La Viña del Señor
El
programa Cero Cuotas impulsado por el gobierno de Enrique Peña Nieto y
cuya operación en la entidad estaba encargada el delegado de la SEP
Víctor Guerrero, falló en su objetivo de aliviar la carga económica de
los padres de familia con hijos en edad de estudiar, debido al aferre de
directores y funcionarios escolares de instituciones públicas en cobrar
cuotas de inscripción cuya obligatoriedad no existe legalmente y que la
Comisión de Educación y Cultura de la cámara de diputados ha defendido
como una de sus demandas más importantes por el impacto que tiene en la
economía de muchas familias mexicanas de escasos recursos.
Como
cada año, por doquier se manifiesta el malestar por tal acto ilegal que
abarca las escuelas primarias, secundarias y preparatorias y hasta
preescolares, tanto en planteles estatales como federales, a pesar de
que por doquier se grita a todos los vientos respecto de la gratuidad de
la educación pública cuya responsabilidad sostiene el artículo 3º.
Constitucional, corre a cargo del Estado, a pesar del lloriqueo de
funcionarios que justifican tal cobro por la falta de presupuesto en los
planteles, mientras, organizaciones como CNTE y otras del mismo SNTE,
con su cerco a San Lázaro, han puesto en el tapete de la discusión el
hecho de que si no se combate la corrupción en el sistema educativo no
habrá reforma educativa valedera y viable, siendo el de la DGETI uno de
los subsistemas donde más ha perneado dicho mal y ya ameritó la salida
de su director general Luis Mejía Piña y recientemente el de su
Subdirector Operativo Daniel Serratos y se pide la salida de todos los
Subdirectores de Enlace Operativo de la dependencia en el país o la
cabeza del Subsecretario de Educación Media de la SEP Rodolfo Tuirán, a
quien responsabilizan del desastre desde que Josefina Vazquez Mota,
dirigía la educación con Felipe Calderón. Juan Díaz, el líder formal del
SNTE, se muestra doblado frente a la propuesta peñista luego de la
detención de Elba Esther Gordillo de quien era monigote.
La sociedad del disimulo
El
gobernador Guillermo Padrés, reconociendo las bondades del programa se
adhirió al mismo y el titular de la SEC Jorge Luis Ibarra Mendivil, se
manifestó al pendiente de su ejecución por no ser requisito ningún pago
para acceder al sistema educativo.
Sin
embargo, a pesar de todas las expresiones favorables al programa
incluida la Comisión de Educación y Cultura de la Cámara de Diputados,
en los hechos, el viejo vicio del cobro disfrazado cuya penalización se
discute en el Senado, bajo argumentos tan improcedentes como que se
trata de “cuotas voluntarias” –a fuerzas—o como “acuerdo” de los padres
de familia, como cínicamente se lo declaró Salvador Castro Montañez,
Subdirector de Enlace Operativo de la DGETI en Sonora, a la periodista
Agueda Barojas Ontiveros de la radiodifusora XEPS de Empalme cuando lo
inquirió sobre el cobro de $2,000.00 por concepto de inscripción en el
CBTIS 40 de Guaymas, una institución que ha venido de mas a menos desde
la llegada a la dirección de su protegida Magaly Arreola Sánchez, a
quien se supone el mismo Subsecretario de Educación Media Superior
Rodolfo Tuirán, le pidió la bola, pues de un cupo de 600 alumnos de
primer ingreso, el Ceneval le asignó 362 y en donde finalmente quedaron
inscritos 252 debido a la rapacidad de la medida. En el CET del mar del
puerto por dicho de su director la cuota es de $800.00 y reconoció su no
obligatoriedad.
En
reunión de padres de familia del turno vespertino apenas el jueves
pasado la Arreola, luego de breve lloriqueo y burda actuación y apelando
a la falta de presupuesto, la mujer soltó a los presentes la razón de
la convocatoria, que no era otro que exigir el pago de la cuota impuesta
por sus pistolas, con la velada amenaza de que quienes no pagara no
serían atendidos en la institución, cuando se sabe que los servicios
educativos, como constancias, etc., cuentan con tarifa previamente
establecida y no tienen nada que ver las cuotas.
Guanajuato, a la vanguardia de los derechos humanos
Si
el remedo de reforma educativa levantó protestas en algunas partes del
país que encabezó la CNTE y orilló a la atención de sus demandas y al
debate en foros regionales, es en Guanajuato donde la SEP de Emilio
Chauyffet, signó un convenio para garantizar el no cobro de cuotas, cosa
que no ha sucedido en otras latitudes, como es nuestra entidad.
