y una mujer, aparentemente gemelos porque los dos - según obra en autos - tenían 14 años de edad.

Total que ese día 5 de agosto, Ismael llegó y se encontró con la novedad de que su sobrino, un mocetón de nombre Carlos Alemán, hijo de la hermana de su esposa, estaba ya en la mesa comiendo un rico caldo de res, combinado con una helada agua de limón que era lo que había preparado su mujer.

Carlos vivía en otro rancho aledaño, ubicado a unos 2 kilómetros al sur y, como se dijo antes, es sobrino político de Ismael ya que su madre Juanita Tirado, es hermana de su esposa Alma Delia y ella trabajaba o trabaja en las labores domésticas en el rancho contiguo.

"Viejo, ahorita que terminemos de comer voy a ir un rato al rancho para visitar a mi hermana, en tres o cuatro horas regreso, como la vez.

Carlos me va a llevar en su carro", le dijo Alma a Ismael, quien solamente movió repetidamente la cabeza de arriba hacia abajo, en señal de que estaba de acuerdo, pero dejando una ligera sospecha de que no lo estaba del todo.

Alma, sus tres hijos y su sobrino Carlos, presuntamente emprendieron el camino al rancho donde trabajaba la hermana, mientras que de nueva cuenta, pero ya con más ánimos y ganas de trabajar, el capataz, se fue a la parcela para seguir con su trabajo.

..." A chinga´o, la puerta está cerrada con la cadena y el candado y es señal de que no hay nadie en casa.

..." pensó para sus adentros el tractorista cuando regresó a casa ya entrada la tarde y dispuesto a descansar.

Y por más esfuerzos que hizo, Ismael no pudo abrir o vencer el viejo candado y rumiando su coraje se fue a pie al rancho de su cuñada, para traerse a su familia de regreso a casa.

"No cuñao, aquí no a venido mi hermana.

..." le contestó Juanita ante la pregunta que le hizo el tractorista cuando llegó al rancho vecino.

Carlos -el sobrino- escuchó el intercambio de palabras e intervino en el diálogo diciéndole al visitante que finalmente su tía no quiso venir al rancho argumentando que tenía mucha ropa que lavar.

Temiendo que algo pudo haberle ocurrido a su esposa, a su niña y a los hijos de ella, Ismael se regresó al rancho y ahora sí, utilizando la fuerza abrió la puerta; al pie de la misma, el tractorista encontró una mancha hemática, es decir, de sangre, pero también observó que tal vez con el zapato, alguien de manera deliberada quiso desaparecerla, pero sin lograrlo del todo.

Ya con mayor atención, Ismael vio que a esa mancha le seguían gotas del mismo líquido y siguiendo el rastro con atención y a la vez con un miedo atroz, se detuvo cuando las huellas de sangre terminaron al pie de una barra de acero, también manchada de sangre.


EMPIEZA, LO QUE AL FINAL FUE UNA MASACRE

Cuando Ismael Perales presentaba la denuncia de la desaparición de su familia, mostró evidencias de que algo escondía en su interior y la intuición del fiscal Pedro Castillo le dijo que tenía que mandarlo a la comandancia de la Policía Ministerial para que lo interrogaran.

Ante la presión del fuerte interrogatorio al que fue sometido por parte del comandante Humberto Torres Maldonado, Tigre Uno, Ismael Perales terminó por confesar abiertamente una de las peores masacres que han ocurrido en los últimos años.

Dijo entre llantos y gritos, que él y su sobrino Carlos Alemán habían matado a toda la familia pero que antes abusaron de ellas; el adolescente de 14 años de edad, pudo salvar su vida porque él sí se había ido al rancho para estar unos días con su tía.

"Luego de violarlas y matarlas con la barra de acero, decidimos tirar sus cuerpos en lugares diferentes para que así nadie se diera cuenta", dijo uno y otro al ser detenidos, agregando en una parte de su declaración, que tuvieron que matarlas porque la mujer, es decir, la madre, era una piruja y además bruja y no querían dejar ningún testigo.

A la esposa y a la hija las golpearon a placer y luego de usarlas, las remataron a golpes al ver que tenían hálitos de vida.

Arrastraron los cuerpos y los arrojaron a un profundo dren invadido de maleza y se fueron pensando que nadie los encontraría, sin embargo, cuando las autoridades encontraron los cadáveres, se pudo observar que desde lo alto y apenas visibles, los dos cuerpos quedaban a la vista.

Peor le fue a la inocente criatura de tan solo tres años de edad; a ella solamente Ismael la violó por ambas vías y luego, como si con eso no estuvo satisfecho, de manera cruel y despiadada le introdujo en su ano un pedazo de palo y finalmente metió el cuerpecito ya muerto, en un ducto de concreto del dren y tapo el hueco con piedras y ramas, situación que se hizo más difícil para localizarla ya que ni el mismo individuo daba con el lugar cuando los llevaron para que indicara los lugares donde dejaron los cadáveres.


SALE LA VERDAD A FLOTE

Finalmente, salió a la luz que entre el tío y sobrino, es decir, que entre Ismael y Carlos había una añeja rivalidad debido a que ambos se metían con la jovencita de 14 años.

Se supo que Ismael, siempre bajo amenazas de muerte tenía relaciones con su entenada, hija de su esposa Alma Delia, quien por supuesto no sabía nada de la canallada de su esposo, o al menos ese fue lo que se dijo.

También Carlos, con el "consentimiento" de su tío Ismael hacía lo propio con su primita, quien también se dejaba porque al igual que su padrastro, Carlos la amenazaba.

El caso es que días antes de la masacre, la aún niña se cansó de la situación y le dijo a su padrastro que ya no quería nada con él y amenazó con decirle a su madre y a las autoridades lo que le estaban haciendo".

Oye Carlos, ya la huerca no quiere nada con nosotros y amenaza con decirle a todos, qué hacemos.?

"Pos ni modo tío, les damos chicharrón, porque si dice todo lo que le hemos hecho, sin baranda vamos a parar a la cárcel y eso como que nomás no casa", le contestó a Ismael.

Bajo cargos de homicidio calificado, violación y entre otros, inhumación clandestina, tío y sobrino fueron enviados al Penal de Reynosa, no sin antes de que un hermano de Carlos, compareciera voluntariamente ante las autoridades para hundir más a su consanguíneo, afirmando que su hermano era un tipo violento y que estaba casi seguro que tiene otras "cosas más"; "sólo era cuestión de investigar y apretarle las tuercas".

Sin abogado, sin nadie que fuera a verlo y con todo el cargo de conciencia y tal vez de arrepentimiento, el corazón de Ismael Perales no pudo soportar la situación y en unos cuantos meses de encarcelamiento, fue encontrado sin vida dentro de su celda.

Mientras tanto, su sobrino Carlos Alemán, ha tenido la fuerza y el valor para soportar la presión que implica arrebatarle la vida a un ser humano, por lo que un año después de haber cometido el triple homicidio en agravio de su misma familia, fue sentenciado a pasar 50 años en la cárcel y por la forma en como cometió los crímenes, es difícil pensar que en algún momento el gobierno podría recibir algún beneficio que le redujera la pena.

(ZOCALO / Agencias / 26/08/2013 - 08:52 PM)

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