Ahí
en Guanajuato, dentro del expediente correspondiente a la Queja
345/06-S, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la dependencia
resolvió:
“Quien
esto resuelve estima pertinente asentar que si partimos de la premisa
de que la educación (pública) es de orden público, es inconcuso entonces
que no se puede condicionar ni negar por el hecho de no pagar una cuota
de dinero, esto es, resulta irregular que en algunas escuelas públicas
se exija una cuota eufemísticamente denominada “voluntaria” o una
aportación, tan es así que el artículo 3º de la CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, que señala en lo conducente:
“Todo
individuo tiene derecho a recibir educación; el Estado-federación,
estados, Distrito federal y los municipios-, impartirá educación
preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria y
la secundaria conforman la educación básica obligatoria: IV.- Toda
educación que el Estado imparta será gratuita”; sin embargo, y a pesar
de que así se establece por mandato expreso de la Ley fundamental, este
Organismo es sabedor de que en algunas escuelas públicas se exige por
parte del personal administrativo o docente “cuotas voluntarias” y, en
este sentido, no existe motivo alguno para que autoridades, directivos,
personal docente o administrativo de escuelas públicas, dejen sin el
servicio educativo a niñas y niños, con el pretexto del pago de cuotas
fijadas por las asociaciones de padres de familia. Es decir, la conducta
antes descrita se trata de un aspecto que ha sido motivo constante de
quejas por parte de los padres de familia, pues no conforme con afectar
su peculio, también son condicionados o amenazados con no entregarles
las boletas de calificaciones de sus hijos o no inscribirlos en el
siguiente ciclo escolar; de manera tal que -ante esa coerción-, no les
queda más remedio que cubrir las cuotas requeridas, amén que en muchos
de los casos no existe la debida claridad sobre el destino de los
recursos recaudados por las sociedades de padres de familia. Ahora bien,
aun cuando se pudiese argumentar que el criterio por el cual se
establecen la cuotas constituye la necesidad de que los padres de
familia contribuyan a rescatar la precaria condición que en muchos de
los casos existen en algunas de las instalaciones educativas, también lo
es que tal función le corresponde –en forma primigenia- al Estado y, en
este contexto, es dable exigir a las autoridades escolares para que en
apego al mandato constitucional actúen con energía para erradicar la
indebida costumbre de condicionar pagos de cuotas y cooperaciones de
padres de familia, a cambio de la entrega de documentos escolares o como
requisito para la inscripción de estudiantes en el siguiente grado.
Asimismo, es oportuno recalcar que si los padres de familia desean
coadyuvar en el proceso educativo de sus hijos, es menester precisar que
tal colaboración debe ser siempre de forma voluntaria y nunca estará
condicionada a la prestación de los servicios de educación que brinde el
Estado, esto es, la educación constituye uno de los pilares
fundamentales del crecimiento nacional, y un derecho constitucional que
requiere del esfuerzo de las autoridades de todos los órdenes de
gobierno; luego entonces, las acciones deben orientarse a mejorar los
niveles de instrucción, poniendo énfasis no sólo en la cobertura y la
ampliación de los servicios educativos, sino también en la equidad y
calidad de los mismos, a fin de corregir desigualdades entre grupos
sociales y regiones y, en tal virtud, se fortalecerán los principios de
equidad y gratuidad de la educación pública. Por tanto, esta
Procuraduría estima conveniente emitir una respetuosa Recomendación al
Secretario de Educación del Estado, a fin de que gire instrucciones por
escrito a quien corresponda para que se implementen todos aquellos
mecanismos y acciones tendientes evitar situaciones como las aquí
acontecidas (cobro de cuotas eufemísticamente llamadas “voluntarias”) y,
con ello, se enaltezca aún más la loable e insigne función del personal
docente y magisterial guanajuatense”
Ya es hora de que Raúl Ramírez, titular de la CEDH de la cara por los sonorenses y deje de nadar de muertito.
Llama
la atención que en Guaymas habiendo tanta oferta en el rubro educativo,
como licenciatura, maestría y hasta doctorado, de las cuales hay un
buen número de egresados, no ha impactado en la discusión de tan
importante tema y sus principios básicos como la gratuidad y el laicismo
de la educación pública y la calidad que la sociedad exige y que la
reforma peñista más que enfocada a la educación que comprendería los
programas de estudio entre otros es de carácter meramente laboral. De
ahí que la posibilidad de expedición de las leyes secundarias sin
incluir las propuestas del sector magisterial en los Foros temáticos
pactados con la Secretaría de Gobernación y la SEP hayan crispado los
ánimos de los docentes.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Columna La VIña del Señor/ Domingo, 25 de Agosto de 2013 21:24)
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